Los tatarabuelos son los dioses de una tribu de indios, cuyo numen principal es el Señor Cola de Venado. Con el maíz y el peyote, representaciones del sustento y del espíritu, el venado forma la trinidad venerada por los paisanos de Capullo de Flor, el protagonista de esta novela, hijo y discípulo de un poderoso chamán. Largos años en la cárcel le dan a Capullo de Flor el dominio del castellano, lo que le permite contar su vida y describir creencias, ritos y fiestas de lo que fue su mundo mágico. año tras año, sus paisanos llevan a cabo una larga peregrinación a su Paraíso, donde se hallan los Tatarabuelos: de ellos reciben la "verdadera vida", a través del peyote, que produce visiones interiores maravillosas que sólo los iniciados pueden reconocer. Capullo de Flor desea recuperar la vista interior perdida y lo logra al final del relato sin necesidad del cacto sagrado.
Carletto Tibón ha publicado, en esta misma serie, otra novela: Los pitipititos (1973).