Enciclopedia de la Literatura en México

Heriberto Frías

Ángel Muñoz Fernández
1995 / 27 jul 2017 19:42

Nació en Querétaro, Querétaro, en 1870 y murió en Tizapán, D.F. en 1925. Dirigió algunos periódicos políticos. Subsecretario de Relaciones Exteriores, cónsul en Cádiz. Estimuló la lucha revolucionaria a través de sus novelas y artículos periodísticos. Colaboró en Debate (en él aparecieron sus primeros poemas), El Demócrata (en él apareció Tomochic en 1892), El Mundo Ilustrado (1896), El Combate (1896-1898), El Imparcial (1897-1899), El Correo de la tarde (1906), La Revista Moderna y otras más.

Heriberto Frías Alcocer nació el 15 de marzo de 1870, en Querétaro, Querétaro y murió el 12 de noviembre de 1925, en Tizapán, Ciudad de México. Fue escritor, periodista y militar. Desde muy joven, y debido a la temprana muerte de su padre, Frías trabajó en diversos oficios: repartió periódicos en la librería N. Budin, vendió boletos de teatro. La mala condición económica de su familia se hizo persistente, al grado de obligarlo a renunciar a sus estudios en la Preparatoria, primero, y a los del Colegio Militar, después, para unirse al servicio activo en el Noveno Batallón. En 1892, Frías participó en la campaña para apaciguar a los sublevados en Tomóchic, Chihuahua, de la que escribió una novela por entregas, que toma el nombre del lugar, y que apareció publicada, sin firma, en El Demócrata. Tomóchic se convertirá en su novela más famosa, entre otras cosas porque en su momento su publicación fue motivo suficiente para cerrar el periódico oposicionista que la albergaba, encarcelar a sus redactores –Joaquín Clausell, Querido Moheno, José Ferrel– y procesar al soldado que traicionaba las leyes castrenses con su crónica (Frías fue acusado de revelación de secretos de campaña). Salvado por Clausell, quien se hizo cargo de la paternidad de la novela, Frías fue dado de baja del ejército y desde ese momento se dedicó al periodismo. Morfinómano y alcohólico, se ganó la vida escribiendo para diversas publicaciones: El Debate, Gil Blas, El Demócrata, El Imparcial, El Correo de la Tarde, El Mundo Ilustrado, El Combate, El Mundo, Revista Moderna. Publicó bajo los seudónimos de Antic Novel, Así y Germinal y se destacó, sobre todo, como novelista y cuentista, aunque también publicó crónicas y algunos versos. Como articulista periodístico, Frías tiene una obra dispersa muy vasta, regida por un afán crítico incisivo e implacable ante las fallas del sistema político que le tocó atestiguar.

Su trabajo editorial fue abundante y la Biblioteca del Niño Mexicano es una de sus labores más notables. El objetivo de esta Biblioteca era didáctico: publicar en folletos, dedicados a los niños, pasajes de la historia de México relatados por Frías. Para sumar atractivo a estos textos, José Guadalupe Posada se encargó de ilustrarlos. Entre 1899 y 1901, vieron la luz 110 folletos de esta colección. En 1906, Frías vivió una suerte de destierro en Mazatlán, donde dirigió El Correo de la Tarde. Volvió a la Ciudad de México para estar al frente de El Progreso Latino y fungir como vicepresidente de la Prensa Asociada de los Estados. Durante el gobierno de Madero fue nombrado miembro del Comité Central del Partido Constitucional Progresista, así como subsecretario de Relaciones Exteriores. Tras el golpe de estado de Victoriano Huerta, Frías se trasladó a Hermosillo, Sonora, donde se hizo cargo de La Voz de Sonora. En 1914, participó activamente en la Convención de Aguascalientes como director de La Convención, órgano oficial de los constitucionalistas. Fue perseguido por el gobierno de Venustiano Carranza y condenado a muerte durante este período. Según J. W. Brown, en El diluvio de México Frías criticó a Carranza, razón por la cual la obra no se publicó y el autor huyó, aunque al final fue capturado, presentado ante consejo de guerra y condenado a muerte (sentencia conmutada por la de ocho meses de prisión). En 1920, bajo el mandato de Álvaro Obregón, Heriberto Frías viajó a Cádiz en calidad de cónsul de México. Allá escribió, casi ciego, su última novela, ¿Águila o Sol?

La recepción de su obra fue, ella misma, asunto de discusión. Germán List Arzubide afirmaba que en 1934 nadie leía Tomóchic, que a su aparición la novela fue ignorada por “los artistas de la pluma” y que ese silencio cómplice la condenó al olvido. Sin embargo, se sabe que Tomóchic fue bien recibida por sus contemporáneos (aparecieron notas a propósito de esta novela de parte de José Juan Tablada, Rubén M. Campos y José Ferrel, por ejemplo). Como bien señala Álvaro Matute, el hecho de que Francisco I. Madero hiciera mención de esta obra en La sucesión presidencial en 1910 (aunque sin nombrar a su autor) ayudó a cimentar la fama de la novela como un texto oposicionista. La mayor parte de los estudios dedicados a Tomóchic, la consideran precursora de la novela de la Revolución; si bien el asunto sigue siendo objeto de discusión, lo cierto es que esta categoría ayudó a su popularidad. Fue tal la importancia que tuvo Tomóchic en la obra de Frías, que el resto de sus trabajos quedaron, esos sí efectivamente, en el olvido. Es posible afirmar que sus críticos, en su casi totalidad, desdeñan el resto de su obra novelística (no hace falta decir que sus relatos, poesías y crónicas han sido desatendidos): el juicio que impera entre los estudiosos es que Tomóchic es superior en muchos sentidos al resto de su obra. Considerada más un documento del que se sirven los historiadores que un texto literario, la figura de Heriberto Frías como creador sigue en espera del gran estudio. 

