Un grupo de jóvenes mexicanos encabezado por Manuel Maples Arce, Germán List Arzubide, Salvador Gallardo, Miguel N. Lira, lanzó un nuevo movimiento literario, el estridentismo. Las tesis del movimiento fueron enviadas a todos los diarios del país y fijadas, en una proclama, en los muros poblanos. Los firmantes se definían "irreverentes, afirmales, convencidos" y finalizaban su exposición ideológica con un sonoro "¡Viva el mole de guajolote!".
El manifiesto puede resumirse en el contenido de su último párrafo: "Proclamando como única verdad, la verdad estridentista. Defender el Estridentismo es defender nuestra vergüenza intelectual. A los que no estén con nosotros se los comerán los zopilotes. El estridentismo es el almacén de donde se surte todo el mundo. Ser estridentista es ser hombre. Sólo los eunucos no estarán con nosotros. Apagaremos el Sol con un sombrerazo".
El poeta germán List Arzubide, en su libro El movimiento estridentista, publicado por primera vez por Ediciones de Horizonte (Jalapa 1926) considera que "volamos en aeroplano y sobre las cabezas doloridas de tedio, cantamos con la fuerza de la hélice, somos ya estridentistas y apedreamos las casas llenas de muebles y viejos de silencio, donde el polvo se come los pasos de luz". Se ha destacado poco que 1922 fue escenario de un cambio fundamental en las artes de América Latina; fue el de la aparición estridentista y el de la Semana de Arte Moderno en Brasil. Sin conocerse, sin haber discutido, los jóvenes americanos exibían su independencia espiritual y exteriorizaban su ruptura total con el pasado. El estridentismo nació en Puebla, creció en Jalapa y llegó a la capital, donde tomó aliento en el "Café de Nadie" de la Colonia Roma.
Esta edición facsimilar recupera El movimiento estridentista publicado por primera vez a finales de 1926 por Ediciones Horizonte, la prensa del movimiento en Xalapa. Además incluye el ensayo medular El estridentismo: México 1921-1927 escrito en 1985 por Luis Mario Schneider.
«El manifiesto incendiario de Manuel Maples Arce, Actual No. 1 [diciembre, 1921], estableció el movimiento de vanguardia conocido como Estridentismo. A diferencia de los futuristas, cuyo proyecto requería la destrucción total del pasado y el rechazo de las tradiciones italianas, los estridentistas evitaron el nihilismo y caminaron en la línea delgada entre la reconstrucción posrevolucionaria y la innovación transformadora.
El movimiento estridentista de Germán List Arzubide es una retrospectiva escrita el año anterior de que el movimiento terminara. En éste, el autor cuenta distintos eventos históricos y elucubraciones fantásticas de modo episódico, pero con una cronología poco definida que lo acerca al monólogo interior; evoca el entusiasmo y las posibilidades, las provocaciones y las controversias propias del movimiento.
Al igual que la vanguardia rusa, el estridentismo se mantuvo atado a las nociones de progreso y utopía a pesar de su retórica provocadora. Si bien el movimiento mantuvo una posición antiacadémica, los estridentistas nunca dudaron del poder redentor del arte y creían firmemente que éste podía promover la reforma y el progreso social.»
-Lynda Klich