Tristán e Isolda es una de las obras más representativas de la Edad Media y la que mejor parece ajustarse al gusto moderno. Fue, también, una leyenda muy popular que conoció versiones en distinstas lenguas a lo largo de los siglos. La fascinación que ejerció -y sigue ejerciendo- en el público, se debe quizás a la manera en que refleja ciertas inquietudes presentes en la literatura y en la vida, tales como el amor y la muerte, el bien y el mal, la rebeldía, la aventura, la justicia y el compromiso.Los primeros textos que se conservan de Tristán e Isolda son los escritos por Béroul y por Thomas de Inglaterra en la Francia del siglo XII, mismos que se ofrecen en esta edición. Se trata de dos versiones casi contemporáneas que, sin embargo, presentan características propias, debidas principalmente al público al que estaban destinadas.
Tristán e Isolda es una de las obras más representativas de la Edad Media y la que mejor parece ajustarse al gusto moderno. Fue, también, una leyenda muy popular que conoció versiones en distintas lenguas a lo largo de los siglos. La fascinación que ejerció –y sigue ejerciendo- en el público, se debe quizás a la manera en que refleja ciertas inquietudes presentes en la literatura y en la vida, tales como el amor y la muerte, el bien y el mal, la rebeldía, la aventura, la justicia, el compromiso.Tristán e Isolda es una de las obras más representativas de la Edad Media y la que mejor parece ajustarse al gusto moderno. Fue, también, una leyenda muy popular que conoció versiones en distintas lenguas a lo largo de los siglos. La fascinación que ejerció –y sigue ejerciendo- en el público, se debe quizás a la manera en que refleja ciertas inquietudes presentes en la literatura y en la vida, tales como el amor y la muerte, el bien y el mal, la rebeldía, la aventura, la justicia, el compromiso.
Los primeros textos que se conservan de Tristán e Isolda son los escritos por Béroul y por Thomas en la Francia del siglo XII, mismos que se ofrecen en esta edición. Se trata de dos versiones casi contemporáneas que, sin embargo, presentan características propias, debidas principalmente al público al que estaban destinadas. La de Béroul se dirigía a un auditorio elemental, quizás el mismo que escuchaba, quizás al mismo que escuchaba emocionado las canciones de gesta, de las que, en varios sentidos es tributaria. En esta versión predomina lo anecdótico y los personajes se definen por sus acciones; aunque en algunos pasajes el tono es humorístico, la violencia recorre la obra y la muerte siempre está presente. La de Thomas, en cambio, se adaptaba mejor a los gustos y exigencias cortesanas. En ella prevalece la reflexión, tanto del narrador como de los personajes, que continuamente cuestionan la validez de sus actos y enfrentan dilemas de orden moral, por lo que adquieren mayor complejidad y aparecen dotados de matices más profundos. El amor se convierte aquí en una experiencia religiosa. Puede decirse, sin temor a exagerar, que sus protagonistas, como los de Chrétien de Troyes, inauguran la tradición novelística que sienta las bases de una importante vertiente de la narrativa moderna, más preocupada por el individuo en conflicto con sus sociedad que por el mero hecho de contar.
Tristán e Isolda es una de las obras más representativas de la Edad Media y la que mejor parece ajustarse al gusto moderno. Fue, también, una leyenda muy popular que conoció versiones en distintas lenguas a lo largo de los siglos. la fascinación que ejerció - y sigue ejerciendo- en el público, se debe quizás a la manera en que refleja ciertas inquietudes presentes en la literatura y en la vida, tales como el amor y la muerte, el bien y el mal, la rebeldía, la aventura, la justicia y el compromiso.Los primeros textos que se conservan de Tristán e Isolda son los escritos por Béroul y por Thomas en la Francia del siglo XII, mismos que se ofrecen en esta edición. Se trata de dos versiones casi contemporáneas que, sin embargo, presentan características propias, debidas principalmente al público al que estaban destinadas. La de Béroul se dirigía a un auditorio elemental, quizás el mismo que escuchaba emocionado los cantares de gesta, de los que, en varios sentidos, es tributaria.En esta versión predomina lo anecdótico y los personajes se definen por sus acciones; aunque en algunos pasajes el tono es humorístico, la violencia recorre la obra y la muerte siempre está resente. La versión de Thomas, en cambio, se adaptaba mejor a los gustos y exigencias cortesanas. En ella prevalece la reflexión, tanto del narrador como de los personajes, que continuamente cuestionanla validez de sus actos y enfrentan dilemas de orden moral, por lo que adquieren mayor complejidad y aparecen dotados de matices más profundos. El amor se convierte aquí en una experiencia religiosa. Puede decirse, sin temor a exagerar, que sus protagonistas, como los de Chrétien de Troyes, inauguran la tradición novelística que sienta las bases de una importante vertiente de la narrativa moderna, más preocupada por el individuo en conflicto con su sociedad que por el mero hecho de contar.