Nació en la Ciudad de México, el 24 de mayo de 1924; muere el 29 de abril de 1996. Poeta y ensayista. Estudió Derecho en la UNAM, Estética en la Universidad de París y Filosofía Medieval en El Colegio de Francia. Fue director general de Difusión Cultural y presidente de la Comisión Editorial de la UNAM; director de la colección de Poesía y Ensayo publicada por la Imprenta Universitaria; embajador de México en Grecia; director general de Biblioteca y Archivo de la SRE; director de la Biblioteca de México y de México en el Arte, Revista de la Universidad de México y Gaceta del FCE; miembro fundador del consejo editorial de El Espectador; codirector de México en la Cultura. Miembro de El Colegio Nacional. Colaboró en El Espectador, Excélsior, La Gaceta del FCE, México en el Arte, México en la Cultura, Novedades, Plural y Revista de la Universidad de México. Becario del Gobierno Francés en París, 1950. Miembro del SNCA, como creador emérito, desde 1994. Premio Magda Donato 1978. Una de las sucursales de la red de librerías de la UNAM ha sido nombrada en su honor.
09 oct 1993 / 20 ago 2018 15:28
Obtuvo el título de abogado con mención honorífica en la Escuela Nacional de Jurisprudencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) en 1949 e inició en ese año los estudios de posgrado. En la Facultad de Filosofía y Letras (ffl) y en Francia, becado por el gobierno francés, hizo estudios e investigaciones en Letras; de Estética, en la Universidad de París y de Filosofía Medieval en El Colegio de Francia. Desde los 22 años desempeñó diferentes cargos en instituciones de promoción cultural: fue consejero del Instituto Nacional de Bellas Artes (inba) en 1947, subdirector general de 1948 a 1949 y entre 1949 y 1952 se hizo cargo de la Dirección General y jefe del Departamento Editorial (1951-1953). Fungió como director de Difusión Cultural de la unam (1953-1955); embajador de México en Grecia (1965-1968) y, a su regreso, director general de Bibliotecas y Archivos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (1968-1971); director de la Colección Poemas y Ensayos de la Imprenta Universitaria, así como presidente de varias Comisiones Editoriales: de la unam, del Instituto Mexicano del Libro y del Centro Interamericano de Libros Académicos, entre otras. A partir de 1971 fue asesor técnico del Fondo de Cultura Económica (fce), subdirector general en 1974 y director general de 1982 a 1989. La revista Universidad de México se convirtió durante su gestión de 1953 a 1965, de un órgano de información interna, en una publicación internacional; ahí colaboró con poesías, traducciones y con la columna "La feria de los días", recopilada después en el libro del mismo nombre. Fue coordinador de la revista México en el Arte, de 1948 a 1953; codirector de "México en la Cultura" y miembro fundador de El Espectador. Durante 18 años dirigió La Gaceta del Fondo de Cultura Económica en la que publicó numerosas traducciones, poesías, comentarios y reseñas bibliográficas a través de su columna "Litoral", que posteriormente apareció en la revista Vuelta. Colaboró en Cuadernos Americanos, Revista Mexicana de Literatura, Plural, en el suplemento "Diorama de la Cultura", con la columna de noticias culturales "Su mesa de redacción", y en Novedades, donde abordó temas políticos y literarios en "Inventario", de la página editorial; en Unomásuno, "Sábado", La Jornada y "La Jornada Semanal". Publicó en Mito y Eco (Bogotá), Botteghe Oscure (Roma), Casa de las Américas (La Habana), Marcha (Montevideo) y Amaru (Lima) entre otras publicaciones. Como promotor de cultura viajó a distintos países de América y Europa y participó en varios encuentros literarios internacionales. En 1950, el gobierno francés le otorgó una beca de estancia en París.
