ALBERCAS refleja toda una gama de actitudes ante la vida. Como en un fondo de agua, los relatos que configuran este libro, cada uno con su espacio y ritmo propios, nos enteran de amores, músicas, artes, paisajes remotos y cercanos. Implacable, ceñido a una prosa justa y medida, el autor nos sumerge en cada texto en una realidad y una atmósfera diferente y nos guía tanto por aguas plácidas, dulces y serenas, como por las peligrosas y oscuras de la angustia y el terror. De algo estamos seguros: cada relato ha implicado un acto de voluntad por parte del autor muy semejante a la incertidumbre que a todos nos acomete antes de lanzarnos al agua de una alberca; cada relato obligará al lector a lanzarse, solidario; el agua, el arte de la buena literatura, hará culminar la experiencia con un estimulante y seguro placer al darnos cuenta de que estamos ante un autor que se supera con cada brazada que da.
Juan Villoro (México, D. F. 1956), ha publicado, en esta misma serie, La noche navegable (1980).