Esta serie, bajo la coordinación general de Beatriz Garza Cuarón, ofrecerá próximanente volúmenes dedicados a los siglos xviii, xix y xx.
Durante los siglos xvi y xvii en los amplios territorios del Virreinato de la Nueva España y particularmente en la ciudad de México, su capital, se vivió un singular proceso de transculturación: la rápida implantación de las modas literarias peninsulares marcó la cultura letrada novohispana; la asimilación y el aprovechamiento del saber europeo por parte de criollos, indígenas y mestizos aculturados se manifestó en varios campos –el jurídico, el literario, el científico–; desde una perspectiva lingüística, el uso del latín, del castellano y de idiomas indígenas creó situaciones diglósicas y heteroglósicas, de lenguas en continuo contacto. Estas y otras incidencias comenzaron a forjar una manera de vivir y de pensar diferente, signada siempre por la pluralidad de estamentos y etnias que conformaban la pirámide social, estratificada de acuerdo con el linaje, la riqueza y el color de la piel –en el ápice se encontraban las autoridades peninsulares y en su base la población indígena–. La expansión territorial hacia el norte, el desarrollo económico experimentado en la Nueva España –en particular durante el auge minero y agrícola–, el general rechazo al trabajo manual y la integración de las Indias a la órbita económico-política europea, propiciaron la importación de esclavos africanos, el progresivo empleo de la población nativa en múltiples labores y la incorporación de los mestizos a la nueva sociedad en calidad de obreros, artesanos y comerciantes de menor escala.
Esta compleja problemática repercute en las relaciones entre los nacidos en América y los recién llegados de España. Si bien para comienzos del siglo xvii los hijos de los conquistadores solían llevar la existencia muelle descrita en testimonios literarios de la época, a mediados de esa centuria pasaron a un plano secundario al ser remplazados por funcionarios españoles, algunos prebendados, otros dispuestos a comprar cargos económicamente provechosos. Estas rivalidades se manifestaron desde muy temprano en la literatura satírica y así lo muestran tres sonetos anónimos mexicanos conservados en la Sumaria relación de las cosas de la Nueva España compuesta por el español Baltasar Dorantes de Carranza hacia principios del siglo xvii. Con el paso de los años la separación entre ambos grupos se profundizará, en gran parte debido al obstinado hábito de despreciar al criollo por su posible sangre mezclada, o porque muchos creían que el nacido en América no podía sustraerse de la influencia perniciosa de la geografía y del clima. Es representativo de estas tensiones el romance que el bardo criollo Luis de Sandoval y Zapata compuso, casi un siglo después, sobre la conspiración (1565) en torno a Martín Cortés, segundo marqués del Valle de Oaxaca. Desde una perspectiva histórica, conviene recordar otra rebelión de los criollos (1624), dirigida por miembros de la Audiencia contra las reformas propuestas por el virrey marqués de Gelve.
“Nova Hispania et Nova Galicia”, en Geographie Blaviane, Amsterdam, Jean Blaeu, 1667, vol. 12, fols. M1v-M2r.
Pese a las leyes en su favor dadas por la Corona y a los esfuerzos de teólogos y misioneros, en Nueva España y en toda la América virreinal, muchos europeos y criollos consideraban a los indios “entes sin razón”. De poco valió la divulgación de la Historia natural y moral de las Indias (1590), del jesuita español José de Acosta (1540-1600), que detallaba el pensamiento más avanzado sobre el Nuevo Mundo y sus habitantes. Estas ideas fueron continuamente cuestionadas en obras denigratorias del indio donde se afirmaba su supuesta incapacidad. Las rebeliones indígenas y la lucha contra la expansión ibérica en el norte de la Nueva España, la formación de “palenques” o colonias de “cimarrones” (esclavos fugitivos), las frecuentes revueltas de las castas, testimonian la marginación de estos estamentos así como perfilan sus reclamos y obstinada resistencia al poder peninsular. El poema épico Historia de la Nueva México (1610) del criollo Gaspar Pérez de Villagrá da cuenta de las consecuencias de esas ambiciones expansionistas; en Alboroto y motín de los indios de México (1692) el erudito Carlos de Sigüenza y Góngora refiere con horror una revuelta capitalina de las “castas”. Su descripción presenta la ruptura entre la visión del glorioso pasado mexica y del indígena coetáneo evidente en los escritos de muchos criollos.
La división política virreinal giró en torno a dos ciudades: México, capital del Virreinato de la Nueva España, fundado en 1535, y Lima, capital del Virreinato del Perú fundado en 1543.[1] La belleza y la sofisticación de México –de la antigua Tenochtitlan ya había escrito Bernal Díaz del Castillo: “parecía a las cosas de encantamiento que cuentan en el libro de Amadís”– fueron ponderadas tempranamente por poetas y cronistas. Bernardo de Balbuena, entre otros, alabó en Grandeza mexicana la hermosura de esa capital virreinal llamándola “primor del mundo”. Efectivamente, el México del siglo xvii, visto a través de autores de la época, resulta ser un centro cultural donde la élite muestra su interés por las artes, letras y ciencias. Este estilo de vida se refleja en la ornamentación de los edificios, en los diversos colegios y universidades, en la obra de notables escritores y eruditos como el dramaturgo Juan Ruiz de Alarcón, el sabio criollo Carlos de Sigüenza y Góngora y sor Juana Inés de la Cruz, la Décima Musa. El gusto por el adorno tan evidente en la vestimenta personal y en la fachada de edificios coloniales, la inclinación al boato y las ceremonias, la existencia de bibliotecas privadas, reflejan la vida descansada y opulenta de los estamentos privilegiados. El estilo literario favorito fue el Barroco español, cuyos signos, al ser apropiados por la cúpula letrada e imbricarse en la complejidad colonial, adquirieron singulares valencias hasta transformarse en el Barroco de Indias.
En Las corrientes literarias en la América hispánica, Pedro Henríquez Ureña observó que, después de la religión, el interés en la cultura intelectual y artística era uno de los principios rectores de la sociedad colonial porque su cultivo “suponía la coronación de la vida social”. Por eso el rápido auge literario evidente en el México virreinal no debe sorprender. Aunque es imposible aislar una causa para explicar fenómeno tan complejo, conviene recordar que el interés en la literatura se evidencia muy pronto en el productivo comercio americano de libros que trajo tanta prosperidad a Jacobo Cromberger, impresor de ascendencia alemana establecido en Sevilla desde 1500. Cuando murió, se encontraron en su almacén muchísimas obras que, por el número de copias existentes, indicaban el extenso intercambio entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Así, La Celestina, El Quijote, El Lazarillo de Tormes, El libro áureo del emperador Marco Aurelio, El Cid, Amadís de Gaula, junto con numerosos tratados de religión, geografía y medicina, llegaron a las capitales virreinales para enriquecer bibliotecas y moldear los gustos literarios en consonancia con la metrópoli. Tal como lo explicó Irving A. Leonard en Books of the brave [Los libros del conquistador], las ventas se intensificaron en el siglo xvii cuando se enviaron a ultramar ediciones piratas de los tan populares dramas y de obras escritas por autores de segundo orden ahora atribuidas a escritores renombrados. Debido a este rápido intercambio del que dieron temprana cuenta, entre otros especialistas, Othón Arróniz, José Juan Arrom, José Rojas Garcidueñas, Harvey L. Johnson, Guillermo Lohmann Villena, Francisco Monterde, el teatro español del Siglo de Oro se difundió en México y Lima casi simultáneamente al momento de su auge madrileño. Para principios del siglo xvii, la ciudad de México ya contaba con tres compañías teatrales. El auge del drama redundó en beneficios materiales para el clero: frecuentemente la venta de localidades en “corrales” o teatros estaba destinada a las obras benéficas de las órdenes religiosas; en México, por ejemplo, el Hospital Real para Indios se sostenía en parte con la venta de entradas teatrales.
Con el afianzamiento del régimen colonial que hacía recaer el trabajo sobre los menos privilegiados, México y Puebla[2] se convirtieron en centros culturales donde españoles y criollos pertenecientes a la élite seguían los modelos literarios europeos. Como ya han apuntado críticos e historiadores, en México como en Madrid, el cultivo de las letras pronto devino en estimado ejercicio cuyo prestigio rivalizó con la arriesgada carrera de las armas. Con los libros llegados de España y las obras impresas en la Nueva España comenzaron a formarse bibliotecas. La imprenta se estableció en la ciudad de México en 1539,[3] y para mediados del siglo xvii la capital novohispana contaba con varios talleres. Sin embargo, el alto costo del papel y de la impresión, así como conseguir los permisos necesarios, hacían muy difícil la publicación de libros. En general, las imprentas coloniales –y las novohispanas no fueron excepción– se concentraron en producir catecismos, diccionarios y manuales religiosos para llevar adelante la conversión de los infieles, conducirlos a las reducciones o pueblos y eventualmente ocuparlos en labores provechosas al bolsillo de los funcionarios coloniales y de la Corona. Más tarde, con la fundación de universidades y colegios, se imprimieron tratados y otros materiales necesarios para la vida docente, tales como las constituciones de 1688 de la “Imperial y Regia Universidad de México”.
Prueba del interés literario y científico que inquietaba a los residentes de la Nueva España es el caso del criollo mexicano Melchor Pérez de Soto (1606-1655), estudiado por Irving A. Leonard en Baroque times in old Mexico [La época barroca en el México colonial]. Este laico de modestos recursos coleccionó una importante biblioteca, conocida por haber sido confiscada e inventariada cuando a su dueño se le acusó ante el Santo Oficio de prácticas no católicas (tratar de adivinar el porvenir por medio de horóscopos). Según constató Leonard, esa biblioteca tenía obras de Dante, Petrarca, Sannazaro, Ariosto, Tasso, Castiglione, junto a libros de santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz, fray Luis de León y fray Luis de Guevara, además de novelas de caballería y picarescas, obras de astronomía y libros del humanista holandés Erasmo. Más recientemente, en archivos del Cuzco, Pedro Guibovich descubrió y publicó el testamento del erudito polígrafo peruano Juan de Espinosa Medrano. Por este documento sabemos que su biblioteca incluía libros de teología, arte, ciencias, de literatura clásica y moderna. Los inventarios de esas bibliotecas ofrecen una muestra de las inquietudes intelectuales y la amplia cultura literaria de los lectores coloniales.
