Francisco Monterde (1894-1985). Su actividad docente, de investigación y crítica literaria, aunada a una fecunda escritura que abarca casi todos los géneros, cubre sesenta años de ricos empeños y hallazgos. La suya es una de las aportaciones más notables a la historia y la difusión de la literatura mexicana y, sobre todo, a la elaboración crítica y creativa de su perfil contemporáneo. En 975 recibió el Premio Nacional de Letras.
En cada uno de los textos de Una moneda de oro y otros cuentos, Monterde desarrolla una situación muy sencilla, única y cerrada en sí misma. Las historias transcurren en escenarios heterogéneos ¾calles, paseos, tendajones, oficinas y piqueras sin nombre¾, y en ellas “la fecha es lo de menos”, pues destacan de inmediato los episodios cotidianos de unos cuantos personajes. Todo puede comenzar con una casualidad al parecer insignificante, pero con un aire de sorpresa e irrealidad capaz de trastornar el curso de los sentimientos y los hábitos, o acaso de revelar un secreto hasta entonces oculto en la fidelidad a modestas rutinas. Puede ocurrir también que un personaje secundario evoque con desapego una historia trágica; entonces las desmesuras de la pasión o la fatalidad contrastan con las observaciones desenfadadas de este narrador casual e involuntariamente certero para hallar los escondrijos anímicos del hombre común. En cualquier caso, el autor ha evitado la nota melodramática y ha fijado, en cambio, ese gesto desamparado, contento o feroz que conduce a sus personajes al abismo o la satisfacción.
Entre sus obras más representativas destacan: Bibliografía del teatro en México (1933), Fábulas sin moraleja y finales de cuentos (1942) Moctezuma, el de la silla de oro (1945), Sakura (1963) y Mariano Azuela y la crítica mexicana (1973).