Este libro presenta la vida de la pequeña clase media en la ciudad provinciana (frontera entre el México indio y el resto del país), poblada aún por los pequeños dramas que suelen engendrar tradiciones, prejuicios o costumbres acaso inalterables. Tres cuentos y una breve novela, “El viudo Román”, reúne este volumen, que trasciende el localismo, observado con piedad e ironía y por medio de un estilo admirablemente ceñido a su materia.
Las tradiciones y costumbres mexicanas son retratadas en Los convidados de agosto de Rosario Castellanos, quien elige un poblado llamado Comitán y la celebración del santo patrono: Santo Domingo de Guzmán, para explorar la vida de Emelina y de su familia. Emelina –como sucede con las jóvenes solteras en los pueblos– acostumbra salir a disfrutar de la feria y conocer al que podría ser el hombre de su vida; sin embargo, Castellanos convierte este sitio y esta celebración en un lugar y un momento para las adversidades, las desavenencias, la conquista de la libertad y, por supuesto, el sufrimiento de la mujer.