El interés en la literatura, propiciado en parte por el ocio de las clases altas y el auge económico novohispano, se manifestó en numerosos certámenes literarios enmarcados por el boato y la ceremonia característicos de los festejos coloniales. Las justas poéticas muestran el gusto por lo exterior, el énfasis en las apariencias, típicos de una sociedad colonial que aspiraba a ser igual y aun superior a la metropolitana. Sin duda, para la aristocracia virreinal novohispana estos torneos literarios ofrecían ocasión de manifestar sus cultivadas preferencias por la poesía, la forma de expresión más refinada. Para los poetas y versificadores coloniales las competencias literarias representaban una posible vía para alcanzar fama a través de las letras. Aunque muchas de las composiciones galardonadas en aquellos concursos han quedado sepultadas en el olvido, los certámenes poéticos novohispanos llenaron un vacío en la vida intelectual del Virreinato, al ofrecer a los escritores la oportunidad de ser escuchados por el público reunido en tertulias y academias auspiciadas por el mecenas de turno. Imitando lo acostumbrado en España, en los certámenes virreinales la noche de la entrega de premios también se leían “vejámenes”, versos satíricos destinados a ridiculizar algún aspecto de la fisonomía, de los modales, o de la historia académica de los participantes.[4] Junto con las mascaradas, los desfiles, los festejos, las conmemoraciones y los autos de fe, los certámenes ocuparon un lugar importante entre los espectáculos de la Nueva España colonial.
Los escritores y aficionados a las letras también se reunían en torno a virreyes y mecenas, ansiosos de prestigiar su corte y casa con el brillo otorgado por el ejercicio literario. En el México virreinal el ejemplo más notorio de este mecenazgo lo encontramos en la protección dada a sor Juana Inés de la Cruz, primero por los virreyes marqueses de Mancera (1666-1673) y después por los virreyes marqueses de la Laguna (1680-1686). Gracias a los esfuerzos de la virreina María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga, marquesa de la Laguna y condesa de Paredes, se publicaron en Madrid en 1689 los escritos de la monja con el título de Inundación castálida. Tanto los certámenes poéticos como las academias palaciegas muestran un arte de minorías, caracterizado por una erudición que hoy día nos parece inútil, pero que entonces se creía necesaria pues vinculaba a los escritores al compartido saber humanístico –a la república de las letras–. Con todo, el trabajo verbal, la minuciosa atención al detalle, el evidente deseo de igualar y superar, la urgencia de dar cuenta de otros anhelos y saberes terminarán por subvertir el modelo peninsular e imprimirle una peculiar tensión a la obra de muchos escritores novohispanos.
Además de propósitos políticos y económicos, la conquista tuvo un objetivo religioso. Por eso con los soldados y colonizadores llegaron representantes de diversas órdenes religiosas cuya principal tarea era catequizar a los indios. Durante el siglo xvii, para alojar a las diferentes órdenes y afirmar el fervor religioso, se inició la edificación de monasterios y conventos que se destacaron por su primor arquitectónico. Desde estos hogares los religiosos competían entre sí por los puestos más importantes, por el control de la educación en centros docentes y por la influencia en la corte virreinal. La Iglesia controlaba los diversos niveles de la educación a través de los colegios que llegaron a competir con las universidades. Al mismo tiempo, entre las órdenes religiosas dedicadas a la docencia hubo pleitos y rencores extendidos a los alumnos; cada orden quería poseer el mayor número de cátedras universitarias. A consecuencia de las trifulcas entre ellas, se formaron “partidos” teológicos deseosos de hacer prevalecer la filosofía de sus adalides, santo Tomás, san Agustín, san Buenaventura, entre otros teólogos medievales. Los escritos de estos padres de la Iglesia formaron gran parte del corpus estudiado y comentado en latín en colegios y universidades. Con su énfasis en el aprendizaje de leyes divinas y humanas que regulaban el comportamiento en el ahora y preparaban al individuo para la otra vida, el Ratio Studiorum de los jesuitas dio las pautas para la enseñanza en el colegio de San Pedro y San Pablo y pronto fue adoptado en otros centros. Entre los teólogos prominentes de la Nueva España del siglo xvii, se encuentran los jesuitas españoles Pedro de Ortigosa (1547-1626) y Antonio Rubio (1561-1615), ambos de larga docencia en la capital virreinal.
La literatura escrita por los cronistas de las órdenes religiosas da cuenta de múltiples vicisitudes a la vez que realza los méritos de cada provincia. Un aspecto novedoso dentro de estas crónicas es el frecuente destaque de cultos a vidas venerables,[5] reliquias e imágenes locales[6] con el objeto de mostrar las bondades de la tierra mexicana y de sus habitantes, dignos y escogidos receptores de estas sacras devociones.[7] Dentro de estas aspiraciones se enmarca el culto a la Virgen de Guadalupe promovido por el clero criollo y por los jesuitas, como lo evidencia “Primavera indiana”, el poema dedicado al portento Guadalupano de Carlos de Sigüenza y Góngora, por entonces joven postulante en la orden ignaciana. La belleza de la tierra novohispana, la devoción e inteligencia de sus hijos, su fidelidad al dogma católico –en contraste con los protestantes europeos–, el pasado imperial de México, son varios de los temas y símbolos aprovechados por los cronistas criollos para desplegar las diferencias y configurar la nueva patria.
Algunos conventos se convirtieron en sitio de refugio para damas de clase elevada, deseosas de una vida semirretirada. Frecuentemente las monjas conservaban libros en su celda y se les permitía recibir visitas de amigos y familiares. Por ejemplo, fray García Guerra, arzobispo y posteriormente virrey de Nueva España, tenía como una de sus distracciones favoritas visitar a dos reclusas del convento de Jesús y María en la ciudad de México. En su The English-American, his travail by sea and land: or a new survey of the West India’s (1648), Thomas Gage, un viajero inglés, describe asombrado la habilidad culinaria y musical de las monjas de la capital novohispana.[8] El viajero, que había degustado los exquisitos postres preparados por algunas reclusas, conjeturó que los feligreses asistían a misa más por escuchar música que por devoción religiosa. Sor Juana Inés de la Cruz, la afamada escritora, profesó en un convento jerónimo de México y fue dueña de una cuantiosa biblioteca así como de instrumentos científicos y musicales. Investigaciones recientes han dado a conocer detalles de la vida conventual y de los conflictos entre las monjas y con la cúpula eclesiástica masculina. Gracias a estas pesquisas contamos hoy día con un corpus mayor de escritos pergeñados por monjas ora por gusto propio, ora por presiones de sus confesores, así como una comprensión más cabal de la cultura femenina conventual, de las relaciones de las monjas con la celda y el siglo.
Muy pronto se establecieron universidades en América colonial. A la de santo Tomás de Aquino (Santo Domingo) se le concedió licencia de fundación eclesiástica en 1538, aunque no funcionó hasta 1558, cuando se le extendió la indispensable Cédula Real. Siguiendo las constituciones de la Universidad de Salamanca, modificadas después en varias ocasiones, la Real y Pontificia Universidad de México se fundó en 1551; el 24 de julio de 1584 se puso la primera piedra para el edificio universitario en la Plaza del Volador. Durante el siglo xvii funcionaron las siguientes facultades: teología, cánones, leyes, medicina, artes, gramática, retórica y lenguas indígenas; se añadieron después las de anatomía y cirugía, y la de matemáticas y astrología detentada esta última por Carlos de Sigüenza y Góngora, hasta su muerte en 1700. Los textos estudiados en cada cátedra estaban prescritos en las constituciones; los alumnos los leían, comentaban y refutaban cuando se adiestraban para las diferentes carreras, en particular la jurídica y la eclesiástica que exigían amplio dominio de la retórica y de la oratoria. En la Nueva España las constituciones les garantizaban el acceso a la universidad a los indios provenientes de colegios y a los mestizos del Colegio de San Juan de Letrán. Los mulatos y otras castas tuvieron que sortear dificultades para ser admitidos en la universidad, aunque la pureza de sangre y la legitimidad de nacimiento eran requisitos a veces olvidados, particularmente si el interesado tenía aptitud para la carrera eclesiástica y contaba con la buena disposición de algún funcionario. Como en Europa, a las mujeres les estuvo vedado el ingreso a la Academia Mexicana. Harto conocido es el pasaje de sor Juana Inés de la Cruz en la Respuesta a sor Filotea cuando recuerda que de niña le había pedido a su madre que la vistiera de varón para así poder asistir a la universidad y estudiar guiada por profesores. La Real y Pontificia Universidad de México gozó de gran prestigio: por mucho tiempo fue la única autorizada para otorgar grados en Norteamérica. Dentro del engranaje de la sociedad novohispana del siglo xvii, el título o grado representó, especialmente para los criollos, hijos segundones y estudiantes de familias nobles empobrecidas, una vía para situarse más ventajosamente en esa sociedad.
El siglo xvii es para la Nueva España un periodo de intensa transculturación: las instituciones de las antiguas civilizaciones se reconfiguraron de facto y de jure para servir los propósitos de las autoridades virreinales y de la Corona española. Se formó así una sociedad dividida de acuerdo con el nivel económico, el abolengo y el color de la piel. Las distinciones impuestas por tal estratificación acrecientan las diferencias entre los nacidos en América y los españoles llamados peyorativamente “gachupines”. Indios, africanos, mestizos y otras castas proveían la mano de obra barata. Esta distribución laboral permitió que la élite tuviera el tiempo libre necesario para el ocio y el cultivo de las letras. Asimismo, la variedad de lenguas habladas por miembros de las diferentes etnias así como el arraigo del latín como idioma de estudio y cultura le dieron a la sociedad novohispana su índole diglósica, y hasta heteroglósica. Las órdenes religiosas consolidaron su poder y así lo evidencian sus crónicas.
