Las ediciones y traducciones de los evangelios suelen estar destinadas al estudio analítico o a la edificación religiosa, ya sea en el ámbito de la piedad privada o en el de la liturgia eclesiástica. Por su parte, esta edición de Los cuatro evangelios ofrece una versión de los textos griegos originales que se propone realzar su valor literario. Pues es innegable que los evangelios, además de su origen popular y de sus fines de propaganda, muestran una auténtica inspiración, la cual se sustenta en la tradición literaria hebrea y en la originalidad del mensaje de Jesús. Para lograr el propósito principal de esta nueva versión de los evangelios se emplean, entre otros, los siguientes recursos: se omite la división acostumbrada en capítulos y versículos, y se introducen subtítulos descriptivos; se reducen las fórmulas introductorias o ilativas, disponiendo los diálogos en forma coloquial; se suprimen algunas interpolaciones o se envían a las notas de pie de página o al glosario; se añaden ciertos detalles concretos tomados de la tradición primitiva o de las lecciones alternativas de las copia manuscritas; se precisan los libros del Antiguo Testamento que aparecen citados; se busca una expresión no estereotipada, que suene a la vez arcaica y actual. A manera de apéndice, se incluye en esta edición el texto de los Hechos de los Apóstoles, porque éstos constituyen la continuación del Evangelio de Lucas. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes presenta, dentro de su colección Cien del Mundo, esta versión literaria de Los cuatro evangelios, la cual fue preparada por el maestro Rafael Tena, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia.