Enmarcado cronológicamente por dos acontecimientos históricos, el asesinato del presidente Venustiano Carranza en Tlaxcalaltongo, tres días después del desastre de Aljibes (1920) y el atentado que le costó la vida al presidente electo Álvaro Obregón en 1928, Gentes profanas en el convento es uno de los más poderosos y singulares relatos producidos por la literatura mexicana. No podía ser de otra manera, puesto que se trata de una obra —realizada en los inciertos límites entre la autobiografía, el ensayo y la ficción— de una de las más importantes figuras de la cultura mexicana del siglo XX: el Dr. Atl.
En estas páginas el lector encontrará una vívida, directa y estructurada narración de diversos acontecimientos en la vida de un hombre —encuentros con espantos, aparición de ángeles vestidos a la última moda, la más intensa historia de amor encontrada en una tumba del claustro mercedario, personajes de la política y del arte de México, sobrecogedores paisajes alpinos…— durante los ocho dilatados años en que el Dr. Atl ofició como abad laico en el Convento de la Merced de la ciudad de México.
Y es que, como bien lo señala Juan José Doñán en el ensayo introductorio de esta nueva edición de Gentes profanas en el convento, no cabe duda que el talento del Dr. Atl abarcó un registro que iba mucho más allá que su pintura: «Si José Gerardo Murillo Coronado, quien en 1911 decidió cambiarse el nombre […] por la insólita combinación onomástica de Dr. Atl, no hubiera sido el gran pintor que fue, aun así seguiría teniendo un lugar destacado en la historia y en la vida cultural de México»