El interés literario de la aristocracia novohispana se manifestó en los poemas presentados en los certámenes o leídos en las academias palaciegas, en el ejercicio del mecenazgo, en las obras en prosa y verso que circularon mayormente manuscritas por la dificultad de la impresión y por estar dirigidas a una exigua minoría. El gusto literario colonial se moldeaba con las últimas novedades europeas que libreros peninsulares enviaban con prontitud a América. Si bien el grupo de escritores nacidos o afincados en la Nueva España imitaba las letras peninsulares, sus obras frecuentemente se ocuparon de acontecimientos y temas locales. Éstas llevaron la marca de las aspiraciones de la cúpula criolla cuya identidad se perfiló con singular nitidez durante el siglo xvii forjando, a través de la letra, la nueva patria mexicana.
La cultura letrada en la Nueva España del siglo xvii, el segundo volumen de la Historia de la literatura mexicana, parte de una propuesta que trasciende lo tradicionalmente aceptado como “literatura”. Pretende ofrecer una visión de conjunto de esa centuria tomando en cuenta las ideas estéticas y los diversos sujetos que animaron la creación literaria tanto como las líneas de fuerza que marcaron su producción. El volumen intenta proporcionar una visión más completa de la época en su instancia letrada y a la vez apuntar las claves para tener acceso a los gustos coetáneos y desentrañar el muchas veces oscuro significado de crónicas, poemas, ensayos, dramas, novelas y sermones, así como el trasvase de una cultura centrada en la oralidad y las pictografías, a una reglada por el alfabeto latino y la imprenta. Para dar cuenta de tal complejidad, el material se ha dividido en seis apartados generales: A] Sociedad y cultura; B] La expresión poética; C] La prosa histórica y narrativa; D] La consolidación eclesiástica; E] Lingüística y filología; F] Figuras estelares. En cada uno de ellos, los ensayos de conocidos estudiosos se acercan a los temas principales replanteando su vigencia en base a investigaciones recientes. Estos subapartados van acompañados de una bibliografía de trabajo dirigida a quienes deseen profundizar en los movimientos e ideas que han informado la cultura virreinal novohispana. El volumen cierra con una Cronología.
En el primer apartado dedicado a Sociedad y cultura, Pilar Gonzalbo Aizpuru en “Facetas de la educación humanista de los novohispanos”, da cuenta de la evolución e impacto de la versión ibérica de la humanitas en la sociedad colonial mexicana. La autora se ocupa de los diferentes aspectos de esta enseñanza y explica cómo se adaptó al nuevo medio. Dentro de estas instancias señala la capacidad de los letrados indígenas para sintetizar la cultura autóctona y occidental y aprovechar tal amalgama para avanzar reclamos. En “Sujetos sociales: poder y representación”, Mabel Moraña incide en los conflictos que atenazaron a los variopintos integrantes de la sociedad novohispana en su búsqueda de un espacio y de una identidad ya desde el centro –como el sector criollo– ya desde las márgenes –como los mestizos y mulatos–. “El desarrollo de la imprenta”, de Ana Carolina Ibarra González, explica la importancia de este medio de difusión y cómo contribuyó a solidificar la cultura ibérica, particularmente su manifestación religiosa. El poder de la Corona y de la Iglesia se hizo evidente en fiestas públicas cuyo auge y sofisticación se acrecentó bajo la influencia del Barroco. Las “relaciones” que describen detalladamente estos festejos son reconocidas hoy día como documentos histórico-literarios cuya importancia, en el ámbito eclesiástico y civil, señala María Dolores Bravo en “Festejos, celebraciones y certámenes”. Como apunta Bravo, las representaciones gráficas y literarias desplegadas en estas fiestas tenían como propósito cohesionar a los diferentes sujetos sociales y afirmar su pertenencia al conjunto imperial. Es imprescindible conocer estas estrategias de aglutinación y homogeneización para adentrarnos en la cultura del siglo xvii novohispano.
Igualmente, los certámenes poéticos eran parte central de las celebraciones públicas. Ellos confirman que la poesía, considerada entonces como “divina” y por tanto depositaria de todo arte y ciencia, era el género literario preferido de la élite. El segundo apartado, La expresión poética, está dedicado a estudiar las variadas manifestaciones de este género clave. “Poéticas, preceptismo, retóricas y alabanzas de la poesía”, de Elías Rivers y Francisco Javier Cevallos, señala la influencia en Nueva España de las poéticas preferidas en España. Al comentarlas, los autores abordan las nuevas ideas sobre el tema de los ingenios americanos, particularmente de figuras como Bernardo de Balbuena, sor Juana Inés de la Cruz y Diego Sáenz de Ovecuri; de este modo ofrecen un marco apropiado para entender las preferencias evidentes en la poesía épica, lírica y dramática en el México del siglo xvii. En efecto, impulsados por el éxito de La Araucana, de Alonso de Ercilla y Zúñiga, los poetas novohispanos tomaron la pluma para cantar la conquista de México y sus principales héroes. Elizabeth B. Davis en “La épica novohispana y la ideología imperial” deja constancia de estos esfuerzos cuando estudia las obras mexicanas más representativas y las vincula al Renacimiento, y a la tradición épica ibérica e hispanoamericana. Por mi parte, en “Poesía lírica y patria mexicana” enmarco esta modalidad en el debate sobre el Barroco de Indias y las aspiraciones de los bardos novohispanos. De ahí paso a destacar cómo, al privilegiar ciertos temas y recursos expresivos, los poetas del México colonial comienzan a configurar la nueva patria criolla. “Cien años de ‘teatralidad”, de Sara Poot Herrera, estudia el desarrollo de la poesía dramática en la Nueva España desde una doble perspectiva: la producción de los autores más sobresalientes y la labor de actores y empresarios que posibilitó la puesta en escena de estas piezas. La autora consigna la historia de los diferentes locales de representación. Asimismo, el ensayo señala los peligros, especialmente para autores y actores, de las críticas a autoridades seglares y eclesiásticas puestas en boca de diferentes personajes.
La prosa histórica y narrativa, el tercer apartado, se inicia con un ensayo de Sonia Rose, “La revisión de la conquista: narración, interpretación y juicio”, centrado en las crónicas que recogen el sometimiento de los aztecas. Cuando analiza estos textos, Rose señala las perspectivas ideológicas y las variables temáticas aportadas en la nueva centuria tanto por cronistas oficiales como religiosos; por tratar el tema más extensamente y con mayor originalidad, la autora ha enfocado en su análisis la obra de los frailes franciscanos Juan de Torquemada y Agustín de Vetancurt, y también del cronista mayor de Indias, Antonio de Solís. Por su parte, José Rubén Romero Galván en “Los cronistas indígenas” explica la disyuntiva de indios y mestizos letrados que intentan dar cuenta de su pasado y persona, al mismo tiempo que ofrecen una interpretación diversa de la conquista y del coloniaje. Su análisis de las particularidades de la obra de Hernando Alvarado Tezozómoc, Domingo Francisco Chimalpaín y Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, sitúa estas crónicas bilingües en el lugar que les corresponde dentro de la historia cultural de México. La problemática de los escritos de ficción en el mundo virreinal la retoma José Carlos González Boixo en su ensayo sobre “La prosa novelística”. En éste el autor estudia obras novohispanas representativas: la novela pastoril El Siglo de Oro en las selvas de Erífile de Bernardo de Balbuena; una novela pastoril a lo “divino” Los sirgueros de la Virgen sin original pecado de Francisco Bramón; el tratado ascético novelado El pastor de Nochebuena de Juan de Palafox y Mendoza; y el relato híbrido Infortunios de Alonso Ramírez de Carlos de Sigüenza y Góngora. González Boixo nota sus vínculos con modelos peninsulares y a la vez señala las características que distinguen estas obras. Luego recalca la importancia de continuar el estudio de recursos de la prosa de ficción en obras de corte histórico como las relaciones y las crónicas.
Sabido es que durante el siglo xvii el poder de la Iglesia se afirmó plenamente en la Nueva España. Tal solidificación pronto se hizo evidente en la construcción de conventos y monasterios, la autoridad de obispos y arzobispos, la expansión de la crónica religiosa, los relatos de “vidas” ejemplares, la aspiración del clero, particularmente el criollo, a reverenciar a santos nacidos en América, el prestigio de los predicadores, cuyos largos sermones reafirmaban aspectos centrales del dogma, y la interferencia de la Inquisición en la vida de los novohispanos. Por lo tanto, es imposible ignorar la influencia de esta institución en la formación de los sujetos de cualquier origen o estamento social. El apartado dedicado a La consolidación eclesiástica estudia hitos de ese proceso. “La crónica religiosa: historia sagrada y conciencia colectiva” de Antonio Rubial García se acerca a la narrativa hierofánica, la hagiografía individual y las crónicas de diferentes órdenes o provincias masculinas. En cuanto a las dos primeras modalidades, señala el autor cómo estos textos, promovidos y divulgados mayormente por intereses criollos, contribuyeron a forjar una peculiar visión de la Nueva España. Tomando en cuenta las particularidades de cada provincia, Rubial García estudia separadamente las crónicas religiosas de los mendicantes evangelizadores (franciscanos, dominicos, agustinos), de los mendicantes con administración en centros urbanos (carmelitas y mercedarios) y de los jesuitas, sin perder de vista las variables que marcaron la función de estos escritos en el siglo xvii. En “La celda y el convento: una perspectiva femenina”, Asunción Lavrin retoma el tema de la vida conventual femenina desde otros puntos de mira, por ejemplo, la vocación religiosa, la espiritualidad y la toma del velo, la desproporcionada autoridad de los hombres sobre las mujeres, las “desviaciones” y las interferencias de la Inquisición. La visión intrahistórica propuesta por Lavrin abre una ventana sobre este mundo cerrado; a través de ella vislumbramos la intimidad de la vida conventual femenina y escuchamos las voces de la celda. El estudio de la crónica religiosa de los conventos femeninos lo cumple Manuel Ramos Medina en “Los cronistas de monjas: la traducción masculina de una experiencia ajena”. Analiza cinco crónicas todas ellas escritas por hombres (Agustín de la Madre de Dios, Agustín de Vetancurt, Alonso Franco, Juan Bautista Méndez y Carlos de Sigüenza y Góngora). Su ensayo intenta rescatar la historia religiosa femenina, en particular de las carmelitas descalzas, concepcionistas, dominicas y clarisas. La cultura religiosa de la época tenía en los sermones su expresión más arraigada porque se dirigían a un público heterogéneo, acostumbrado a escucharlos y a retener su mensaje. De los antecedentes de este medio de comunicación masiva y su importancia en la cultura religiosa coetánea se ocupa Carlos Herrejón Peredo en “Los sermones novohispanos”. Para dar cuenta de su contenido y estructura, este subapartado incluye citas extensas de las porciones más relevantes de sermones escritos y publicados en México durante el siglo xvii. Aunque no todos los oyentes pudieran desentrañar su complejo mensaje, como las celebraciones y los festejos públicos, la prédica religiosa servía de puente entre los varios estamentos que conformaban la sociedad novohispana. En “La Inquisición y la cultura literaria”, Norma Guarneros Rico explica el funcionamiento de este tribunal y estudia textos “fronterizos”, por ejemplo, de expedientes jurídicos, con el afán de rescatar un discurso desatendido hasta hace muy poco.
