En pocos escritores mexicanos puede verse tan claramente la transición de la novela mexicana hacia cauces de la narrativa moderna como en José Revueltas (1914-1976). Cabe una aclaración. Su modernidad no descansa en el cosmopolitismo de sus personajes. Al contrario, éstos pertenecen a las clases desposeídas, al lumpen urbano, o bien son, como el propio Revueltas, luchadores sociales que saben de soledad, de persecuciones y encierros. Lo actual está en la manera como trata sus temas: los problemas de obreros y campesinos abandonan el reino de lo pintoresco y se universalizan al hermanarse con los de sus semejantes de todas las latitudes; también lo está en la manera de narrar: en El luto humano (1943) el tiempo real que abarca la novela es muy corto, mas los tiempos personales que la introspección conquista hacen que cubra un periodo muy extenso, ganando así la narración en densidad y hondura.
Se da en Revueltas igualmente una actitud especial hacia la existencia que se señala con uno de sus ajetivos favoritos: atroz. La vida lo es. Las relaciones humanas y las de clase también. Revueltas es marxista de toda la vida, mas para él el marxismo no se resuelve en un final feliz. La condición humana entraña para él un sentimiento de orfandad, de soledad que alcanza niveles cósmicos. Y, prodigiosamente, logra expresar lo anterior utilizando personajes cuya cotidianeidad los hace insospechables: no están filosofando, están viviendo.
Esta edición círtica de El luto humano contempla un amplio estudio sobre los avances de la novela en la prensa; un novedoso análisis textual y otro sobre las variantes entre los testimonios cotejados.
Un cura cristero, un asesino a sueldo, tres miserables matrimonios campesinos, una niña que muere y la tierra inhóspita y la historia malhadada de México: en su segunda novela, Revueltas traza una situación límite donde las pasiones se entrecruzan hasta que las tierras yermas se inundan sepultando a los hijos traicionados de la Revolución y a los cristeros abandonados por dios y por la Iglesia. Cada uno de ellos va al encuentro de su destino con obstinación, y Revueltas condensa en ellos, con feroz maestría, su visión de la desesperada violencia mexicana, que enluta aquí todos los lazos humanos.
Un cura cristero, un asesino a sueldo, tres miserables matrimonios campesinos, una niña que muere y la tierra inhóspita y la historia malhadada de México: en su segunda novela, Revueltas traza una situación límite donde las pasiones se entrecruzan hasta que las tierras yermas se inundan sepultando a los hijos traicionados de la Revolución y a los cristeros abandonados por dios y por la Iglesia. Cada uno de ellos va al encuentro de su destino con obstinación, y Revueltas condensa en ellos, con feroz maestría, su visión de la desesperada violencia mexicana, que enluta aquí todos los lazos humanos.