Curiosa y rica mezcla de realidad, reflexión y ficción la que entrega. Tórrido quehacer, del escritor mexicano Lazlo Moussong. Páginas donde hay vivencias y alucinaciones, anhelos, acechanzas y delirios. Y todas estas opciones han sido concebidas a partir de la honestidad, de la certeza y, sobre todo, del buen oficio literario que brinda un resultado altamente valorable en su aspector estético.
En estos breves textos —suerte de inmersión en la cuentística y la prosa reflexiva— Lazlo Moussong hace un recuento de las angustias que lo poseen y con ello da una visión novedosa y sugerente de lo literario. Tórrido quehacer es un libro inusual, que sólo tiene como antecendentes los lúcidos textos De fusilamientos, de Julio Torri —a quien rinde homenaje—, y que aporta un mundo de vivencias y una proyección estilística que alcanzan su sentido último en la conjugación integral. Así, lo fragmentario de sus piezas que lo conforman sólo son claves que irán develando la honda humanidad del autor: un hombre transido por la ternura y la aspiración inefable de la comunación. Paso a paso Moussong nos da su entorno —sus múltiples entornos—, así como sus íntimas inspiraciones, sus héroes literarios, su dioses —o algunos de ellos, no siempre hay que caer en la trampa— tutelares. Todo para que el lector pueda, finalmente, alcanzar la fisionomía de un escritor que sabe cómo nombrar las cosas, que quiere compartir su insondable mundo de sospechas y sorpresas, que se entrega simplemente en fragmentos para que alcancemos su unicidad, con una modestia y una seguridad que hacen de Tórrido quehacer una experiencia del ámbito de las lextras mexicanas contemporáneas.
Lazlo Moussong es probablemente uno de los escritores más importantes de la cuentística mexicana actual, autor, entre otros, de Castillos en la letra.