Lingüística y filología, el quinto apartado, se inicia con el ensayo de Ignacio Guzmán Betancourt, “Los estudios sobre lenguas indígenas”, donde explica el continuado interés en el análisis del náhuatl, de los idiomas otomianos y de la familia mayance. En lo que respecta a la llamada “lengua mexicana” o náhuatl el autor identifica los trabajos de Horacio Carochi, Pedro de Arenas y Juan Guerra; al ocuparse de los idiomas otomianos y las lenguas mayances, Guzmán Betancourt recalca la aparición de nuevas gramáticas y diccionarios. Asimismo explica que en esta época comenzaron a estudiarse otras lenguas indígenas, en particular del noroeste de México. Beatriz Garza Cuarón en “El español del siglo xvii”, nota los cambios más distintivos que experimentó esa lengua en la Nueva España, explica sus causas y señala variables en textos de la época. En “El latín en la Nueva España”, Dietrich Briesemeister da cuenta de la importancia de la enseñanza de esta lengua clásica, particularmente en los colegios de la orden jesuita. Comenta luego sobre la producción poética neolatina y macarrónica de sor Juana así como sobre los temas y motivos que marcaron la poesía escrita en latín en la Nueva España coetánea. Como es bien sabido, estos esfuerzos culminarían en el siglo xvii, con Rusticatio mexicana, en cuyos hexámetros el jesuita expulso Rafael Landívar describió con nostalgia el suelo patrio. Tan rica como variada vida cultural nutre y marca la producción de los tres grandes ingenios del siglo xvii: Juan Ruiz de Alarcón, Carlos de Sigüenza y Góngora y sor Juana Inés de la Cruz. Su paradigmática obra la estudian Alberto Sandoval, Mitchell A. Codding, Georgina Sabat de Rivers y Margo Glantz en el sexto apartado dedicado a estas Figuras estelares. La Cronología preparada por Nidia Pullés-Linares cierra el volumen. De este modo el segundo volumen de la Historia de la literatura mexicana desglosa los vectores que animaron la cultura letrada en la Nueva España del siglo xvii.
Introducción, por Raquel Chang-Rodríguez
A] Sociedad y cultura
Facetas de la educación humanista de los novohispanos, por Pilar Gonzalbo Aizpuru
Sujetos sociales: poder y representación, por Mabel Moraña
El desarrollo de la imprenta, por Ana Carolina Ibarra González
Festejos, celebraciones y certámenes, por María Dolores Bravo Arriaga
B] La expresión poética
Poéticas, preceptismo, retóricas y alabanzas de la poesía, por Elías Rivers y Francisco Javier Cevallos
La épica novohispana y la ideología imperial, por Elizabeth B. Davis
Poesía lírica y patria mexicana, por Raquel Chang-Rodríguez
Cien años de "teatralidad", por Sara Poot Herrera
C] La prosa histórica y narrativa
La revisión de la Conquista: narración, interpretación y juicio, por Sonia V. Rose
Los cronistas indígenas, por José Rubén Romero Galván
La prosa novelística, por José Carlos González Boixo
D] La consolidación eclesiástica
La crónica religiosa: historia sagrada y conciencia colectiva, por Antonio Rubial García
La celda y el convento: una perspectiva femenina, por Asunción Lavrin
Los cronistas de monjas: la traducción masculina de una experiencia ajena, por Manuel Ramos Medina
Los sermones novohispanos, por Carlos Herrejón Peredo
La inquisición y la cultura literaria, por Norma Guarneros Rico
E] Lingüística y filología
Los estudios sobre lenguas indígenas, por Ignacio Guzmán Betancourt
El español del siglo xvii, por Beatriz García Cuarón
El latín en la Nueva España, por Dietrich Briesemeister
F] Figuras estelares
Ruiz de Alarcón, por Alberto Sandoval-Sánchez
Carlos de Sigüenza y Góngora, por Mitchell A. Codding
Sor Juana Inés de la Cruz, por Georgina Sabat de Rivers
Sor Juana: los materiales afectos y el Sueño, por Margo Glantz
G] Cronología
Nueva España en el siglo xvii, por Nidia Pullés-Linares
Índice de nombres y de títulos
Índice de ilustraciones
NUEVA ESPAÑA EN EL SIGLO XVII
5 de noviembre de 1595 - 27 de octubre de 1603
Gobierno. Gaspar de Zúñiga y Acevedo, conde de Monterrey, virrey. Promulgó las ordenanzas de maestros, promovió la esclavitud de negros para hacer cumplir la real cédula que eximía a los indios del trabajo forzoso en obrajes y tomó medidas para evitar los daños causados por el ganado.
Obras
1599- Ca. 1600
|
|
1601
|
Elogios en loor de los tres famosos varones don Jaime de Aragón, don Fernando Cortés, marqués del Valle y don Álvaro de Baçan, marqués de Santacruz, Gabriel Lobo Lasso de la Vega.
|
1602
|
Vida y milagros del santo confesor de Cristo, fray Sebastián de Aparicio, fraile lego de la orden del seráfico padre san Francisco de la provincia del Santo Evangelio, Juan de Torquemada. |
27 de octubre de 1603 - 2 de julio de 1607
Gobierno. Juan Manuel de Mendoza y Luna (1571-1628), marqués de Montesclaros, virrey. El virrey Mendoza y Luna tuvo fama de ser caritativo con los indígenas, a quienes protegió. Durante su virreinato hubo inundaciones y se realizaron obras de contención y desagüe.
Obras
1604
|
|
1605
|
Arte breve de la lengua otomí, fray Alonso Urbano.
|
1606
|
Reportorio de los tiempos e historia de esta Nueva España, Enrico Martínez. |
Eventos históricos y culturales
1603-1608
|
El virrey Mendoza y Luna ordena la construcción de represas, canales y avenidas para mejorar el desagüe y evitar las frecuentes inundaciones que padece la ciudad. Con este fin se construyen las calzadas de Guadalupe, San Cristóbal y Chapultepec. El 17 de septiembre de 1608 se celebra la construcción del sistema de drenaje del valle de México.
|
1604-1609
|
Se produjeron rebeliones indígenas en la Nueva Vizcaya. |
2 de julio de 1607 - 19 de junio de 1611
Gobierno. Luis de Velasco ii (1539-1617) (2o. periodo), marqués de Las Salinas, virrey. Luis de Velasco ii fue virrey de Perú varios años. Su estancia allí fue posterior al primer gobierno de la Nueva España (1590-1595). Trató de continuar los trabajos de su primer periodo; se dedicó a mejorar el nivel de vida y las condiciones de trabajo de los indígenas. Fue ascendido a la presidencia del Consejo de Indias.
Obras
1607 Ca. 1608
|
El siglo de oro en las selvas de Erífile, Bernardo de Balbuena. Libro tercero de la Historia Religiosa de la Provincia de México de la Orden de Nuestro Padre Santo Domingo (compuesta alrededor de 1608 e inédita durante el virreinato), Hernando Ojea.
|
1609
|
Ortografía castellana, Mateo Alemán. Vida del Padre Maestro Ignacio de Loyola, Luis de Belmonte Bermúdez.
|
1610 Ca. 1610 |
Historia de Nueva México, Gaspar de Villagrá. |
Eventos históricos y culturales
1607-1611
|
Durante el gobierno del virrey Luis de Velasco ii se sofoca una rebelión de la población africana cerca de Orizaba.
|
1608
|
Mateo Alemán, autor del Guzmán de Alfarache, llega a México, formando parte del séquito del arzobispo fray García Guerra. Fue inaugurado el sistema de drenaje de Huehuetoca.
|
1609 |
Juan de Oñate funda Santa Fe. |
19 de junio de 1611 - 22 de febrero de 1612
Gobierno. Fray García Guerra (1545-1612), arzobispo, virrey. Sustituyó a Luis de Velasco ii cuando éste fue enviado a España. Fraile dominico que llegó a ser obispo. Su gobierno duró poco tiempo. Intentó poner un alto a los abusos cometidos en contra de la población indígena. Devolvió terrenos a muchos indios, quienes, en su opinión, habían sido despojados de sus tierras.
