La guerra civil española, los cuarenta años del franquismo y la emigración a México constituyeron, para un sector considerable de escritores españoles, una profunda experiencia que imprimió hondas transformaciones espirituales en sus obras. En ningún caso podría afirmarse que un poeta, un novelista o un ensayista hayan continuado en México su obra, siguiendo, sin cambio alguno, la evolución que indicaban sus escritos de preguerra o predestierro. Uno y otro temas –guerra y destierro– se imprimieron en las obras de todos, de manera intensa y rencorosa en los primeros años, para irse diluyendo con el paso del tiempo en nostalgia y recuerdo que van dejando sitio a la conciencia y al interés por la realidad mexicana que los acogió. No son pocos los casos en que esta experiencia determinó un impulso de vitalidad que hizo surgir nuevos brotes en obras de poco aliento, o que ha sido el origen de una vocación literaria o cultural. A todos, parece haberles impreso la convicción de que era necesario que dejasen un testimonio de su aventura humana, como si la lucha que interrumpieron se hubiese trasladado a la silenciosa pelea con las palabras, con las ficciones y con las ideas.

Quienes llegaron a México muy jóvenes, como Arturo Souto, Rafael y Tomás Segovia, Ramón Xirau, José de la Colina, Carlos Blanco Aguinaga, Luis Rius, Manuel Durán, José Pascual Buxó, César Rodríguez Chicharro, Federico Álvarez, Carlos Bosch García, y tantos otros, se incorporaron paso a paso a la vida cultural mexicana.^[1]

Nació en San Sebastián, España el 19 de febrero de 1927. Falleció en la Ciudad de México el 18 de mayo de 2018. Ensayista. Fue editor, crítico literario, investigador, periodista, profesor y traductor. Realizó estudios de Ingeniería Civil en la Universidad de La Habana. Obtuvo el grado de maestría y doctorado en la ffyl de la unam. Colaboró con Huberto Batis, Fernando Benítez, José Emilio Pacheco y José Pagés Llergo en Diorama de la Cultura del Excélsior, México en la Cultura del Novedades y La Cultura en México de la Revista Siempre! Editor de la Revista de Bellas Artes; dirigió la Revista Mexicana de Literatura y la Revista de Literatura Mexicana del iif de la unam. Profesor de Crítica Literaria y Semiótica; coordinador de publicaciones periódicas del inba. Ha impartido y participado en cursos, conferencias y congresos en Cuba, España, Estados Unidos y México. Miembro del Programa conacyt 2002-2003 para la edición de la obra colectiva sobre Historia de la Filosofía en México y de la Modern Language Association of America. Profesor y editor en el Instituto Cubano del Libro. Editor en Santillana y Altea, director en el fce en España.Traductor de Georg Lukács y Tzvetan Todorov, entre otros. Editó a autores como Max Aub y Adolfo Sánchez Vázquez. Premio Universidad Nacional en el área de Docencia en Humanidades 2003; Medalla de la Amistad entre los Pueblos por parte del Consejo de Estado de la República de Cuba 2004. Distinción "Por la Cultura Nacional" que otorga el Ministerio de Cultura de Cuba 2006. 

