Cuéllar fue poeta, articulista, dramaturgo, cuentista, novelista, diplomático, e incluso “niño héroe”, pues participó en la defensa del Castillo de Chapultepec. Practicó también la pintura y la fotografía. Se le recuerda sobre todo por sus novelas, ya de corte realista, caracterizadas también por un buen sentido del humor. Fue también precursor en México de los derechos de autor.
A Cuéllar le interesa sobre todo el comportamiento y el ámbito de las clases emergentes, de los oportunistas dispuestos a sacar ventaja de las numerosas asonadas que asolaron al país. En contraposición, defiende los valores liberales e ilustrados del trabajo y la educación. Adriana Sandoval reúne aquí Baile y cochino, considerada por muchos críticos como la mejor de sus novelas, algunos poemas, la única obra de teatro que del autor se conserva y artículos periodísticos que revelan las preocupaciones sociales, económicas y educativas de Cuéllar. La antología se enriquece con dos estudios, uno del historiador Carlos Illades, especialista en el siglo XIX mexicano, y el otro de Manuel Ezcurdia, uno de los principales ensayistas sobre Cuéllar.
Marginada por buena parte del siglo XX, la cultura mexicana decimonónica tuvo defensores eruditos y vehementes como el escritor, bibliófilo y explorador de las mentalidades Enrique Fernández Ledesma, autor de Viajes al siglo XIX, libro que da título a esta serie de antologías de figuras tutelares de dicha centuria. Los compiladores y ensayistas de cada volumen ofrecen lecturas e interpretaciones amenas y novedosas, sustentadas en la pasión literaria y en el rigor historiográfico que convocan aquellos contemporáneos de un pasado indiscernible del México actual.
La Universidad Nacional Autónoma de México, el Fondo de Cultura Económica y la Fundación para las Letras Mexicanas han desarrollado este importante proyecto que ahora llega a los lectores con el propósito de ofrecer una visión renovada de fundamentales autores nuestros.