Obras
1611
|
Vocabulario manual de las lenguas castellana y mexicana, Pedro de Arenas. |
Eventos históricos y culturales
1612-1621
|
Hubo un gran temblor en la Nueva España, que causó daño a los edificios de la ciudad de México, además de sequías y hambre. Inestabilidad en el gobierno debido a las luchas religiosas y políticas durante la administración del virrey Fernández de Córdoba. Rebelión de los indios tepehuanes en Nueva Vizcaya. Durante este periodo se conquistó Nayarit; y Baja California fue reclamada para la Corona española por Tomás de Cardona, un pescador de perlas. En 1618 los colegios jesuitas de San Pedro y San Pablo se incorporan al de San Ildefonso. En 1621 se organizan las celebraciones del centenario de la conquista de México. Se llevó a cabo una justa poética en homenaje a San Hipólito, en la cual se destacó el bachiller Arias de Villalobos. |
22 de febrero de 1612 - 18 de octubre de 1612
Gobierno. Audiencia Gobernadora de Pedro Otálora, oidor.
18 de octubre de 1612 - 14 de marzo de 1621
Gobierno. Diego Fernández de Córdoba (1578-1630), marqués de Guadalcázar, virrey. El virrey continuó el proyecto del sistema de drenaje. Estableció el tribunal de la fiscalía. Construyó la fortaleza de San Diego en Acapulco y fundó la ciudad de Lerma. Hubo sequías y escasez de alimentos durante su gobierno.
Obras
1613
|
Sucesos de don Fray García Guerra, arzobispo de México, Mateo Alemán. La vida que hizo el siervo de Dios Gregorio López en algunos lugares de esta Nueva España, Francisco Losa.
|
1615
|
Monarquía indiana, fray Juan de Torquemada. Título completo: De los veinte y un libros rituales y monarqía indiana, con el origen y guerras de los indios occidentales, de sus poblazones, descubrimiento, conquista, conversión y otras cosas maravillosas de la mesma tierra. El libro recoge y a veces copia textualmente las obras de sus compañeros de la orden, sobre todo
|
1620
|
Los sirgueros de la Virgen sin original pecado, Francisco Bramón (?-1654). En esta obra se halla intercalado el Auto del triunfo de la Virgen y gozo mexicano. Arte en lengua de maya, fray Juan Coronel.
|
1621
|
Historia de el principio y origen, progresos, venidas a México y milagros de la imagen de Nuestra Señora de los Remedios…, Luis de Cisneros. |
Marzo-septiembre de 1621 (seis meses)
Gobierno. Quinta Audiencia de Paz de Valecillo, Juan García Galdós y Galdoche de Valencia, y Gómez Cornejo. Paz de Valecillo, presidente y gobernador; Juan García Galdós y Galdoche de Valencia y Gómez Cornejo, oidores.
12 de septiembre de 1621 - 15 de enero de 1624
Gobierno. Diego Carrillo de Mendoza y Pimentel, marqués de Gelves, virrey. Carrillo de Mendoza combatió a los ladrones y bandidos en las ciudades y en el campo. Levantó cargos contra personas influyentes, haciéndose de muchos enemigos, entre ellos, el arzobispo Pérez de la Serna. Debido a esta rivalidad hubo disturbios y un motín. El virrey tuvo que buscar asilo en el Convento de San Francisco; después partió a España.
Obras
1623
|
Obediencia que México dio a Felipe iv. La segunda parte de Mercurio histórico y descriptivo de esta ciudad de México, o Canto titulado Mercurio, presbítero Arias de Villalobos. |
1 de octubre de 1624
Gobierno. Audiencia.
3 de octubre de 1624 - 16 de noviembre de 1635
Gobierno. Rodrigo Pacheco y Osorio (?-1652), marqués de Cerralvo, virrey. El virrey Pacheco y Osorio llegó a México durante un periodo en el que había motines en la ciudad. Fue encargado por el rey de investigar las causas de los motines y disturbios y castigar a los responsables. Su honestidad en el gobierno fue puesta en tela de juicio ya que regresó a España con una gran fortuna.
Obras
1624
|
El Bernardo o Victoria de Roncesvalles, Bernardo Primera Parte de la Crónica Agustiniana de Michoacán en que se tratan y escriben las vidas de nueve varones apostólicos agustinianos, Juan González de la Puente. Crónica de la Orden de Nuestro Padre San Agustín en las provincias de Nueva España en cuatro edades desde el año de 1533 hasta el de 1592, Juan de Grijalva.
|
1625
|
Bocabulario de mayathan por su abecedario (ca. 1625), anónimo franciscano.
|
1628
|
Primera parte de la obra de Juan Ruiz de Alarcón. Piedad heroyca de don Fernando Cortés…, Carlos de Sigüenza y Góngora.
|
1630
|
Historia del convento de San José de carmelitas descalzas de la ciudad de México, fray Juan Bautista Méndez.
|
ca. 1630
|
|
1632
|
Se publica en Madrid la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Bernal Díaz Vocabulario mui copioso en lengua española y maya de Yucatán, se desconoce el autor. Esta obra es más conocida con el nombre de “Diccionario Solana”.
|
1633
|
Historia de Yucatán, Devocionario de Nuestra Señora de Izamal y Conquista Espiritual, Bernardo de Lizana.
|
1634
|
Segunda parte, de la obra de Juan Ruiz de Alarcón.
|
1635
|
Historia de la fundación del convento de San José de la ciudad de México, fray Juan Bautista Méndez. |
Eventos históricos y culturales
1624
|
Durante este periodo hubo fuertes sequías y una gran escasez de granos. Rebelión de los huachichiles. El virrey Pacheco y Osorio intenta contener las incursiones indígenas del norte mediante la construcción del fuerte de Cerralvo en el estado de Nuevo León. Los holandeses saquean el Puerto de Acapulco.
|
1627
|
Se celebró con gran solemnidad la beatificación de Felipe de Jesús, el primer beato novohispano.
|
1628
|
Piet Heyn, famoso pirata holandés, captura una flota que valía entre ocho y doce millones de pesos. Piratas holandeses y franceses atacan los galeones españoles en las costas del Golfo de México.
|
1629
|
Se ordena la creación de la Armada de Barlovento, a cuyo mantenimiento contribuye la Nueva España, para contrarrestar los ataques piratas. El valle y la ciudad de México sufrieron una gran inundación, que mantuvo anegada la ciudad durante cuatro años (1629-1633). Hubo más de 30 000 muertos, muchos edificios se derrumbaron y numerosos criollos acomodados trasladaron su residencia a Puebla. Hacia el final de su administración, el virrey Pacheco y Osorio concluyó la obra de desagüe
|
1632 |
Rebelión de los guazaparis. |
16 de septiembre de 1635 - 28 de agosto de 1640
Gobierno. Lope Díez de Armendáriz, marqués de Cadereyta (nació en Quito, donde su padre era el presidente de la Real Audiencia), virrey. Fue el primer criollo en gobernar la Nueva España. Estudió para ser navegante y tuvo una carrera distinguida como comandante marino. Organizó la flota de Barlovento que patrullaba las aguas del Golfo de México y protegía a las naves españolas de los piratas. Ante la inminencia de una rebelión de criollos y mestizos, le recomendó a la Corona que Nueva España tuviera representación en las Cortes, petición que no fue otorgada.
Obras
1636
|
Vida, virtudes y muerte del padre Juan de Ledesma, Andrés Pérez de Ribas.
|
1637
|
Doctrina y enseñanza en la lengua mazahua, Diego de Nájera Yanguas.
|
1638
|
Arte doctrinal y modo general para aprender la lengua matlatzinca, fray Miguel Guevara. |
Eventos históricos y culturales
1637
|
Rebelión de los alazapas.
|
1639
|
Juan de Palafox es consagrado obispo de Puebla. |
28 de agosto de 1640 - 10 de junio de 1642
Gobierno. Diego López Pacheco de Cabrera y Bobadilla (1599-1653), marqués de Villena, virrey. Miembro de una familia aristocrática española, le gustaban las reuniones sociales, fiestas y celebraciones. Llegó a la Nueva España con el obispo de Puebla, Juan de Palafox, con el cual tuvo problemas. Hubo intrigas de palacio y sospechas infundadas sobre su persona ya que un miembro de su familia había sido cabecilla de una rebelión en Portugal. Fue destituido por el obispo Palafox. Al informarle al Rey lo ocurrido, éste lo absolvió de los cargos y le otorgó el puesto de gobernador de Sicilia y después del reino de Navarra.
Obras
1640
|
Historia del convento de san José de carmelitas descalzas de la ciudad de México, Juan Bautista Méndez. Carta del padre… rector del colegio de San Pedro y San Pablo de la Compañía de Jesús de la ciudad de México… en que se da cuenta de las virtudes y dichosa muerte del padre Alonso Guerrero de la misma Compañía, Luis de Bonifaz.
|
1641
|
Canción alegórica a la vista de un desengaño, Matías de Bocanegra, jesuita del Colegio de San Pedro y San Pablo. Comedia de San Francisco de Borja, a la feliz venida del excellentíssimo señor Marqués de Villena, Virrei desta Nueva España, Matías de Bocanegra. |
Eventos históricos y culturales.
1640
|
El virrey López Pacheco de Cabrera y Bobadilla refuerza la flota de Barlovento; para este fin, ordena la construcción de naves y la manufactura de pólvora, cañones y otras armas. El virrey tuvo desavenencias con el obispo de Puebla, Juan de Palafox. Mientras tanto, en la ciudad de México hubo intrigas de palacio. Se le acusó de tratar de separar a la Nueva España de la Corona.
|
1642
|
El 9 de junio el obispo Palafox cerca el palacio virreinal y depone al virrey Diego López Pacheco de Cabrera y Bobadilla, asumiendo él el puesto. |
10 de junio de 1642 - 23 de noviembre de 1642
Gobierno. Juan de Palafox y Mendoza (1600-1659), obispo de Puebla, virrey. Estudió jurisprudencia en Salamanca. Fue fiscal en el Consejo de Guerra y en el Consejo de Indias. Fue hombre de personalidad agresiva. Llegó a Nueva España con el puesto de juez en residencia y depuso al virrey Diego López de Pacheco.
