No es la soledad sorprende un instante de la vida en la ciudad. Prisioneros de su propia pequeñez, imposibilitados para romper el cerco de incomunicación que la fatalidad parece haber trazado para ellos, los personajes de esta novela soportan una existencia signada por la melancolía, el tedio y la vacuidad. Lily, Martha y José son los tres vértices que sirven al autor para tramar una cadena narrativa que a fuerza de paralelismos, de similitudes e incluso de diferencias, transforma en historia común tres relatos aparentemente unicelulares. Los tres pequeños dramas describen el monocorde flujo de acontecimientos que caracterizan la existencia del hombre común, pero describen también la intromisión sorpresiva y fugaz del misterio que pretende trascenderlos, para encontrarse en la última cresta de la anécdota, que es a un tiempo derrota y esperanza, declincación y punto de partida.
Eduardo Rodríguez Solís nació en la ciudad de México en 1938. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores. Ha publicado un libro de relatos, La puerta de los clavos (1966), y Black Jack y otra farsa (1968).