La figura multidimensional de Servando Teresa de Mier (1763-1827) –fraile nómada, al principio, republicano pugnaz y contradictorio al final– es la materia central, aunque no única, de esta copiosa {Vida}, libro extraordinario con el que su autor, el crítico literario Christopher Domínguez Michael, contribuye decisivamente a dibujar –echando mano de tintas enérgicas y gracias a una formidable sabiduría historiográfica y estilística– el tránsito de los siglos XVIII a XIX.
Servando Teresa de Mier nació en el ya decrépito virreinato de la Nueva España y murió en una república federal recién nacida. Entre 1763, cuando vio la luz en Monterrey, y 1827, cuando congregó a su alrededor a los más altos personajes del México independiente para exhalar su último aliento, el mundo sufrió transformaciones como la Revolución francesa o la desintegración del Imperio Español. La vida que Christopher Domínguez Michael recorre aquí es una sucesión de cárceles y escapatorias, de audacias verbales y escritas, de derrotas en el campo de guerra y triunfos en la batalla de las ideas. Mier pagó con destierro el haber dudado del relato oficial sobre la Virgen de Guadalupe, peregrinó como pícaro de novela por la convulsa Europa de comienzos del siglo XIX, atestiguó el sueño constitucionalista de Cádiz, se confabuló con Mina para llevar un ejército de mercenarios a la lucha por la independencia de México y fue rescatado del cadalso por la Inquisición. En parte mitómano, teólogo delirante —que supo vincular a Tomás Apóstol con Quetzalcóatl—, con la vitalidad de los héroes trágicos y una pluma certera y bien afilada, el “abuelito de la patria” hizo de sus memorias un género a la vez íntimo y público. Esta magnífica biografía, merecedora del Premio Xavier Villaurrutia en 2004, es un animoso esfuerzo por entender al hombre y su momento, por separar lo novelesco de lo fáctico, y por evocar la descomunal vida de fray Servando, incluido el periplo de una momia, la suya, casi tan misteriosa como él.