Enciclopedia de la Literatura en México

La región más transparente

mostrar Introducción

La región más transparente de Carlos Fuentes es la primera novela mexicana a la que podemos aplicar el término cosmopolitismo, debido a la tesis que sostiene sobre la conformación de la ciudad a partir de diversos orígenes, ideas y clases sociales. Su título proviene de una expresión de Visión de Anáhuac, ensayo que va y viene de la crónica a la viñeta histórica, del poema en prosa a la estampa costumbrista, escrito por Alfonso Reyes, y que sirve como punto de partida a la novela, ya que utiliza la Decena Trágica (acontecimiento histórico con el que culmina el ensayo) como inicio del rumbo que tomará la vida de los moradores. La genealogía desplegada sobre la planicie histórica, preserva la mirada que Fuentes tiene sobre la condición de la ciudad y sus habitantes.

Las mil y un máscaras de cada personaje se bifurcan en el traslúcido horizonte de la ciudad moderna. Algunos críticos sostienen que el protagonista de la novela es la ciudad, sin embargo, ésta es el resultado de la historia y sus habitantes. Los residentes dibujados con imponente textura son el registro de un pasado que retorna eternamente en el futuro, tiempo por el que los fantasmas, a caballo, lucharon en medio de la sonata interpretada frente al paredón. La justicia llegaría con la modernidad, para dejar atrás el hambre y la vileza. El siete de abril de 1958 la ciudad de México aparece en la primera novela de Carlos Fuentes. La publicación de La región más transparente, una de las obras más importantes de las letras hispanoamericanas, corrió a cargo del Fondo de Cultura Económica con un tiraje de 4000 ejemplares.

mostrar Estética de la urbe moderna

La ciudad que registra Fuentes a lo largo de La región más transparente, es la ciudad que nace en una atmósfera moderna y de un relativo fulgor cultural. El autor logra constituir un universo diegético complejo que determina una cartografía peculiar respecto a la urbe que retrata. La conciencia de clase da la dirección para diseñar los elementos estéticos de los personajes y escenarios captados por Fuentes. Narrada de modo fragmentario, a lo largo de sus páginas se despliegan diversos testimonios. Se conforma una polifonía atonal, congruente con el efecto deseado en la lectura y en la reflexión de cada testimonio. Las escenas contienen un nivel de densidad simbólica que permite engarzar conflictos diversos sobre la panorámica identitaria de la ciudad. Como efecto de iconización, se rescatan modos de hablar y prácticas para definir la atmósfera y el carácter de los protagonistas.

Es importante analizar la lectura cinematográfica expuesta en la sucesión de imágenes que el redoblar prosaico de Fuentes intercala a contraluz. De forma visible se establecen personajes principales y secundarios, añadiendo primeros planos, secuencias largas con interposición de fragmentos; a través de la analepsis se conectan, dentro del tiempo diegético, escenas del pasado de los protagonistas así como del propio universo que el autor edificó. Para dar un seguimiento a dichas escenas, existen personajes que logran articular de forma congruente la trama. Ixca Cienfuegos es construido a manera de narrador omnipresente. Como Joseph Sommers lo analiza, Ixca entra y sale de todas las escenas, conoce a todos los personajes, habla con cada uno e incluso crea las condiciones para que, a su antojo, los demás terminen con su vida, como se observa en el caso del protagonista secundario Norma.

Cienfuegos sirve al novelista para desarrollar uno de los elementos más importantes encontrados a lo largo de su obra: las raíces históricas, esto es, el mito y la exploración del presente a través del pasado. La fuerza de Ixca no se representa por su corporalidad (pues la descripción designa más un tipo de espíritu o incluso de encarnación de la muerte, en masculino), sino mediante sus diálogos. El poder para unir los fragmentos y las historias, por ejemplo de los personajes principales Federico Robles y Rodrigo Pola, así como establecer el ocaso de la ciudad neocapitalista, produce la implosión sobre la urbe en la que nos tocó vivir.