Obras
1642
|
Arte mexicano, fray Diego de Galdo Guzmán. Arte y vocabulario de la lengua matlaltzinga vuelto a la castellana, fray Diego Basalenque. |
Eventos históricos y culturales
1642
|
Palafox ordenó la confiscación de los bienes y las propiedades del virrey en la Nueva España. En este año comenzó la discordia con los jesuitas. Juan de Palafox aceleró la construcción de la catedral de la ciudad de México y comenzó la nueva catedral de Puebla. También fundó una gran biblioteca en Puebla, la que lleva su nombre: Biblioteca Palafoxiana. |
23 de noviembre de 1642 - 14 de mayo de 1648
Gobierno. García Sarmiento de Sotomayor (?-1659), conde de Salvatierra, virrey. Fue buen administrador. Restauró el equilibrio entre la Iglesia y el Estado. García Sarmiento ordenó la reconstrucción de los acueductos que proveían agua fresca a la ciudad. Cuando concluyó su periodo, fue enviado como virrey a Perú.
Obras
1643
|
Relación de la prodigiosa imagen de Nuestra Señora de Cosamaloapan en la costa norte del obispado de la Puebla de los Ángeles, Juan de Ávalos. Crónica de la orden de Nuestro Seráfico Padre San Francisco; provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán de la Nueva España, Alonso de la Rea.
|
ca. 1644
|
Arte de la lengua tarasca (ca. 1644), fray Diego Basalenque. Arte y vocabulario en lengua mame, fray Diego Reynoso.
|
1645
|
Panegírico de la paciencia, Luis de Sandoval y Zapata. Segunda Parte de la Historia de la Provincia de Santiago de México, Orden de Predicadores de la Nueva España, fray Alonso Franco. Arte de la lengua mexicana con la declaración de los adverbios de ella (ca. 1645), P. Horacio Carochi, jesuita italiano. Vocabulario otomí, P. Horacio Carochi. Segunda parte de la Historia de la Provincia de Santiago de México, obra concluida en 1645, Alonso Franco y Ortega. Historia de los triunfos de Nuestra Santa Fe, entre gentes las más bárbaras y fieras del Nuevo Orbe; conseguidos por los soldados de la milicia de la Compañía de Jesús en las misiones de la provincia de Nueva España, Andrés Pérez de Ribas.
|
1647 |
Política indiana, Juan de Solórzano Pereyra. |
Eventos históricos y culturales
1644
|
Rebelión de las siete naciones
|
1646
|
Rebelión de los tarahumaras; éstas continuaron durante los periodos 1650-1652 y 1684-1690.
|
1646
|
El obispo Palafox inicia su actividad como visitador. Les prohíbe a los jesuitas que continúen sus actividades en la ciudad de Puebla, y les ordena que muestren su licencia para poder predicar y administrar confesiones. Les critica a los jesuitas que no elijan a criollos letrados para ocupar cargos importantes, prefiriendo a españoles de baja clase social. Palafox favorece la introducción de una forma de alternativa, en cuanto a la elección de criollos y peninsulares a puestos importantes del gobierno virreinal. |
13 de mayo de 1648 - 22 de abril de 1649
Gobierno. Marcos de Torres y Rueda (1588-1649), obispo de Yucatán, virrey. Rehusó el título de virrey y pidió que se le llamara gobernador. Durante su gobierno, la Inquisición ejecutó a 12 personas y castigó a otras 107 en un Auto de Fe.
Obras
1648
|
Imagen de la Virgen María de Guadalupe, Miguel Sánchez, obra fundamental para el guadalupanismo. Nueva relación de las Indias occidentales, del inglés Thomas Gage. Tesoro Escondido en el Santo Carmelo mexicano, fray Agustín de la Madre de Dios. Imagen de la Virgen María madre de Dios de Guadalupe, celebrada en su historia con la profecía del capítulo doce del Apocalípsis, Miguel Sánchez
|
1649
|
Desagravios de Christo en el triunfo de su cruz contra el judaísmo, Francisco Corchero Carreño (poema heroico-sacro). Huey tlamahhuizoltica omonexiti ilhuicac tlatoca ihwapilli Sancta Maria, Luis Lasso de la Vega. |
Eventos históricos y culturales
1648
|
Auto de Fe en el que murieron 28 personas. Viaje desastroso del almirante Pedro Porter y Casanate a Baja California.
|
1649
|
Juan de Palafox y Mendoza preside la consagración de la Catedral de Puebla. Durante el gobierno del virrey Torres y Rueda, la Inquisición quema a 13 personas, entre ellas el judaizante Treviño de Sobremonte, y castiga a otras 107 en un Auto de Fe. |
22 de abril de 1649 - 28 de junio de 1650
Gobierno. Sexta Audiencia de Matías de Peralta, presidente.
28 de junio de 1650 - 15 de agosto de 1653
Gobierno. Luis Enríquez de Guzmán, marqués de Villaflor, virrey. Promovió la minería, industria en la cual era experto. Mejoró el sistema de recaudación de impuestos. Sofocó la rebelión de los indios tarahumaras y su líder fue ahorcado. Fue nombrado virrey de Perú en 1653.
Obras
ca.1650
|
Historia Natural de la Nueva España, Francisco Hernández. Libro segundo de la Crónica miscelánea, en que se trata de la conquista espiritual y temporal de la santa provincia de Xalisco, en el nuevo reino de la Galicia y Nueva Vizcaya, y descubrimiento de Nuevo México, Antonio Tello.
|
1651
|
Libro de la vida del próximo evangélico exemplificado en la vida del Venerable Bernardino Alavarez, español, patriarca de la orden de la caridad… y en las vidas de algunos hermanos que fueron compañeros del venerable…, Juan Díaz de Arce, 2 vols.
|
1652
|
Arte breve y vocabulario de la lengua tzoque conforme se habla en el pueblo de Tepatlan; divídese en dos partes: en la primera se trata de las cuatro partes de la oración, declinables, que son: nombre, pronombre, verbo y participio. La segunda se compone de un vocabulario, fray Luis González. Crónica Miscelánea de la Santa Provincia de Xalisco, compuesta ca. 1652, Antonio Tello. |
Eventos históricos y culturales
1650
|
Levantamiento de los indios chichimecas.
|
1651
|
Prohibición a los jesuitas no hispánicos para entrar a las Indias españolas. Nacimiento de Juana Ramírez de Fundación de la Real y Pontificia Universidad de México.
|
1652
|
Insurrección indígena en Yucatán. Consagración de la Catedral de México. Marte Católico, arco triunfal erigido en honor del duque de Alburquerque.
|
1653
|
Fuerte temblor en la ciudad de México y aparición de un cometa. |
15 de agosto de 1653 - 16 de septiembre de 1660
Gobierno. Francisco Fernández de la Cueva (1619-1676), duque de Alburquerque, virrey. Oficial militar distinguido y aristócrata. Patrón de poetas, pintores y escultores. El virrey salió ileso de un atentado en su contra que ocurrió en la catedral, perpetrado por un soldado demente. Mandó armas y municiones a Jamaica que había caído bajo el poder de los ingleses. Reforzó la flota de Barlovento para proteger mejor las naves españolas de los piratas. Fue nombrado embajador en Viena; murió en Madrid.
Obras
1653
|
Discurso hecho sobre la significación de dos impresiones meteorológicas. Crónica e Historia religiosa de la Provincia de la Compañía de Jesús en Nueva España (compuesta alrededor de 1653), Andrés Pérez de Ribas. |
Eventos históricos y culturales
1654
|
Palafox tuvo que renunciar a su puesto y aceptó el nombramiento de obispo de Osma. Certamen poético en honor de la Inmaculada Concepción.
|
1658
|
Terrible sequía en México, agravada por una epidemia de viruela.
|
1659
|
Auto General de Fe en que se quema a don Guillén de Lampart o Lámport, quien pretendía independizar a la Nueva España de la Corona española. Se sublevan los indios tarahumaras. Sublevación del Nuevo México. El virrey Fernández de la Cueva promovió la colonización de las regiones norteñas enviando aproximadamente a 100 familias españolas para fundar la villa de Alburquerque en el territorio de la Nueva México. El volcán Popocatépetl hace erupción.
|
1660
|
Atentado contra la vida del virrey, duque de Alburquerque, en la Catedral de México, el 12 de marzo. |
16 de septiembre de 1660 - 29 de junio de 1664
Gobierno. Juan de Leyva y de la Cerda (1604-1678), conde de Baños, virrey. Combatió contra los piratas argelinos en el Mediterráneo y contra los rebeldes en Cataluña antes de ser nombrado virrey. Leyva dispuso de tierras, bienes y propiedades ajenas y se las transfirió a su familia y amigos. Esto causó motines indígenas y represiones brutales. La Corona lo destituyó del cargo y nombró al obispo Diego Osorio de Escobar como virrey.
Obras
1657
|
Oración panegyrica que en la traslación de las cenizas del venerable varón Diego de los Santos Ligero, eremita en los desiertos de la ciudad de Tlaxcala… oró el licenciado…, Antonio González Lasso
|
1660
|
Relación de la milagrosa aparición de Nuestra Señora de Guadalupe de México, Mateo Cruz. El Pastor de Nochebuena,
|
1662
|
|
1663
|
Memorias del Siervo de Dios Gregorio López, Ambrosio de Solís. |
Eventos históricos y culturales
1660
|
Muere el gran pintor criollo Baltasar de Echave.
|
1663
|
Intento de los ingleses de establecerse en la península de Yucatán |
29 de junio de 1664 - 15 de octubre de 1664
Gobierno. Diego Osorio de Escobar y Llamas (?-1673), obispo de Puebla, virrey. Religioso que asumió el puesto de virrey cuando fue destituido su predecesor. Fortificó la isla de Cuba y el puerto de Campeche en contra de los piratas.
Obras
1664
|
Carta del padre… rector del colegio de San Pedro y San Pablo de la Compañía de Jesús de la ciudad de México… acerca de la muerte, virtudes y ministerios del padre Pedro Ihoan Castini, Alonso Bonifacio. Vida del venerable padre y ejemplarísimo varón fray Diego de Basalenque, Pedro Salguero. |
15 de octubre de 1664 - 20 de noviembre de 1673
Gobierno. Antonio Sebastián de Toledo Molina y Salazar, marqués de Mancera, virrey. Era protegido del rey Felipe iv. Gobernó durante un periodo de grandes dificultades económicas. Fue un gobierno muy austero. Usó el poco dinero que había para reforzar las defensas de las islas caribeñas y las Filipinas. Reformó el sistema de recaudación de impuestos.
