Para cumplir con uno de los puntos del programa que se ha fijado la Universidad Nacional Autónoma de México, se publican los tres diálogos de Cervantes de Salazar, que imprimó Juan Pablos en latín, en 1554, y que fueron traducidos por el benemérito bibliógrafo D. Joaquín García Icazbalceta en 1875. La edición de 1875 va ilustrada con muy eruditas notas de su traductor. Como la presente es una edición para uso de los estudiantes, se decidió suprimir casi todas las notas, que en buena parte refieren a los problemas relacionados con la traducción del latín al castellano y sólo se conservaron, al final, las que constituyen muy interesantes ensayos sobre asuntos que se relacionan con temas de los diálogos: el cómputo de lo que ganaban los profesores de la Universidad; el paseo del Pendón, por lo que se refiere a los diálogos primero y tercero, y el ensayo histórico sobre la ciudad antigua que comprenden la introducción del segundo diálogo.
El estudiante apreciará las dotes del investigador y la excelencia de su estilo. Se hace justicia, así, a D. Joaquín García Icazbalceta, ''maestro de toda erudición mexicana'', como le llamó Menéndez Pelayo en su época. Se han simplificado , asimismo, las introducciones que el traductor puso al frente de cada uno de los diálogos, aprovechando, claro ésta, la mayor parte de las preciosas noticias que contienen. El estudiante leerá así, sin tropiezo, la excelente traducción y saboreara una de las mejores producciones del siglo XVI.
Se ha conservado también la exhortación que hace al lector uno de los discípulos de Cervantes de Salzar, Alfonso Gómez Alfaro, y las palabras dignas y cordiales del benemérito impresor Juan Pablos, de Brescia, con que recomienda la obra de aquel maestro.
Por el colofón se verá que la obra fue aprobada por el Dr. Mateo Sedeño Arévalo, cátedratico de Decreto en la Universidad, y por el maestro de Prima de Teología en la misma, Fr. Alonso de la Veracruz.
Para cumplir con uno de los puntos del programa que se ha fijado la Universidad Nacional Autónoma de México, se publican los tres diálogos de Cervantes de Salazar, que imprimó Juan Pablos en latín, en 1554, y que fueron traducidos por el benemérito bibliógrafo D. Joaquín García Icazbalceta en 1875. La edición de 1875 va ilustrada con muy eruditas notas de su traductor. Como la presente es una edición para uso de los estudiantes, se decidió suprimir casi todas las notas, que en buena parte refieren a los problemas relacionados con la traducción del latín al castellano y sólo se conservaron, al final, las que constituyen muy interesantes ensayos sobre asuntos que se relacionan con temas de los diálogos: el cómputo de lo que ganaban los profesores de la Universidad; el paseo del Pendón, por lo que se refiere a los diálogos primero y tercero, y el ensayo histórico sobre la ciudad antigua que comprenden la introducción del segundo diálogo.
El estudiante apreciará las dotes del investigador y la excelencia de su estilo. Se hace justicia, así, a D. Joaquín García Icazbalceta, ''maestro de toda erudición mexicana'', como le llamó Menéndez Pelayo en su época. Se han simplificado , asimismo, las introducciones que el traductor puso al frente de cada uno de los diálogos, aprovechando, claro ésta, la mayor parte de las preciosas noticias que contienen. El estudiante leerá así, sin tropiezo, la excelente traducción y saboreara una de las mejores producciones del siglo XVI.
Se ha conservado también la exhortación que hace al lector uno de los discípulos de Cervantes de Salzar, Alfonso Gómez Alfaro, y las palabras dignas y cordiales del benemérito impresor Juan Pablos, de Brescia, con que recomienda la obra de aquel maestro.
Por el colofón se verá que la obra fue aprobada por el Dr. Mateo Sedeño Arévalo, cátedratico de Decreto en la Universidad, y por el maestro de Prima de Teología en la misma, Fr. Alonso de la Veracruz.
Humanista distinguido, formado en la escuela de Luis Vives, Francisco Cervantes de Salazar llegó a México a mediados del siglo XVI. Desde su creación, se incorporó a la Real y Pontificia Universidad. En ella fue catedrático de retórica, conciliario y rector, al tiempo que proseguía estudios formales para obtener sus grados. De la pluma de Cervantes de Salazar se conservan no pocos escritos, de los cuales interesan más en nuestro medio los que dedicó a su nueva tierra. Entre éstos destacan la Crónica de la Nueva España y los diálogos latinos que, como continuación de los de Vives, publicó para el aprendizaje del latín. La Real y Pontificia Universidad de México, el interior de esta ciudad y sus alrededores, descritos en forma de diálogo por Cervantes de Salazar, son los tres textos que integran esta edición y la traducción del libro México en 1554, a la que se suma un apéndice, elaborado por el benemérito Joaquín García Icazbalceta. La Universidad Nacional Autónoma de México los reeditó en 1939, con prólogo y cronologías preparadas por Julio Jiménez Rueda; ahora La Universidad entrega esta primera reimpresión de la quinta edición de una de las fuentes más preciadas de nuestro conocimiento del México del siglo XVI, convertida ya en un clásico, tanto por su autor como por quienes la tradujeron y comentaron.
Humanista distinguido, formado en la escuela de Luis Vives, Francisco Cervantes de Salazar llegó a México a mediados del siglo XVI. Desde su creación, se incorporó a la Real y Pontificia Universidad. En ella fue catedrático de retórica, conciliario y rector, al tiempo que proseguía estudios formales para obtener sus grados. De la pluma de Cervantes de Salazar se conservan no pocos escritos, de los cuales interesan más en nuestro medio los que dedicó a su nueva tierra. Entre éstos destacan la Crónica de la Nueva España y los diálogos latinos que, como continuación de los de Vives, publicó para el aprendizaje del latín. La Real y Pontificia Universidad de México, el interior de esta ciudad y sus alrededores, descritos en forma de diálogo por Cervantes de Salazar, son los tres textos que integran esta edición y la traducción del libro México en 1554, a la que se suma un apéndice, elaborado por el benemérito Joaquín García Icazbalceta. La Universidad Nacional Autónoma de México los reeditó en 1939, con prólogo y cronologías preparadas por Julio Jiménez Rueda; ahora La Universidad entrega esta primera reimpresión de la quinta edición de una de las fuentes más preciadas de nuestro conocimiento del México del siglo XVI, convertida ya en un clásico, tanto por su autor como por quienes la tradujeron y comentaron.
|