Jaime García Terrés, poeta, ensayista y traductor, se inició en las letras a los 17 años con el ensayo Panorama de la crítica literaria en México. En su libro Sobre la responsabilidad del escritor, presentó los deberes éticos de todo literato, así como los problemas de censura con los que éste se enfrenta. La feria de los días reúne textos periodísticos políticos y culturales cuya tesis fundamental ubicaba el problema central de la vida pública mexicana en la libertad del voto. En el terreno de la crítica literaria destaca su estudio sobre la poesía de Gilberto Owen, Poesía y alquimia. Los tres mundos de Gilberto Owen, texto que instauró a Owen dentro del canon de la poesía mexicana. Sus viajes a Grecia originaron dos libros de crónicas: Grecia 60, poesía y verdad y Reloj de Atenas, este último es un relato de su estancia como embajador en ese país, en donde muestra que el protocolo, el burocratismo, la represión gubernamental, fueron motivo de su renuncia al cargo. Tales prácticas no le impidieron expresar su admiración por la cultura y literatura griegas. A través de sus artículos periodísticos se advierte su inconformidad ante los vicios de la sociedad y un constante compromiso con la verdad. Su poesía, de estilo propio y definido, aborda algunas veces temas heroicos y de homenaje a personajes de la literatura universal; en otras, lo cotidiano es revalorado como un proceso de aislamiento de la realidad degradada y banal en que vivimos, apartándonos del tiempo y de la muerte, también se interesa por el dolor, el amor, la lejanía y el proceso de escritura, exaltando la vitalidad de la experiencia libresca. La poesía de García Terrés va del verso libre a la prosa poética, muestras de su destreza rítmica, su sobriedad y su refinamiento artístico. Todo lo más por decir, Reloj de Atenas, Grecia 60, Los reinos combatientes, Corre la voz y 100 imágenes del mar incluyen, poemas, ensayos y excelentes traducciones. García Terrés ha sido el principal traductor de la poesía griega contemporánea; también ha traducido la obra de escritores como Malcolm Lowry, Ezra Pound, T.S. Elliot, Chesterton, Laforgue, Gottfried Benn, Hölderlin y W.B. Yeats. Sus traducciones son versiones enriquecidas por elementos de su propia creación.
Jaime García Terrés fue poeta, traductor, periodista cultural, promotor literario, funcionario y editor universitario e institucional. La personalidad editora de García Terrés, resultado de su compromiso como funcionario público y hombre de letras, es reveladora para entender importantes fenómenos de la vida literaria y cultural durante la segunda mitad del siglo xx en México en un sentido amplio, sin lugar a dudas, pero también restringido para dimensionar la complejidad del poeta e intelectual que representa y el valor de su obra en conjunto.
Jaime García Terrés se graduó en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) en 1949. Durante sus estudios de licenciatura llegó a acudir a cursos en la Facultad de Filosofía y Letras, en donde conoció a José Luis Martínez y a Joaquín Díez-Canedo, cuyas personalidades literarias y editoriales representaron para el joven estudiante modelos a seguir. También por esos años, logró establecer una amistad intelectual con el escritor Alfonso Reyes a quien consultaba respecto de su vocación literaria y profesional, una relación que García Terrés procuró hasta la muerte de Reyes en diciembre de 1959:
Ni la educación primaria ni la secundaria lograron sacudirme la pereza del soñador. Pero durante los años del bachillerato la adolescencia se me volvió difícil y oscura. La lucha por la expresión cobró el aspecto de una lucha a muerte. Alfonso Reyes, a quien por entonces conocí, me convenció de que no debía renunciar a la carrera de abogado; y al dedicarme su Visión de Anáhuac, publiqué un pequeño folleto: Panorama de la crítica literaria en México. La poesía siguió en un terreno estrictamente confidencial.[1]
Esta primera obra de Jaime García Terrés publicada en 1941, recuerda por su intención crítica y de intelectual profesional los primeros pasos de Alfonso Reyes y sus Cuestiones estéticas de 1911. Existió en la cercanía del joven poeta al escritor consagrado una intención de aparecer en una continuidad de tradiciones, por ejemplo el evidente helenismo perseguido y cultivado por Jaime García Terrés fue el resultado de la formación intelectual y la lección personal recibidas de Reyes. Además, García Terrés tuvo el privilegio que todo lector atento y estudioso puede anhelar: el diálogo directo y presente con su autor modelo. Respecto de su personalidad como promotor literario y editor de instituciones, Reyes también fue un modelo a seguir tanto en su figura pública, como en la forma de publicarse y presentarse a sí mismo a lo largo de su trayectoria literaria, ya sea en ediciones de autor, ya en ediciones universitarias e institucionales, García Terrés al igual que Reyes hizo convivir el compromiso del funcionario con la vocación creadora.
