En los años ochenta del siglo XVI las letras hispanas se enriquecen con el desarrollo de un género nuevo: la comedia, de la que Lope de Vega es el más prolífico y genuino vocero: más de 1 500 de sus obras fueron gozadas en los tablados por el hombre de El Siglo de Oro. Mas la grandeza del Fénix de los Ingenios no se forjó solamente en el poema dramático; abarcó todos los géneros y plasmó en una vastedad de temas la pasión y la vitalidad de su temperamento. Este literato enamoradizo, conquistador irresistible, enemigo de las convenciones formales, se ordenó sacerdote a los 52 años - tras una crisis espiritual-, sin que por ello hiciera una vida de retiro ajena a los placeres y turbulencias terrenales. Pero quién discutía la moral de Lope. Ni el Santo Oficio, que lo nombró ministro subalterno. Aún vivo, era ya mítico. Aunque gran parte de su producción se ha perdido, se cuentas decenas de títulos conocidos: Fuenteovejuna, El caballero de Olmedo, El perro del hortelano, La gatomaquia, La Circe, La Dorotea, sus bellísimas rimas... Y porque el disfrute de la obra del Monstruo de la Naturaleza no se agota en aquellas, se publican aquí entremeses, comedias, ensayos y un auto sacramental escasamente difundido, en los que constan su interpretación del carácter popular, los valores de la sociedad de su época y su arte para manejar el idioma. Lope de Vega (1562-1635), de origen modesto, nació en Madrid y falleció en la misma ciudad coronado por el prestigio y la gloria.
En los años ochenta del siglo XVI las letras hispanas se enriquecen con el desarrollo de un género nuevo: la comedia, de la que Lope de Vega es el más prolífico y genuino vocero: más de 1 500 de sus obras fueron gozadas en los tablados por el hombre de El Siglo de Oro. Mas la grandeza del Fénix de los Ingenios no se forjó solamente en el poema dramático; abarcó todos los géneros y plasmó en una vastedad de temas la pasión y la vitalidad de su temperamento. Este literato enamoradizo, conquistador irresistible, enemigo de las convenciones formales, se ordenó sacerdote a los 52 años - tras una crisis espiritual-, sin que por ello hiciera una vida de retiro ajena a los placeres y turbulencias terrenales. Pero quién discutía la moral de Lope. Ni el Santo Oficio, que lo nombró ministro subalterno. Aún vivo, era ya mítico. Aunque gran parte de su producción se ha perdido, se cuentas decenas de títulos conocidos: Fuenteovejuna, El caballero de Olmedo, El perro del hortelano, La gatomaquia, La Circe, La Dorotea, sus bellísimas rimas... Y porque el disfrute de la obra del Monstruo de la Naturaleza no se agota en aquellas, se publican aquí entremeses, comedias, ensayos y un auto sacramental escasamente difundido, en los que constan su interpretación del carácter popular, los valores de la sociedad de su época y su arte para manejar el idioma. Lope de Vega (1562-1635), de origen modesto, nació en Madrid y falleció en la misma ciudad coronado por el prestigio y la gloria.