En diciembre de 1851, Victor Hugo fue uno de los cinco representantes del pueblo francés elegidos por la izquierda para dirigir la resistencia y combatir el golpe de Estado. El Comité de los Cinco luchó del 2 al 6 de diciembre y hubo de cambiar 27 veces de asilo. La masacre de los bulevares, el jueves 4, aseguró la victoria del crimen y robó toda oportunidad de éxito a los defensores de la ley. Hugo, escondido en París y en comunicación con los principales artífices de la resistencia en los barrios, intentó hasta el último momento mantenerse el mayor tiempo posible a disposición del pueblo. El 11 de diciembre se desvaneció toda esperanza. Victor Hugo debió marchar a Bruselas. Ahí escribió Histoire d'un crime y Napoléon-le-Petit. Esto provocó que el gobierno belga dictara la ley Faider, hecha ex profeso contra el poeta. En ella se decretan las penas contra el libre pensamiento y se declaran, para Bélgica, sagrados e inviolables todos los príncipes, con sus crímenes incluidos. El exilio de Hugo duró 19 años y nueve meses; por fin, el 4 de septiembre de 1870 vuelve a París. Cinco años después publica Ce que c'est que l'exil, con el objetivo de rendir cuentas "de su ausencia a su país". Resultan cuentas tristes, bellísimas.