Breves narraciones integran Mexicano en Luxor, suerte de inmersión en el mundo posmoderno que nos hace llegar Héctor Morales Saviñón. Porque hay que entender la intención final de estos cuentos escritos con aparente sencillez: se ha buscado hallar una forma de expresión que rescate la ingenuidad y la soltura clásicas, en aras no de un alarde técnico, sino de una apelación a la memoria y a la posibilidad del hombre de recrear su pasado, tanto literario como real.
Mexicano en Luxor supone, desde el inicio, un lector cómplice que sepa articular el texto no tanto con las vivencias que se manifiestan, sino con toda la historia del epos occidental. Así, lo que parecería lenguaje demasiado directo o poco elaborado, no es más que un guiño que Morales Saviñón nos hace para que entremos en su mundo, rescate indudable de experiencias, de sentidos y sentimientos, con la frescura de un saber decir tradicional.
Cuentos escritos desde la perspectiva de una persona mayor –lo que incidentalmente refuerza la visión del fin de siglo y con ella la foria necesaria–, Mexicano en Luxor es la cotidianidad, es la realidad que nos atrapa día a día tras cada esquina, o tras cualquier suceso intrascendente o no, pero que deja una huella que a veces no somos capaces de considerar en toda su dimensión. Libro que demuestra oficio y reclama que se llegue a su real hondura, la que descansa en la concepción posmoderna, este volumen es un reto para quien acometa su lectura y no caiga en las trampas que tiende el autor.
Narrador mexicano, autor de diez libros, relatos y novelas, entre los que destacan Cuentos, El sobrino de tía Ana, Rubén San Martín (psicología de un joven), Mejor el recuerdo y Apenas la medianoche.