Las fábulas ya clásicas de Augusto Monterroso han suscitado reacciones defensivas en más de un lector. He aquí dos ejemplos: “Los pequeños textos de La Oveja negra y demás fábulas, de Augusto Monterroso, en apariencia inofensivos, muerden y dejan cicatrices si uno se acerca a ellos sin la debida cautela y precisamente por eso son provechosos. Después de leer ‘El Mono que quería ser escritor satírico’, jamás volveré a ser el mismo (lsaac Asimov); “Este libro hay que leerlo manos arriba: su peligrosidad se funda en la sabiduría solapada y la belleza mortífera de la falta de seriedad (Gabriel García Márquez).
"Este libro hay que leerlo manos arriba: su peligrosidad se funda en la sabiduría solapada y la belleza mortífera de la falta de seriedad."
Gabriel García Márquez
"Imagine el fantástico bestiario de Borges tomando el té con Alicia. Imagine a Jonathan Swift y James Thurber intercambiando notas. Imagine a una rana del Condado de Calaveras que hubiera leído realmente a Mark Twain: he aquí a Monterroso."
Carlos Fuentes
"Los pequeños textos de La oveja negra y demás fábulas, de Augusto Monterroso, en apariencia inofensivos, muerden si uno se acerca a ellos sin la debida cautela y dejan cicatrices, y precisamente por eso son provechosos. Después de leer “El Mono que quería ser escritor satírico”, jamás volveré a ser el mismo."
Isaac Asimov