En la voz de Ixca se encuentran las pistas para analizar el discurso crítico del México sobre el que escribe Fuentes. En el personaje el autor constituye la conciencia de los personajes y de la urbe en general. Dentro del discurso del protagonista, el escritor devela el sentido institucional de la Revolución mexicana, es decir, contrapuntea no sólo los relatos de los demás personajes, sino el discurso sobre el que se sientan las bases de la modernidad mexicana.

mostrar Rumores, discursos, estilos: elementos técnicos, formales y temáticos

Fuentes logra dar un salto de la denominada Novela de la Revolución, para llegar a la renovación que instaura a partir del lenguaje. En diversas escenas, sobre todo en las que se concentran múltiples personajes, principales o no, el uso de palabras contextualizadas, respecto al protagonista y no a la situación, proporciona un matiz estilístico por el que es reconocida su pluma. En este sentido Samuel O´Neill señala el uso de jitanjáforas (término acuñado por Reyes para referirse a las expresiones que se apoyan en el contexto para identificar su significado) en secuencias como la de la fiesta. Palabras que sólo bajo el contexto de las escenas, o incluso de los recursos históricos, denotan un nivel de interpretación necesario para abrirse ante el lector.

Encontramos esa vuelta de tuerca sobre el discurso de la Revolución en el personaje de Federico Robles. Su narración, iterativa, en la trama se observa como un elemento icónico, pues representa el símbolo de la corrupción del ideal revolucionario. Robles, quien luchó en el movimiento insurgente, con el paso del tiempo se incorpora a una nueva clase social, deja de lado sus principios para enfundarse en traje de casimir y tomar cocteles de licores perfumados.

Gracias a la fuerza de los protagonistas, es fácil observar la crítica traspuesta respecto a la identidad del mexicano. El autor continúa la fase de análisis sobre el resultado de la lucha revolucionaria, cada vez más diluida, y la condición de duda sobre el humanismo, misma que permea al mundo occidental de mediados del siglo xx. El existencialismo, así como la devastación de diversas naciones causada por la Primera y Segunda Guerra Mundial, influyeron en la pluma del joven escritor. Para él no se trataba de un interés externo, o de un planteamiento exógeno; en realidad el conocimiento de la filosofía que adquirió en las bibliotecas francesas tuvo una importancia inmediata en su vida, casi desde su primer contacto con tierras europeas. Independientemente de la relación que sostiene con Paz, quien en ese momento plantea algunas preguntas pertinentes sobre la forma de ser y presentarse del mexicano, para el escritor se trata más de formular, a través de un estilo complejo, el tiempo y espacio en el que miles de mexicanos tienen que buscar su sitio, bajo condiciones prácticamente nebulosas.

Es entre una cortina de humo y los rayos de sol que sigilosos atraviesan las ventanas de cuartos de vecindad, de azotea, palacios levantados sobre Reforma, el momento donde los personajes encarnan las vivencias y las dudas de los 2.9 millones de habitantes que sobreviven en la urbe en la década de los cincuenta. Algunos críticos como Joshep Sommers o Jean Franco establecen, que el también autor de Aura, configura una tipología general del mexicano, lugar ahora común pero que, durante los primeros años de recepción de la obra, dio la correspondencia directa para comprender algunos tonos estilísticos.[1] Una de las escenas donde se posibilita la mayor visibilidad de esta propuesta se presenta en la fiesta, referida en el capítulo “El lugar del ombligo de la luna”. Ahí los protagonistas concentran su posición esnob con la condición social en la que algunos como Pimpinela venida a menos, en otros como la de Bobó, siempre en un estatus astral, y en Rodrigo Pola la condición flotante de la emergente clase media, a veces baja, otras distante, como se dibuja en el siguiente fragmento:

Una costilla de humo mantenía vertical el salón. Bobó se había sentado en un peldaño, solo con un vaso, para gozar a sus anchas este espectáculo del éxito y la animación. Una dulce ensoñación flotaba por sus ojos azules. Bobó ex machina. […] En un rincón, las señoritas de gafas asentían urgentemente al nervioso hablar de Estévez: El mexicano es este ente, anónimo y desarticulado, que se asoma a su circunstancia con, a lo sumo, miedo o curiosidad. El Dasein, en cambio, ha tomado conciencia de la finitud del hombre; éste es un conjunto de posibilidades, la última de las cuales es la muerte, siempre vista en terceros, nunca experimentada en pellejo propio. ¿Cómo se proyecta el Dasein a la muerte?
Las señoritas de gafas tiraban de sus suéteres con alegría sudorosa.[2]

