Concha Mojica (Arandas, Jalisco, 1908 - Ciudad de México, 1958), fue una poeta dueña de una interesante voz propia —muy de su tierra y de su medio, Los Altos de Jalisco— que le canta a lo cotidiano y que hasta ahora ha permanecido oculta a los ojos de los lectores. Su formación tuvo lugar en Arandas hasta que, en 1926, se trasladó con su familia a la ciudad de León, Guanajuato, donde además de realizar estudios y ejercer la farmacopea, desarrolló su talento literario y participó activamente en la vida cultural de la ciudad.
Concha fue autora de cinco poemarios: Cojín de las soledades (1951), Mirilla (1954), Pax (1955), Insignia (1956) y Niebla profética (1957), además de de gran cantidad de poemas no coleccionados que publicó en diversos medios como Oasis —la revista literaria que ella misma editaba—, Summa, El Informador y Novedades, entre otros.
Miguel García Ascencio, dedicado estudioso de la literatura jalisciense, se autoimpuso la tarea de profundizar en la obra de Concha Mojica, cuyo «…matiz femenino la hace diferente al retratar una geografía que vio nacer a estos poetas [Francisco González de León, Manuel Martínez Valadez]. Como Alteña, comparte muchos de los valores del medio: teme que la tecnología lo devore todo, los estropicios que pueda efectuar la naturaleza; cree en los valores de la familia, la religión…»
Los resultados de su labor se presentan en estas páginas en forma de un ensayo donde analiza minuciosamente la vida y la poética de Concha Mojica, que complementa una cuidadosa y extensa selección de sus poemas.