Realizó sus primeros estudios en el Colegio Decroly de Madrid. Cursó el bachillerato español en el Colegio de los Marianistas de San Sebastián entre 1936 y 1939. En agosto de 1940 se reunió en La Habana, Cuba, con sus padres, exiliados republicanos, donde radicó hasta 1947. En Cuba concluyó el bachillerato en el Instituto Edison y en el Instituto de Segunda Enseñanza de la Víbora (1944); cursó dos años de Ingeniería Civil (1945-1947) en la Universidad de La Habana. Publicó en el periódico estudiantil Pinos Nuevos, del Instituto de la Víbora, su primer artículo firmado, “Martí y los voluntarios españoles” (1944); seguirían “La novela de tema indio” y “El ensayo”, estos últimos compilados como trabajos de alumnos en Novelas de América y Literatura española y americana, respectivamente. En agosto de 1947 viajó exiliado con su familia a la Ciudad de México, en la que reinició, sin concluir, su carrera de Ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de México (unam); estudió la licenciatura y la maestría en Letras y el doctorado en Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras (ffyl) de la misma unam. Su primer artículo firmado en México fue “Los dos hemisferios del mundo universitario”, que apareció en Columnas (1948), periódico estudiantil de la Facultad de Ingeniería. Ejerció la crítica literaria desde 1957 en los suplementos culturales de Excélsior, Novedades y Siempre!; en este último inició su columna semanal “Los libros al día”, que compartió con José Emilio Pacheco y más tarde con Huberto Batis hasta 1965. Colaboró en la Revista de la Universidad de México. Impartió conferencias en la Casa del Lago, en la ffyl y en el Ateneo Español. Su curso, Historia de la novela hispanoamericana, fue transmitido por Radio Universidad en 1963. Fue miembro del consejo de redacción de la Revista Mexicana de Literatura, entonces dirigida por Juan García Ponce (1963-1965). La Universidad de La Habana lo invitó a dar clases en la Facultad de Arte y Letras de 1966 a 1971; durante esta segunda estancia en Cuba fue, además, consejero editorial en el Instituto Cubano del Libro (1967-1971), jurado de cuento en el Premio Casa de las Américas de 1968, al lado de Wash, Couffon, Westphalen y Edwards; y del Premio Nacional de Novela de Cuba (1969), esta vez al lado de Lezama Lima, Darie Novaceanu, Caballero Bonald y Samuel Feijóo. En 1971 regresó a España, en donde radicó diez años, de 1971 a 1981, allí trabajó como redactor en las editoriales Santillana y Altea, de Madrid; y como director del Fondo de Cultura Económica (fce) de España (1974-1981). En 1982 estableció su residencia definitiva en México. Ha impartido diversas asignaturas y seminarios, como Teoría Literaria, Semiótica o Historia de la Literatura en la ffyl de la unam. Ha impartido cursos y conferencias en instituciones de educación superior mexicanas, como las universidades autónomas de Aguascalientes, Chihuahua, Veracruz, Yucatán y Guadalajara y en el Instituto de Investigaciones Filológicas (iifl) de la unam, donde ha sido responsable de la revista Literatura Mexicana, del Centro de Estudios Literarios (cel). Ha impartido cursos y seminarios en la Universidad de La Habana y la Universidad de Oriente en Cuba; en el Ateneo de Madrid y en el Instituto Internacional de Madrid; en las universidades de Salamanca, de Valencia, en la Complutense de Madrid (donde también participó en la cátedra “Adolfo Sánchez Vázquez”)  y en la Universidad Menéndez Pelayo en Santander, España, así como en la Universidad de California en los Estados Unidos de Norteamérica. Participó en la cátedra “Carlos Pellicer” de la Universidad de Tabasco en la “Enrique González Martínez” de El Colegio de México (colmex). Álvarez Arregui también ha sido traductor al español de obras como Significación actual del realismo crítico, de Georg Lukács; Frente al límite, de Tzvetan Todorov y El Crimen del Cabo Lortie: Tratado sobre el padre, de Pierre Legendre.

Federico Álvarez Arregui, escritor, editor y traductor, “una de las inteligencias más claras de América Latina y España”, al decir de los créditos de publicación de Vaciar una montaña, se ha preocupado por todo aquello que incumbe a la literatura. Vaciar una montaña es la compilación de 134 textos que él, modestamente, llama glosas, breves ensayos sobre temas como la diferencia de uso de los verbos “sentir” y “pensar”: los mexicanos dicen “siento que…” mientras que los españoles dicen “pienso que…”; “Los niños en la literatura” inicia con preguntas que se hacía Unamuno acerca de la infancia de Don Quijote y la poca presencia infantil en la literatura española; cierra su artículo con una reflexión sobre la manera en que los niños del siglo xxi viven su infancia y los problemas y peligros que los asechan. “Turismo fluvial” es un recuento de los viajes en río que el autor ha hecho, especialmente en el Papaloapan de su juventud como ingeniero en Veracruz. “En defensa de las Humanidades” lengua y literatura” evalúa el lugar que tienen las Ciencias sobre las Humanidades y su preocupación por el poco interés que se da a estas disciplinas, sin apreciar la función sensibilizadora del ser humano y la importancia del estudio de la lengua y la literatura para el desarrollo mental y emocional de las personas. “Exilio se refiere con gran empatía a los cubanos que se exiliaron en los Estados Unidos. En su presentación al libro Incursiones literarias, de Adolfo Sánchez Vázquez, habla de él tanto en forma personal como profesionalmente. Una vida. Infancia y juventud, verdadera autobiografía, nos comparte su vida desde la infancia en España, su exilio en Cuba y México, y su amor por Elena Aub, que terminó en matrimonio. Desmenuza sus alegrías, descubrimientos, abandonos y aventuras infantiles en San Sebastián; su llegada a Cuba con su hermana Tere en el barco Magallanes; su militancia política, la música, la ingeniería, los arrebatos sentimentales y la fogosidad erótica. Finalmente, habla de su llegada a México, donde encontró su verdadera vocación: la Literatura y la Filosofía. Federico Álvarez considera que la docencia es su verdadera profesión en que ve como misión principal el transmitir en sus alumnos su amor por las Letras y las Humanidades, así como la necesidad de leer, una forma de conversar con los hombres más inteligentes de hoy y de siglos anteriores.