La necesidad de transcribir adecuadamente la realidad americana actual dio lugar a la búsqueda de un nuevo lenguaje y de nuevas variaciones formalistas. Aquí la novela acusa toda una serie de nuevos recursos. Se fueron utilizando mas asiduamente las técnicas cinematográficas, muchas de ellas implícitas ya en el nouveau roman de Robbe-Grillet, Marguerite Duras, Claude Simoin y otros. Además se leyó con mayor detenimiento la obra de William Faulkner (de la que Borges había iniciado su versión castellana). Gracias a la fantasía, el misterio y el surgimiento de nuevos mitos, la narrativa pudo zafarse de la modorra costumbrista y convertirse en un instrumento de múltiples registros.
Hablamos aquí de novelistas de la envergadura de Carpentier, Cortázar, Donoso, Garcáa Márquez, Fuentes, Onetti. No de una generación literaria, sino de una etapa en la novela hispanoamericana que verdaderamente coloca a nuestra narrativa en su sitio en la literatura universal.
El proceso literario iniciado por el Modernismo viene a desembocar en el realismo mágico; el surrealismo encuentra en este continente su equivalente iluminador: le real-maravilloso. Las técnicas narrativas, en fin, su verdadera forma.
La presente antologáa no se propone incluir todos los escritores de cuentos y novelas de Hispanoamerica: las omisiones son obvias (Manuel Rojas, Sabato, Arreole, Novas Calvo, Revueltas, Bosch). Se trata aquí, meramente, de presentar ciertos ejemplos de la narrativa hispanoamericana, no país por país, ni por escuelas literarias, sino por la producción generacional (el primer intento antológico que jamás se haya hecho), destacando las mutaciones temáticas, estilisticas y estructurales.
Ángel Flores nació en Puerto Rico a principios de siglo, y ha dedicado más de la mitad de su vida al estudio y crítica de las literaturas hispánicas y europeas. Ha actuado como crítico de literaturas extranjeras en el New York Herald Tribune, y ocupado cátedras en diversas universidades norteamericanas. Ha traducido al inglés a Neruda, Árciniegas, Gémez de la Serna; y al español a T. S. Eliot, Conrad Aiken, etcétera.