Obras
1665
|
Crónica de la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de México. Libro Quinto, Esteban García.
|
1666
|
Soneto fúnebre a Felipe iv, sor Juana Inés Llanto del Occidente en el Ocaso del más Sol de las Españas (Elegía a Felipe iv, rey de España, muerto en 1665), Isidro de Sariñana (1630- 1696). Décimas al desengaño de la vida Origen milagroso del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, extramuros de la ciudad de México, Luis Becerra Tanco. Fundamentos verídicos en que se prueba ser infalible la Guadalupe en esta ciudad acerca de su aparición, Luis Becerra Tanco
|
1670
|
Palestra Historial de virtudes y ejemplares apostólicos. Fundada del celo de insignes héroes de la Sagrada Orden de Predicadores en este Nuevo Mundo de la América de las Indias Occidentales, Francisco de Burgoa.
|
1671
|
Menologio de los varones más señalados en la perfección religiosa de la Compañía de Jesús, de la Nueva España, Francisco
|
1672
|
Tesoro de medicinas, Gregorio López.
|
1673
|
Arte de la lengua mexicana, Agustín de Vetancurt. Historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán, Diego Basalenque. |
Eventos históricos y culturales
1666
|
Aparece la Gaceta de México
|
1667
|
Fuertes temblores en la ciudad de México. Dedicación de la catedral de México.
|
1668
|
Sor Juana Inés de la Cruz sostiene el célebre examen ante varios doctores de la Universidad de México a instancias del virrey Mancera.
|
1669
|
|
1670
|
Fundación del Teatro de Comedias en la ciudad de México
|
1672
|
Carlos de Sigüenza y Góngora ingresa como profesor de Astrología y Matemáticas, en sustitución de Becerra Tanco. |
20 de noviembre de 1673 - 13 de diciembre de 1673
Gobierno. Pedro Nuño Colón de Portugal y Castro (?-1673), duque de Veragua, virrey. Descendiente de Cristóbal Colón. Su gobierno fue breve debido a su mala salud.
13 de diciembre de 1673 - 7 de noviembre de 1680
Gobierno. Fray Payo Enríquez de Rivera (?-1684), virrey. Miembro de la orden agustiniana y descendiente de Cortés por línea materna. Fue obispo de Guatemala, de Michoacán y luego arzobispo de la capital de Nueva España. Desarrolló la infraestructura de la ciudad de México; ordenó la reconstrucción de la calzada de Guadalupe, la instalación de un sistema de drenaje en el pueblo de Guadalupe y la reconstrucción del convento de San Agustín que se había quemado. Se le conoce como protector de los indios.
Obras
1674
|
Geográfica Descripción de la parte Septentrional del Polo Artico… y sitio de esta provincia de predicadores de Antequera, Valle de Oaxaca…, Francisco de Burgoa.
|
1675
|
Felicidad de México en el principio y milagroso origen que tuvo el santuario de la Virgen María, Nuestra Señora de Guadalupe, Luis Becerra Tanco.
|
1679
|
Breve noticia de la vida ejemplar y dichosa muerte del venerable padre Bartolomé Castaño de la Compañía de Jesús, Tomás de Escalante.
|
1680
|
El Neptuno Alegórico, sor Juana Inés de la Cruz. Teatro de virtudes políticas que constituyen a un príncipe, Carlos de Sigüenza y Góngora. Glorias de Querétaro, Carlos de Sigüenza y Panegírico con que la muy noble imperial ciudad de México, aplaudió al excelentísimo señor D. Thomas…, Carlos Noticia cronológica de los reyes, emperadores, gobernadores, presidentes y virreyes, que desde su primera fundación, hasta el tiempo presente han gobernado esta nobilísima imperial ciudad de México, |
Eventos históricos y culturales
1674
|
Inundación en la ciudad de México.
|
1676
|
Carlos de Sigüenza y Góngora ocupa la cátedra de Matemáticas de la Universidad de México el 20 de julio. Desempeña el cargo de Inspector Jefe de Artillería y Cosmógrafo del virreinato. |
7 de noviembre de 1680 - 16 de junio de 1686
Gobierno. Tomás Antonio de la Cerda y Aragón (1638-1692), marqués de la Laguna, virrey. Él y la virreina fueron protectores y amigos de sor Juana Inés de la Cruz. Bajo su gobierno ocurrió el saqueo y la destrucción del puerto de Veracruz por el pirata Lorencillo, por lo que fue acusado de negligencia y sentenciado a muerte, pero apeló la sentencia. De la Cerda regresó a España, donde fue miembro del Consejo de Indias y mayordomo de la Reina
Obras
1681
|
Exposición astronómica de el cometa que el año de 1680 por los meses de noviembre y diciembre y este año de 1681 por los meses de enero y febrero, se ha visto en todo el mundo…, Eusebio Kino (jesuita, y luego misionero en Sonora). Manifiesto filosófico contra los cometas despojados del imperio que tenían sobre los tímidos, de Carlos de Sigüenza y Góngora. Esta obra refuta la opinión del misionero jesuita Eusebio Kino de que los cometas eran presagios del mal. Cythara de Apolo, Agustín de Salazar y Torres (1642-1675).
|
1682
|
Vida ejemplar, muerte santa y regocijada del angelical hermano Miguel de Omaña de la Compañía de Jesús en la provincia de Nueva España, José Vidal. Chronica de la Santa Provincia de San Diego de México, Baltasar de Medina.
|
1683
|
Triunfo Parténico, relación de los certámenes en 1682 y 1683, organizados por la Universidad en honor de la Inmaculada Concepción de la Virgen, Carlos de Sigüenza y Góngora. Los empeños de una casa, de sor Juana Inés de la Cruz, se estrena el 4 de octubre. Compendio del arte de la lengua de los tarahumara, P. Tomás de Guadalajara. Breve noticia de la devotísima imagen de Nuestra Señora de la Defensa…Con un epítome de la vida del venerable anacoreta Juan Bautista de Jesús, Pedro Salgado Somoza. Vida, martirio y beatificación del invicto protomártir del Japón San Felipe de las Casas o de Jesús, Baltasar de Medina (franciscano descalzo, natural de México).
|
1684
|
Historia de la Conquista de México, Población y Progressos de la América Septentrional, conocida por el nombre de Nueva España…, Antonio de Solís y Rivadeneira. Relación de la ejemplar y religiosa vida del padre Nicolás de Guadalajara, profeso de nuestra Compañía de Jesús…, Francisco de Parayso occidental…, Carlos de Sigüenza y Góngora. El pregonero de Dios y patriarca de los pobres, del dramaturgo criollo Francisco de Acevedo, basada en la vida de san Francisco de Asís. Arte y vocabulario de la lengua maya, fray Gabriel de San Buenaventura. Relación del santuario de Tecaxique en que está colocada la milagrosa imagen de Nuestra Señora de los Angeles…, Juan de Mendoza. Debido recuerdo de agradecimiento leal a los beneficios hechos en México por su dignísimo y amadísimo prelado el Illmo. Rmmo. Exmo. Sr. Matro. D. fray Payo Enríquez Afan de Ribera…, Joseph López de Avilés.
|
1685
|
Origen de la milagrosa imagen y santuario de Nuestra señora de los Remedios de México, sus venidas a la ciudad y maravillas que ha obrado, s.p.i., Lorenzo de Mendoza. Crónica de la provincia de Santiago de México del orden de predicadores, Juan Bautista Méndez, concluida en 1685. |
Eventos históricos y culturales
1680-1681
|
Aparición en la ciudad de México de un cometa que suscita grandes polémicas entre Carlos de Sigüenza y Góngora y el jesuita Eusebio Kino. Se construye un arco triunfal para darle la bienvenida al nuevo virrey, marqués de la Laguna. El autor del diseño y del panfleto en el que se explicaba el significado del arco es Carlos de Sigüenza y Góngora Sor Juana Inés de la Cruz diseña El Neptuno Alegórico para esta festividad. En este arco, Sigüenza y Góngora le señala al nuevo virrey la historia de la fundación de la ciudad en 1327 y la sucesión de los monarcas aztecas mediante doce estatuas que los representan. Tuvo lugar la rebelión Popé, en la que indios de Nuevo México dan muerte a misioneros y pobladores. De la Cerda envió tropas para pacificar la región y colonizadores para repoblar la Nueva México.
|
1682
|
Toma posesión del arzobispado de México el doctor Francisco de Aguiar y Seijas, personaje misógino que se enfrentó a sor Juana. Certamen convocado por la Universidad en honor de la Inmaculada Concepción. Sigüenza y Góngora hace una recopilación de este evento en su Triunfo Parténico (1683). Fuerte temblor en la ciudad de México.
|
1683
|
Los jesuitas envían misioneros al noroeste de la Nueva España; entre ellos va el padre austriaco Eusebio Kino. Saqueo y destrucción del puerto de Veracruz, a mediados de mayo, cuando se esperaba el arribo de la flota, por un pirata conocido como “Lorencillo”, bajo el gobierno de De la Cerda. Sus tropas saquearon el puerto y tomaron la ciudad. La plaza se rindió el 17 de mayo. Se erige un arco triunfal en honor del arzobispo don Francisco de Aguiar y Seijas el 4 de octubre. Llega a México don Antonio Benavides, marqués de Vicente, visitador real, conocido como “el Tapado”. Le levantaron cargos y fue torturado. A pesar de la intercesión de muchas personas, incluyendo la de sor Juana Inés de la Cruz, fue ejecutado. La misión de este visitador nunca fue aclarada.
|
1684-1685
|
En la ciudad de México se inicia la construcción del templo de San Felipe Neri, de fachada churrigueresca. Ataques de corsarios franceses a las costas de Yucatán; el puerto de Campeche es destruido. |
16 de junio de 1686 - 20 de noviembre de 1688
Gobierno. Melchor Portocarrero Lasso de la Vega (1636-1705), conde de Monclova, virrey. Soldado del cual se decía que había perdido un brazo en el campo de batalla y llevaba uno postizo de plata, de ahí su apodo “Brazo de Plata”. Ordenó la construcción de varios fuertes, llamados presidios, en las provincias norteñas. El primero fue establecido en Coahuila y lo llamó Monclova en su honor. Desterró a todos los frailes extranjeros de la Nueva España. Con su propio dinero financió que se trajera el agua potable de la loma de Chapultepec a una fuente en la ciudad de México llamada Salto del Agua.
