La Colección Popular significa un esfuerzo editorial —y social— para difundir entre núcleos más amplios de lectores, de acuerdo con normas de calidad cultural y en libros de precio accesible y presentación sencilla pero digna, las modernas creaciones literarias de nuestro idioma, los aspectos más importantes del pensamiento contemporáneo y las obras de interés fundamental para nuestra América.
Salvador Toscano, 1912-1949, sobresalió por su dedicación al estudio de la cultura indígena anterior a la Conquista.
Entre sus papeles se encontró este libro, en el que describe brevemente los acontecimientos inmediatos a la Conquista. Su amorosa actitud ante el mundo indígena que se derrumbaba por el embate de la civilización occidental y la comprensión de lo que la Conquista significaba en el siglo XVI son virtudes que Toscano ha aplicado en esta obra, presidida por la imparcialidad, y fundamentada en las descripciones contenidas en los documentos de la época.
Se reproducen algunas ilustraciones de códices que representan los hechos más notables tanto de la vida indígena como de la Conquista.
Cuauhtémoc, aquél cuyo “silencio resuena aún” en palabras de Torres Bodet y el “único héroe a la altura del arte” en las de López Velarde es seguramente, también, uno de los personajes menos conocidos de nuestra historia. La sola descripción de que él existe, y no muy esclarecedora, es la que da Bernal Díaz: “Bien gentilhombre y de buena disposición y rostro alegre. De muy gentil disposición así de cuerpo como de facciones y la cara algo larga y alegre, y los ojos más parecía que cuando miraba que era con gravedad que halagüeños.”
Entre los papeles que dejó Salvador Toscano (1912-1949), tras su muerte prematura, se encontró este Cuauhtémoc, documentado estudio destinado a arrojar luz sobre la vida del hijo de Ahuítzotl y la princesa Tiyacapantzin, y sobre su momento histórico. Toscano no pudo concluir su obra y los capítulos xxv y xxvi fueron preparados por Rafael Heliodoro Valle por encargo de la familia del escritor. El libro apareció póstumamente, en 1953, publicado por el Fondo de Cultura Económica.
La narración avanza desde el nacimiento del héroe, su educación, su ascenso al grado de tecuhtli, al de señor de Tlatelolco y al de undécimo señor de México, para llegar a aquél día de San Hipólito Mártir, 13 de agosto de 1521, en que hasta la medianoche llovió sin cesar, cuando vio caer la capital de su imperio que defendió como raras veces se ha defendido un estilo de vida o una forma de pensamiento: contra el sentido de sus presagios, contra la fuerza de sus leyendas, contra el pronóstico de sus dioses.