Nació en la ciudad de Querétaro, el 13 de mayo de 1870; falleció en la Ciudad de México, el 12 de noviembre de 1925. Escritor y periodista. Participó en el movimiento del Partido Constitucionalista Progresista de Francisco I. Madero. Miembro del Comité Central y Subsecretario de Relaciones. Colaborador de El Combate, El Demócrata, El Imparcial, El Mundo Ilustrado y Revista Moderna. Fue director de El Monitor, El Constitucional, El Correo de la Tarde, El Proceso Latino y La Convención.

En 1884 se trasladó a la Ciudad de México para estudiar la preparatoria. En 1887, ingresó al Colegio Militar y dos años más tarde, al servicio activo. En 1892 su batallón fue enviado a sofocar a los indios tomochitecas de la sierra de Chihuahua. Su intervención en esa masacre lo hizo desertar del ejército y lo sumió en el alcoholismo; más tarde se dedicó a la literatura y al periodismo. La publicación en 1893 de la crónica de esa batalla en El Demócrata le acarreó juicio militar por delación de hechos de guerra. Las acciones allí descritas fueron la base de su obra más relevante, Tomóchic, cuya publicación significó para el autor y el editor meses en prisión. Colaboró por invitación de José Ferrel en El Demócrata que reanudó actividades el 1o de enero de 1895; allí publicó algunas de sus novelas en forma de folletín. Sus cuentos, estampas y leyendas aparecieron en sus columnas semanales. Tomóchic se editó bajo su firma en 1906 y fue llevada al cine como Longitud de guerra (con guión de Gonzalo Martínez) en 1978. Además de escribir en las páginas de El Imparcial, publicó en El Mundo Ilustrado, en Revista Moderna y en El Combate, periódicos en que se conserva dispersa su obra poética. En 1906 fungió como director de El Correo de la Tarde, de Mazatlán, Sinaloa; ahí adquirió fama como periodista de oposición. En 1909 encabezó la campaña electoral de José Ferrel en Sinaloa. La derrota del candidato obligó al escritor a huir a la capital del país. En la Ciudad de México dirigió El Proceso Latino y fue vicepresidente de la Prensa Asociada de los Estados y enarboló la lucha por los presos políticos (muchos de ellos periodistas). Participó en el Partido Constitucional Progresista que llevó a la presidencia a Madero; en ese partido fue miembro del Comité Central y subsecretario de relaciones. A la caída de Madero se trasladó a Hermosillo, donde dirigió La Voz de Sonora. Durante el proceso revolucionario dirigió El Constitucional (1910) y La Convención (1914-1915), órgano representativo de la soberana convención revolucionaria. Este diario se editó en los distintos lugares donde se estableció la Convención (Aguascalientes, San Luis Potosí, México y Cuernavaca). En 1915 dirigió El Monitor. Fue condenado a muerte por el gobierno de Carranza y sólo la intervención de un amigo pudo salvarlo. En 1920 Álvaro Obregón lo envió al consulado de Cádiz; para entonces estaba casi ciego y su esposa le escribía lo que él le dictaba. En esas condiciones escribió ¿Águila o sol? y los inicios de “El diluvio mexicano”, novela inconclusa e inédita, de fuerte crítica al carrancismo.

Heriberto Frías Alcocer, historiador, novelista y periodista. En sus novelas encontramos características costumbristas y realistas, antecedentes de la Novela de la Revolución con elementos de lo que actualmente se denomina novela reportaje y novela urbana. Sus obras tienen mucho de autobiográfico y denuncian la corrupción política y social de su tiempo. Es difícil deslindar el carácter periodístico e histórico de ellas. En la batalla de Tomóchic están presentes los abusos del poder central; en ¿Águila o sol?, la historia de la familia Águila da vida a otra, que, cual caras de una moneda, muestra la cíclica explotación a través del cacicazgo. En Los piratas del boulevard pinta personajes prototipo de los suburbios de la gran ciudad. En el Triunfo de Sancho Panza y en Miserias de México hallamos las corruptelas entre la prensa y el poder. Heriberto Frías incursionó en la narrativa infantil de corte didáctico en Biblioteca del niño mexicano que lleva ilustraciones de José Guadalupe Posada y que reúne más de ciento diez folletos de episodios históricos, obras cuyo fondo es la indagación histórica como en Episodios militares mexicanos o La guerra contra los gringos; rescató leyendas de tradición oral y elaboró con ellas sus Leyendas históricas. Es autor del ensayo biográfico, El general Félix Díaz. Periodista de combate en todo momento, fue censurado, perseguido y aprehendido en varias ocasiones. Sus textos periodísticos son de tema político y crítico a los gobiernos del general Díaz y de Carranza, evaluando y defendiendo la lucha de Madero y la Convención de Aguascalientes.

Seudónimos:
  • Antic novel
  • Así
  • Germinal

Tomochic

Producción:  Radio Educación
Productor: Alejandro Ortiz Padilla
Guion: Carmen Limón
Música: Vicente Morales
Género: Radionovela
Temas: Literatura Mexicana. Novela histórica
Participantes:
Actuación: José Luis Guzmán, Carlos Bonavides, Miguel Rodán, Pedro Gurrola, Manuel Ortega, Oscar Yoldi, Edith Kleiman, Lisa Willer, et al.
Fecha de producción: 1981
Duración de la serie: 06:25 hrs.