¿Cómo quién es Felisberto Hernández? Imposible definirlo, encasillarlo. Es un escritor singular, moroso, lento, exigente, que en sus cuentos mezcla la espontaneidad más viva con una profundidad pasmosa.
Nació en Montevideo en 1902, y desde niño se dedicó al piano con un tesón avasallador, llegó a ser un gran pianista. Vivió un tiempo como concertista trashumante, visitando las ciudades provincianas del Uruguay, y fue con frecuencia el acompanante al piano de las peliculas de cine mudo en las modestas salas de "biográfo" de los barrios.
Aunque empezó a publicar desde los 23 años, nunca llegó a ser muy conocido. Pero quien lo leía se volvia su adepto para toda la vida.
Lo extraordinario de este narrador es la familiaridad con la que se pasea por las tierras de la memoria, disfrutándolas y relatándolas cual si fueran las quintas en donde transcurrió su infancia. Recrea los procesos del recuerdo mediante imágenes muy concretas, inmediatas y plásticas, de manera que el lector llega a ver, como en un espectáculo, la fluidez de la evocación. Se remonta en los tiempos, persiguiendo la manera infantil de ver el mundo, antes de intentar entender como se ve desde el presente. Y hay un momento en su obra en el que parece haber llegado al fondo del recuerdo. Abriendo los ojos aún más -porque su literatura es eso: la mirada fresca sobre el mundo-, procede a inventar.
Nos complace poder presentar al lector su obra completa, recogida en tres volúmenes, pues sin duda debe darsele a Felisberto Hernandez el lugar que le correspode entre los mejores narradores de la literatura hispanoamericana.