Dentro de los aspectos estilísticos se observa una clara correspondencia entre los lenguajes realista y poético. Fuentes logra establecer un diálogo continuo entre metáforas, datos históricos pertinentes, pero igualmente una renovación del lenguaje. Dentro del argot utilizado por diversos habitantes, en contextos distintos, el autor rescata el sonido de palabras perdidas sobre el mar de gente. Cogote, jorobar, coktail, highball o expresiones en francés e inglés como chez moi, construyeron una diversidad lingüística propia del cosmopolitismo de la ciudad de México de la época de Cuevas, de la Zona Rosa, y el auge de las Lomas de Chapultepec.

mostrar Entrada a la ciudad: crítica y recepción de la obra

En 1958 el mundo editorial era muy distinto al contemporáneo. La recepción y la crítica literaria, antes de los monopolios editoriales, tenían una forma de operar distinta: las lógicas de mercado tenían otras estrategias y propiamente se hablaba de una comunidad literaria, intelectual incluso. Antes del histórico siete de abril, La región había pasado, de mano en mano, por diversos personajes de nuestra historia letrada. En realidad la novela abre el camino, tanto en la búsqueda de lectores ávidos de nuevas propuestas estéticas, como de una forma de posicionar internacionalmente a las letras latinoamericanas. Esa comunidad que se reunía en cafés, en parrandas literarias (no en vano Fuentes recurre de forma irónica a la figura de la fiesta como punto de crítica del esnobismo), fue la misma que extendió la fama, buena y mala, del joven que encontró el momento para cambiar la forma de hacer literatura. De esta manera, como lo resalta José Emilio Pacheco en su artículo “Carlos Fuentes en 1958”, la novela no sólo encontró buena recepción entre los intelectuales, sino en un público que se enfrentaba a la realidad porosa y evanescente del entorno político y social. Es la crítica a la Revolución y la captura de la actualidad lo que le da ese lugar, que se ha ido acrecentando en más de cincuenta años.

Con su anterior libro, Los días enmascarados (1954), la industria editorial y el propio autor observaron que existía un público receptivo a distintas experiencias estéticas. Otro aspecto importante para la buena recepción de la novela fue el haber adelantado capítulos en Revista Mexicana de Literatura, dirigida por el propio autor, así como en el suplemento México en la Cultura del periódico Novedades y la Revista de la Universidad. El propio Fernando Benítez diría en el citado suplemento “cualquiera que sea el destino de la novela mexicana, ya no le espera el desdichado ninguneo”; Carlos Monsiváis afirma que Benítez no se equivocó con tal aseveración. Desde la perspectiva de la crítica cultural, la novela desde sus inicios fue bien valorada, sobre todo por los aportes de registros de diversos grupos sociales confrontados sobre un escenario en próxima construcción. Carlos Fuentes se adelanta dos años a la publicación del trabajo antropológico de Oscar Lewis Los hijos de Sánchez, donde con base en un detallado proceso etnográfico observamos el entorno cotidiano de familias como las que el escritor retrata a partir de la figura del bracero o la prostituta, entre otros protagonistas, que aparecen de forma intermitente, pero que describen los problemas a los que se enfrenta la urbe en el sistema de industrialización. Otro punto que favoreció la recepción dentro del círculo intelectual es el acercamiento al horizonte filosófico de occidente; no sólo por los matices del existencialismo, sino por la crítica posmarxista, sustentada por el discurso crítico frente a la revolución, así como la conciencia de clase. El autor logra crear un cosmopolitismo singular por medio de sus personajes. El bracero, el migrante campesino, el obrero, el intelectual y todas las capas que conforman la nueva burguesía son una cartografía del sustrato social de esa época. El hecho de que cada lector, a la fecha, halle su reflejo en la diversidad de protagonistas causó una conexión entre las generaciones que han caminado por esta ojerosa región.

Más de cinco décadas han pasado desde que la pluma recorrió las calles, plazas y antros de la capital que se disuelve al alba. Por todo el mundo las estampas, fragmentos y el polvo de ciudad han quedado esparcidos, posicionando a la literatura mexicana, a través de la pluma de Carlos Fuentes, como un lugar trascendental en el horizonte de las letras universales.

mostrar Bibliografía

Franco, Jean, “La región más transparente de Carlos Fuentes: entre el orden y el desorden”, en Pol Popovic Karic (comp.), Carlos Fuentes: perspectivas críticas, México, D. F., Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, 2002, pp. 61-78.