Con sólo 23 años de edad, Jaime García Terrés aceptó en 1947 la invitación de Carlos Chávez para ser consejero del Instituto Nacional de Bellas Artes (inba), por lo que su experiencia laboral en instituciones culturales fue muy temprana y formativa. Su dedicación le aseguró en poco tiempo que se encargara de la subdirección del inba, puesto que dejó finalmente para realizar estudios por un breve periodo en Francia, con patrocinio del gobierno francés. En 1949 dio a conocer en edición de autor su tesis profesional con el título Sobre la responsabilidad del escritor en México; y al año siguiente viajó a Francia nuevamente becado a instancias del Instituto Francés para América Latina (ifal) para estudiar estética en la Universidad de París y filosofía medieval en el Collège de France. En este periodo parisino conoció a Carlos Fuentes y a Octavio Paz.
A su regreso en México, Jaime García Terrés aceptó reintegrarse al inba por invitación de Carlos Chávez para ocupar la jefatura del Departamento Editorial y coordinar la revista México en el Arte de 1948 a 1952. Con esta revista la figura del gran editor “creador de revistas literarias”, como lo definió su amigo Juan García Ponce según testimonio de Rafael Vargas, empezaría a proyectarse con brío en la escena cultural.[2] Además de dirigir la revista, Jaime García Terrés se desempeñó en esos años como consejero del Instituto Internacional de Teatro (Centro Mexicano), dependiente de la unesco. A su desempeño en la jefatura del Departamento Editorial del inba, le siguió su nombramiento de director de Difusión Cultural de la unam en 1953, un cargo universitario en el que se mantuvo con éxito más de una década hasta 1965, y sus labores fueron múltiples y extensivas como el inicio de la colección Poesía en Voz Alta en 1957, la fundación de La Casa del Lago como centro cultural de las actividades de la universidad abierto al público en 1959, la colección Voz Viva de México con la colaboración de Juan José Arreola y Octavio Paz, que en la actualidad representa un invaluable acervo sonoro de los autores más prestigiados del momento, que en 1965 alcanzó a reunir las voces continentales en Voz viva de América Latina, además de dar nueva vida con su dirección a la Revista de la Universidad de México.
En esta nueva etapa con Jaime García Terrés como director, la Revista de la Universidad de México dio espacio y proyección a los entonces jóvenes escritores y artistas del medio siglo y continuidad a los ya conocidos y consagrados como Alfonso Reyes, Salvador Novo, Max Aub, Carlos Fuentes, Ramón Xirau, Carlos Monsiváis, Juan Soriano, Juan Vicente Melo, José Luis Cuevas, Sergio Pitol, Jorge Ibargüengoitia, José Emilio Pacheco, Rosario Castellanos, Juan García Ponce, Julieta Campos, Salvador Elizondo, Carlos Valdés y Vicente Rojo entre otros. También el entonces director supo convertir el espacio simbólico de la revista en un lugar de encuentro y diálogo entre distintas generaciones literarias y artísticas, de esta forma la escritura de Julio Torri fue ilustrada con dibujos de Lilia Carrillo, y a la poesía de Ezra Pound le siguió la de Blanca Varela, o la de Mario Benedetti a la de Octavio Paz, así como la prosa de Augusto Monterroso y la de Elena Garro indistintamente en sus números, un concierto cuya proyección internacional dio cuerpo y voz al arte y la literatura de América Latina. En más de una década, el director editor García Terrés confirió a la revista de uno de los más enriquecedores y prestigiosos periodos que haya tenido la publicación a lo largo de su historia: “Convierte una publicación oficialista y heteróclita en una revista cultural con un sentido claro, a partir de un marco eminentemente literario, pero en el que también hay cabida para las demás artes, las ciencias sociales y la divulgación científica”.[3]
Mientras fue director de Difusión Cultural de la unam, Jaime García Terrés codirigió con Fernando Benítez el suplemento México en la Cultura del periódico Novedades, en 1961; año en el que aparecieron La feria de los días publicada por la Imprenta Universitaria de la unam, La fuente oscura en Ediciones Mito de Bogotá y Los reinos combatientes en la colección Letras Mexicanas del Fondo de Cultura Económica. En calidad de editor universitario, García Terrés acudió en dos ocasiones a The American Association of American University Presses, en San Francisco en 1962, y en Chicago en 1964; estas representaciones lo acreditaron para presidir el Consejo Directivo del Centro Interamericano del Libros Académicos de 1965 a 1970.