Obras
1686
|
La milagrosa invención de un tesoro escondido en un campo que halló un venturoso cacique y que escondió en su casa para gozarlo a solas, patente ya en el Santuario de los Remedios en su admirable imagen de Nuestra Señora…,
|
1687
|
Virtudes y Milagros en Vida y muerte del Venerable padre fray Sebastián de Aparicio, Diego de Leiba.
|
1688
|
La estrella del norte de México… Historia de Ntra. Sra. de Guadalupe, sobre la aparición de la Virgen de Guadalupe, Francisco de Arte de la lengua tzotzlem o tzinacanteca, Juan de Rodaz. Renovación por si misma de la soberana imagen de Cristo Señor Nuestro crucificado que llaman de Itzmiquilpan, Alonso Alberto Velasco. Historia de Yucatán, Diego López de Cogolludo. Crónica de la Provincia de la Visitación de Nuestra Señora de la Merced, redención de cautivos de la Nueva España, Francisco de Pareja. |
Eventos históricos y culturales
1687
|
Combates entre la armada española y corsarios ingleses |
20 de noviembre de 1688 - 27 de febrero de 1696
Gobierno. Gaspar de la Cerda Sandoval Silva y Mendoza (1653-1697), conde de Galve, virrey. Uno de los virreyes más jóvenes de Nueva España. Tuvo que batallar con los franceses y los ingleses. Ordenó la construcción de una flota española que fue enviada a defender el Caribe y el Golfo de México. Fortificó también el puerto de Veracruz. Envió tropas a defender la Española. El Conde de Galve casi pierde la vida en un motín ocasionado por la gran escasez de alimentos en 1692. Durante su gobierno se establecen colonias en Tejas, Pensacola y Florida, para proteger estas regiones de las agresiones francesas.
Obras
1689
|
Inundación castálida, sor Juana Inés de la Cruz. Se estrenan El divino Narciso y Amor es más laberinto, de sor Juana Inés de la Cruz. Arte de la lengua mexicana, Antonio Vázquez Gastelu. Vida admirable y muerte dichosa del religioso padre Jerónimo de Figueroa de la Compañía de Jesús en la provincia de Nueva España, rector del Colegio Máximo de México, anónimo. Carta del padre… rector del colegio del Espíritu Santo de la Compañía de Jesús en la Puebla de los Ángeles, en que da noticia de la exemplar vida y dichosa muerte del padre Pablo de Salceda, religioso profeso de ella…, Eugenio de Sola.
|
1690
|
Carta Atenagórica, sor Juana Inés de la Cruz. Los infortunios de Alonso Ramírez, Libra astronómica y filosófica, Carlos de Descripción histórica y moral del yermo de San Miguel de las Cuevas en el Reino de la Nueva España e invención de la milagrosa imagen de Christo Nuestro Señor crucificado que se venera en ellas. Con un breve compendio de la admirable vida del venerable anacoreta fray Bartolomé de Jesús María y algunas noticias del santo fray Juan de San Joseph, su compañero, Francisco Vocabulario de la lengua maya que comienza en romance, compuesto por varios autores de esta lengua (“Diccionario de Ticul”). Anónimo(s) franciscano(s). Manuscrito fechado en 1690. Publicado en 1898 por Juan Pío Pérez, en Mérida, con el título de Coordinación alfabética de las voces del idioma maya.
|
1691
|
Relación histórica de los sucesos de la Armada de Barlovento, Trofeo de la justicia española, Respuesta a sor Filotea de la Cruz, Arte de la lengua chiapaneca, fray Juan de Albornoz.
|
1692
|
Relaciones históricas sobre alboroto y motín de los indios de México, Carlos de Segundo volumen de las obras de sor Juana Inés de la Cruz, sor Juana Inés de la Cruz. Este volumen contiene su famoso poema El sueño. Arte de la lengua mexicana según la acostumbran hablar los indios en el obispado de Guadalajara, parte de Guadiana y del de Mechoacan, fray Juan (F) Guerra. Narración de la maravillosa aparición que hizo el arcángel San Miguel a Diego Lázaro de San Francisco, indio feligrés del pueblo de San Bernabé de la jurisdicción de Santa María Nativitas, Francisco Vida ejemplar y ejercicios de virtudes del venerable varón Diego del Río…, Juan García de la Rea.
|
1693
|
Mercurio volante con la noticia de la recuperación de las provincias de Nuevo México, Carlos de Sigüenza y Góngora. Descripción, que de la vaia de Santa Maria de Galve (antes Pansacola) de la Movila, y rio de la Paliçada hizo…, Carlos de Sigüenza y Góngora.
|
1694
|
Auto General de la Fe, Matías de Bocanegra. Origen de los dos célebres santuarios de la Nueva Galicia…,Francisco Historia de la Provincia de la Compañía de Jesús en Nueva España, Francisco de Parayso cultivado de la más sencilla prudencia… vida del venerable siervo de Dios… fray Sebastián de Aparicio…, Isidro de San Miguel. Piedad heroica de don Fernando
|
Eventos históricos y culturales
1689
|
Se inicia la construcción de las murallas de protección contra los piratas franceses, ingleses y holandeses en el puerto de Campeche.
|
1690
|
Rebelión de los indios en Nuevo México. Matan a los colonos españoles. Empieza la reconquista de Nuevo México, que llega a completarse en 1696. Se fundan misiones en el este de Tejas, cerca del río Neches; éstas son abandonadas tres años después.
|
1691
|
Calamidades naturales azotan a la Nueva España. Intensas lluvias causan inundaciones en las calzadas de la capital; y plagas causan pérdidas en las cosechas. La Armada de Barlovento derrota a los franceses.
|
1692
|
Carestía de alimentos y hambre debido a las pérdidas de las cosechas. El 8 de junio ocurre la insurrección de los indios y las castas. Los sublevados incendian comercios de la Plaza Mayor, el Palacio de los Virreyes y las Casas Consistoriales. Este motín es considerado uno de los más graves de la época. Carlos Sigüenza y Góngora escribe una relación de los sucesos de ese día. El 23 de agosto ocurre un eclipse total de sol, que es visto como un presagio funesto. Nuevo León es fundada y colonizada por la familia Carvajal.
|
1693
|
Sor Juana realiza una confesión general y escribe la Petición casuídica. Regala sus libros e instrumentos.
|
1694
|
El 8 de febrero sor Juana ratifica sus votos religiosos, el 18 de ese mismo mes protesta defender la Inmaculada Concepción. El 5 de marzo firma la “Protesta que rubricada con su sangre hizo de su fe y amor a Dios… al mismo tiempo de abandonar los estudios humanos”.
|
1695
|
Año de grandes epidemias en México. Se inicia la construcción de la basílica de Guadalupe bajo el gobierno de Gaspar de la Cerda Sandoval Silva y Mendoza. Sor Juana Inés de la Cruz fallece el 17 de abril en el convento de San Jerónimo, víctima de la peste. |
27 de febrero de 1696 - 18 de diciembre de 1696
Gobierno. Juan de Ortega Montañes (1er. periodo) (1627-1708), virrey. Fue obispo de Michoacán, arzobispo de México, miembro del tribunal del Santo Oficio y obispo de Guatemala antes de ser virrey. Ordenó la construcción de varios conventos, inauguró la catedral de la ciudad de Guatemala e impulsó las obras de la catedral de Morelia.
18 de diciembre de 1696 - 4 de noviembre de 1701
Gobierno. José Sarmiento Valladares (1643-1708), conde de Moctezuma y Tula, virrey. Esposo de María Andrea Moctezuma, descendiente lejana del emperador Moctezuma. Mejoró el nivel de vida de la capital, afectado a causa de incendios, inundaciones y motines. Las iglesias, los palacios y los edificios de la ciudad de México fueron remodelados siguiendo el estilo barroco. Envió al jesuita Juan María Salvatierra en una expedición que fundó varias misiones en Baja California.
Obras
1697
|
Menologio franciscano de los varones más señalados, perfección religiosa, ciencia, predicación evangélica, en su vida, y muerte ilustraron la Provincia de el Santo Evangelio de México, Agustín de Vetancurt.
|
1697-1698
|
Teatro mexicano…, Agustín de Vetancurt.
|
1699
|
Dedicatoria y breve relación de la vida y muerte del Illmo. Y Rvmo. Sr. Dr. D. Francisco de Aguiar y Seijas, arzobispo de México, Joseph de Lezamis.
|
1700
|
Eventos históricos y culturales
1698
|
Muere el arzobispo de México, Francisco de Aguiar y Seijas.
|
1699
|
Fallece Manuel Fernández de Santa Cruz, “Sor Filotea de la Cruz”.
|
1700
|
C
Celda y el convento: una perspectiva femenina en el siglo xvii, La
Cien años de "teatralidad" en el siglo xvii
Crónica religiosa: historia sagrada y conciencia colectiva en el siglo xvii, La
Cronistas de monjas en el siglo xvii: la traducción masculina de una experiencia ajena, Los
D
Desarrollo de la imprenta en el siglo xvii, El
E
F
I
Inquisición y la cultura literaria en el siglo xvii, La
L
Latín en la Nueva España del siglo xvii, El
P
Poesía lírica y patria mexicana en el siglo xvii
Poéticas, preceptismo, retóricas y alabanzas de la poesía en el siglo xvii
Prosa novelística en el siglo xvii, La
R
S