Fuentes, CarlosLa región más transparente, México, D. F., Alfaguara, 2008.

Lewald, H. Ernest, “El pensamiento cultural mexicano en La región más transparente de Carlos Fuentes”, Revista Hispánica Moderna, núms. 3-4, julio-octubre,1967, pp. 216-223.

Pacheco, José Emilio, “Carlos Fuentes en 1958”, Proceso, núm. 74, 1978, pp. 54-55.

Sommers, JosephYáñez, Rulfo, Fuentes: la novela mexicana moderna, Caracas, Monte Ávila, 1969.

mostrar Enlaces externos

Dominguez Reyes, María, “La región más transparente: las voces de la ciudad de México”, Revistas científicas complutenses, Universidad Complutense de Madrid, (consultado el 24 de septiembre de 2012).

Meza García, Gerardo, “La narrativa urbana en la región más transparente de Carlos Fuentes”, Crítical. cl., revista latinoamericana de ensayo fundada por Adolfo Parado en Santiago de Chile en 1997, (consultado el 11 de mayo de 2012).

Monsiváis, Carlos, “Pasiones urbanas a la orden. (La ciudad de México y la cultura 1900-1950)”, Sistema de información científica REDALYC, (consultado el 17 de abril de 2012).

En una novela que tiene como título una sentencia de Alfonso Reyes, Fuente se propuso recrear las clases y los tipos sociales de la ciudad de México, desde la alta burguesía improvisada y los herederos de la llamada aristocracia porfirista, hasta el naciente proletariado de la época que observa, sin olvidar a quienes se mueven de una clase y otra.

* Esta contraportada corresponde a la edición de 1960. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.



La región más transparente: una novela que ha vuelto para ofrecer una semblanza actual del México contemporáneo.

“No basta atestiguar la miseria y las derrotas de México. ¿A quién son imputables? […] por cada mexicano que murió en vano, sacrificado, hay un mexicano responsable. […] para que esa muerte no haya sido en vano, alguien debe asumir la culpa. La culpa por cada indígena azotado, por cada obrero sometido, por cada madre hambrienta.”

En esta edición conmemorativa, y a cuarenta años de su publicación,
La región más transparente se reafirma, si dudas, como la primera gran novela urbana del México posrevolucionario.

Edición especial con dossier crítico. Incluye textos de: Julio Cortázar, José Lezama Lima, Fernando Benítez, Salvador Elizondo, José Alvarado, Luis Cardoza y Aragón, Salvador Novo y Miguel ángel Asturias.  
* Esta contraportada corresponde a la edición de 1994. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.


El empleo de diversas técnicas narrativas y novedades tipográficas, la ruptura con las tradiciones vigentes y la utilización original de tradiciones olvidadas, así como la recopilación de vocablos mexicanos, hicieron de esta obra un poderoso catalizador en el proceso de renovación de las letras hispano-americanas.

* Esta contraportada corresponde a la edición de 2006. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.


Con motivo del ochenta cumpleaños del escritor mexicano Carlos Fuentes en 2008, la Academia Mexicana de la Lengua invitó a la Asociación de Academias de la Lengua Española a sumarse a las celebraciones con la elaboración de una edición conmemorativa de su novela La región más transparente. La obra, que ese mismo año cumplía cincuenta, supuso en el momento de su publicación una ruptura de los moldes tradicionales de la narrativa, debido entre otros factores a su exploración pionera del lenguaje, y constituyó una de las primeras muestras de la nueva novela hispanoamericana.
Para la presente edición, el autor revisó y fijó el texto. Completan el volumen los siguientes estudios sobre la novela y su autor, preparados por algunos académicos americanos y españoles:

«Carlos Fuentes, epígono y precursor», Gonzalo Celorio
«Carlos Fuentes en La región más transparente», José Emilio Pacheco
«El nacimiento de Carlos Fuentes», Vicente Quirarte
«Historia y novela. La región más transparente, de Carlos Fuentes», Carmen Iglesias
«La manzana de oro», Sergio Ramírez
«El perenne Carlos Fuentes», Nélida Piñon
«La redención de la literatura», Juan Luis Cebrián
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2008. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.