Al tiempo que Jaime García Terrés editaba y promovía diversas voces literarias, como autor tuvo el privilegio de ser editado por otros escritores editores, así en 1953 apareció su obra poética El hermano menor en los cuadernillos firmados y numerados de Los Presentes que editaba y publicaba Juan José Arreola, Jorge Hernández Campos y Henrique González Casanova. Pero también cultivó el arte de la edición de autor desde inicios de su trayectoria, así apareció su libro de poemas Correo nocturno en 1954, cuando se desempeñaba de vocal propietario del Instituto Mexicano del Libro en la sección de Letras. En 1956 Jaime García Terrés publicó Provincias del aire al cuidado de su amigo poeta Alí Chumacero, en la colección Letras Mexicanas del Fondo de Cultura Económica. También fue cofundador de la revista El Espectador al lado de Carlos Fuentes, Luis Villoro, Víctor Flores Olea, Enrique González Pedrero y Francisco López Cámara, en 1959. Un año después, la Universidad de Concepción, Chile, lo invitó al Primer Encuentro de Escritores Latinoamericanos, organizado por el poeta Gonzalo Rojas. A partir de este encuentro el editor universitario supo darle mayor proyección a la labor de difusión cultural de la unam en América Latina. Entre las grandes contribuciones editoriales de García Terrés se encuentra su labor como director de la colección Poesía y Ensayo de la Imprenta Universitaria, cuyo catálogo enriqueció hasta 1965, año en que renuncia a sus puestos en la Universidad para asumir el cargo de embajador de México en Grecia durante tres años. De esta experiencia diplomática derivaron las memorias Reloj en Atenas, además de la difusión de la poesía griega moderna a partir de la traducción de autores como Giorgos Seferis publicado por Era y del que realizó una Breve antología para la colección Material de Lectura de la unam en 1977, además de Ángelos Sikeilanós y Odysséas Elytis, entre otros.
De regreso a México en 1968, Jaime García Terrés asumió la Dirección General de Biblioteca y Archivo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, puesto que dejó en 1971, para ingresar al Fondo de Cultura Económica como asesor técnico, durante la dirección de Antonio Carrillo Flores, y ocuparse de la dirección editorial de La Gaceta hasta 1988. Con la llegada de García Terrés al Fondo, la publicación no sólo perfeccionó sus estrategias de promoción y función bibliófilas y bibliográficas, sino que adquirió en adelante su estatus de revista cultural, por lo que fue reconocida con el Premio Nacional de Periodismo en difusión cultural en 1987. Al inico de sus labores en el Fondo, García Terrés se encargó de la subdirección técnica y en 1974 fue nombrado subdirector general de la editorial fiduciaria.
En diciembre de 1982, una vez terminada la gestión de José Luis Martínez, el presidente Miguel de la Madrid asignó a Jaime García Terrés director general del Fondo, puesto que ocupó hasta 1988. Con más de una década de experiencia editorial y conocimiento de la empresa, la dirección de Jaime García Terrés fue emblemática y distintiva, no sólo porque logró remontar las labores editoriales del Fondo en una de las peores crisis económicas del país y, en particular, para el sector del libro, sino también porque dio continuidad renovadora a los proyectos orignales del Fondo reconociéndose en una tradición, al tiempo que innovó formal y materialmente las ediciones. Por ello, en su continuidad editorial aprovechó y alimentó el prestigioso catálogo con coediciones entre instituciones educativas y culturales, al amparo de programas como el Plan Nacional de Desarrollo. De esta estrategia de planeación editorial surgieron las series Biblioteca CREA de 1983 y Biblioteca Joven de 1984, con patrocinio del Consejo Nacional de Recursos para la Atención de la Juventud.
