09 dic 1988 / 07 jun 2018 11:51
A los diez años, durante una grave enfermedad, definió su vocación por la pintura: el reposo obligado le permitió dibujar y le sirvió también para interesarse en la literatura. Al recuperarse se inscribió en la escuela de pintura La Esmeralda, y estudió grabado con Lola Cueto en el México City College, en 1948. Sus lecturas y el ambiente inhóspito en donde creció determinaron el rumbo de su obra. En 1953 realizó disecciones en hospitales y dibujó a los muertos; visitó manicomios y barrios bajos en busca de modelos. En ese año realizó su primera exposición formal en la Galería Prisse, en donde conoció a jóvenes pintores y escritores que influyeron en su formación artística y literaria. En 1954 conoció al crítico José Gómez Sicre, quien lo invitó a exponer en la Unión Panamericana de Washington. Desde entonces viajó por el mundo para difundir su obra; expuso en casi todos los países y en ocasiones en varias galerías simultáneamente. Sus numerosos catálogos de exposición fueron prologados por críticos y escritores de renombre internacional y publicados en varios idiomas. En 1957 permaneció dos meses como artista residente en la Escuela de Arte del Museo de Filadelfia; después, en el San José State College de California. Vivió por temporadas, en México, París y Nueva York. Se le considera uno de los principales exponentes del neofigurativismo e impulsor del grabado y dibujo en América Latina. La publicación de sus dibujos en periódicos, revista y libros fue una actividad continua, que inició en México haciendo retratos de entrevistados en el diario The News (1950); en Estados Unidos con una serie de dibujos sobre Nueva York para la revista Life (1957). Combinó su actividad plástica con la literatura al ilustrar el libro The World of Kafka and Cuevas (1959); ilustró obras de autores contemporáneos en infinidad de suplementos y revistas. Colaboró con ensayos en “México en la Cultura” y empezó su columna de memorias “Cuevario” en “La Cultura al Día”, que continuó en “El Búho” y en la sección cultural de El Universal. Creó la columna “El universo de José Luis Cuevas”, en que presentó recuerdos de infancia y juventud en la revista El Universo del Búho. En 1956 publicó el manifiesto “La cortina de nopal” en los Estados Unidos; éste dio pie a una fuerte polémica en torno a la escuela mexicana de pintura y sus vicios, cuyo debate continuó hasta 1959. Mostró su inconformidad al pintar dos murales efímeros: el primero en la Zona Rosa (1967), como muestra del poco respeto que le merece el muralismo; el segundo, en Ciudad Universitaria, por solidaridad con el movimiento estudiantil. Lanzó su candidatura a diputado independiente en 1969. Ha incursionado en el montaje de escenografías como el de la obra La noche de los asesinos. Recibió un sinfín de homenajes por instituciones y universidades nacionales y extranjeras.
José Luis Cuevas Novelo, pintor y escritor, ha publicado ensayos autobiográficos y sobre Artes Plásticas; ha practicado el género epistolar, en el que combina el dibujo y la caligrafía, y ha concedido infinidad de entrevistas. A través de éstas prefigura un panorama sobre las artes plásticas en el mundo al comentar y polemizar sobre ellas. En sus ensayos describe sus vivencias infantiles, experiencias de viaje, encuentros con personalidades de distinta índole, anécdotas y, sobre todo, intenta responder al porqué de los temas fatalistas, tanto en sus dibujos, como en sus acuarelas, litografías y grabados. El sufrimiento, la angustia, las imperfecciones humanas, la miseria, las lacras sociales y, más tarde, la muerte y el erotismo conforman los temas de su amplia producción, además reflexiona sobre su mundo simbólico y el tratamiento de la figura humana en su obra.
Instituciones, distinciones o publicaciones
Premio Nacional de Ciencias, Letras y Artes
El Búho. Suplemento del periódico Excélsior
Universidad Veracruzana UV