Ingeniero de minas, literato y colaborador incansable de revistas y periódicos, Pedro Castera (1846-1906) es considerado por algunos autores como un narrador de transición hacia el realismo. Fue protegido de Ignacio M. Altamirano, quien lo introdujo a los temas mexicanos que podemos apreciar en su obra. Por extrañas circunstancias, no sabemos si físicas o políticas, Castera estuvo recluido en el hospital de San Hipólito para enfermos mentales, lo que terminó con su carrera literaria. Entre las obras más destacadas de Castera se encuentra Carmen, por la que se le incluyó entre los primeros novelistas románticos, Impresiones y recuerdos (1882) y Dramas en un corazón (1890). El volumen que ahora se presenta incluye dos obras de distintas características: Las minas y los mineros, colección de cuentos en los que Pedro Castera, con gran realismo, vierte sus experiencias de las ruinas de San Luis Potosí y de Zacatecas, y Querens, novela en la que, de manera novedosa, desarrolla el tema de la energía esotérica, mezclando las pasiones con la ciencia psicológica. Esto convierte a Castera en un pionero de ese género literario. La edición ha sido preparada por Luis Mario Schneider. |
En Las minas y los mineros, obra de innegable originalidad, Pedro Costera recrea magistralmente el ambiente minero del México decimonónico, con una serie de narraciones llenas de intensidad, en las que personajes de muy diversas condiciones sociales y morales, niños, mujeres y hombres, están expuestos a los peligros de la naturaleza y de sus propias pasiones.