De su periodo como director general en el fce cabe destacar la intensa producción editorial que reafirmó el perfil literario y humanístico de la institución con las colecciones y series de bolsillo sep/80, mediante un convenio con la Secretaría de Educación Pública, y Lecturas Mexicanas de 1983, que circularon masivamente, además de continuar prestigiando Letras Mexicanas y la colección facsimilar iniciada en 1979 por José Luis Martínez: Revistas Literarias Mexicanas Modernas. Mención aparte merece la edición del catálogo del medio siglo para conmemorar al Fondo en su 50 aniversario, que resulta ser un recuento pormenorizado de las ediciones procurando consignar información valiosa hasta ese momento desconocida de la traducción, el cuidado editorial, los talleres e imprentas, el número de ejemplares. Además incluye una sección de la historia de la empresa en términos de producción, que relatan el desarrollo empresarial de los propósitos culturales de la editorial. El catálogo conmemorativo de García Terrés es actualmente una obra documental inestimable que recuerda ese otro gran catálogo del Fondo editado por Arnaldo Orfila Reynal en 1955; además introduce en voz de Enrique Krauze los cimientos de la historia oficial de la editorial a partir del testimonio de su primer director fundador: Daniel Cosío Villegas.
En 1989, Jaime García Terrés continuó su labor de editor de revistas con la publicación de Paidevma, en Miami, como assistant editor, y al año siguiente asumió la Dirección General de la Biblioteca de México, institución para la cual crearía la última revista que dirigió en vida a finales de 1990 y principios de 1991: la revista Biblioteca de México. En 1996, año de su muerte, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara le rindió un merecido homenaje, y en 1997 el Fondo de Cultura Económica inició la publicación de sus Obras en tres tomos.
Bibliografía
Díaz Arciniega, Víctor, Historia de la casa. Fondo de Cultura Económica (1934-1996), México, Fondo de Cultura Económica, 1996.
García Terrés, Jaime, “Introducción a mi currículum vitae”, en Jaime García Terrés. Inconografía, presentación de José Emilio Pacheco, México, Fondo de Cultura Económica, 2003.
Libro conmemorativo del primer medio siglo 1934-1984, México, Fondo de Cultura Económica, 1984.
Paz, Octavio, El tráfago del mundo. Cartas de Octavio Paz a Jaime García Terrés 1952-1986, compilación, prólogo y notas de Rafael Vargas, México, Fondo de Cultura Económica, 2017.
vv. aa., La Gaceta Nº 500. Larga nueva época: 500 números de La Gaceta, México, Fondo de Cultura Económica, agosto de 2012.
Enlaces externos
García Terrés, Jaime, “Del fundamental helenismo de Reyes o cómo se frustró un peregirnaje a las fuentes”, Cátedra Alfonso Reyes en Cuernavaca, México, El Colegio de México, Escritos sobre Alfonso Reyes, (consultado el 23 de abril de 2019).
Instituciones, distinciones o publicaciones
El Colegio Nacional (COLNAL)
Biblioteca de México José Vasconcelos
Premio Magda Donato
Revista Biblioteca de México.
La gaceta del Fondo de Cultura Económica
México en el Arte
Revista de la Universidad de México
Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura INBA
Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura INBA
Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura INBA
Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura INBA
Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Imprenta Universitaria
Fondo de Cultura Económica FCE
Fondo de Cultura Económica FCE
Fondo de Cultura Económica FCE
Cuadernos Americanos. La revista del mundo nuevo
Revista Mexicana de Literatura
Plural. Crítica y literatura
Diorama. Suplemento cultural de Excélsior
Inventario
Sábado. Suplemento del periódico Unomásuno
La Jornada Semanal
Sistema Nacional de Creadores de Arte SNCA (SC-FONCA)
Imprenta Universitaria