»La novela, como se sabe, está fundada en una estructura muy parecida a la sociedad que describo: es chiclosa, a medio cocinar, deforme. Caótica como la sociedad de México. «
Carlos Fuentes

«Has venido a dar conmigo sin saberlo, a esta meseta de joyas fúnebres. Aquí vivimos, en las calles se cruzan nuestros olores, nuestras carnes ociosas y tensas, jamás nuestras miradas. Aquí caímos. Qué le vamos a hacer, Aguantarnos, mano. A ver si algún día mis dedos tocan los tuyos. Ven, déjate caer conmigo en la cicatriz lunar de nuestra ciudad, ciudad puñado de alcantarillas, ciudad presenciada de todos nuestros olvidos, ciudad del son detenido, ciudad a fuego lento, ciudad con el agua al cuello, ciudad perro, suntuosa villa, ciudad lepra y cólera, hundida ciudad. Tuna incandescente. Águila sin alas. Serpiente de estrellas. Aquí nos tocó. Qué le vamos a hacer. En la región más transparente del aire. » 
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2008. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.


Del autor de Aura, La Silla del Águila y La muerte de Artemio Cruz. La región más transparente ha sido considerada la primera obra del boom latinoamericano.

La región más transparente fue la primera novela de Fuentes, la que le abrió todas las puertas posibles. Inventario de la sociedad mexicana, es también una suerte de versión vanguardista de la comedia humana, en la que, a través de un curioso mapa de linajes, se representan mundos y submundos entrelazados. La ciudad de México emerge en su moderna complejidad, y la escritura nos proporciona una cartografía de la red social que este mundo teje.

No basta atestiguar la miseria y las derrotas de México. ¿A quién son imputables? (...) para cada mexicano que murió en vano, sacrificado, hay un mexicano responsable. (...) para que esa muerte no haya sido en vano, alguien debe asumir la culpa. La culpa por cada indígena azotado, por cada obrero sometido, por cada madre hambrienta...

La crítica ha opinado:

"Leer a Fuentes es exceder límites, cruzar fronteras, ensayar la hibridez y reconocer, entre esos umbrales, un nuevo espacio de reconstrucciones. Comunica una energía inquieta, una complicidad tan imaginativa como crítica" -Julio Ortega, Revista de la Universidad de México-
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2016. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.



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Editorial: Dirección de Literatura UNAM
Lectura a cargo de: Carlos Fuentes
Operación y postproducción: Fabiola Rodríguez
Año de grabación: 1961
Género: Narrativa
Temas: Carlos Fuentes (Panamá, 1928- Ciudad de México, 2012). Uno de los escritores mexicanos más destacados del siglo XX y referencia obligada para los escritores contemporáneos, con un corpus narrativo y ensayístico edificado a lo largo de varias décadas bajo el nombre de “La edad del tiempo”. Fuentes es autor de piezas que abarcan prácticamente todos los géneros, desde la novela y el cuento hasta el guión cinematográfico, el teatro e incluso el libreto operístico. Fue un acucioso explorador de la identidad mexicana, tema frecuente en su obra. Entre sus títulos más destacados, de los muchos que constituyen su obra, se encuentran: La muerte de Artemio Cruz, Aura y Terra Nostra. A lo largo de su trayectoria fue distinguido con los más importantes galardones literarios a nivel nacional e internacional como los premios Biblioteca Breve, Rómulo Gallegos, Alfonso Reyes, Nacional de Ciencias y Artes, Cervantes, Príncipe de Asturias, entre muchos otros. La región más transparente (1958), novela que inauguró el llamado Boom de la literatura latinoamericana, es una crítica a la composición de la sociedad mexicana de la década de los años 50. De igual manera, el capítulo que se presenta, pone de manifiesto la búsqueda de la identidad de un país en cuya rica herencia se combinan elementos del pasado prehispánico y colonial, además del México moderno. Esta lectura fue grabada en 1961 para la serie «Voz Viva de México» de la Dirección de Literatura de la UNAM. D.R. © UNAM 2014

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