Hay en cada palabra de José Emilio Pacheco una clara voluntad de iluminar el lenguaje y el mundo por medio de una reflexión moral sobre nuestra condición: sus textos consiguen levantar —en medio del ruido y el silencio sin sentido— mecanismos cristalinos a través de los cuales podemos ver, sentir y pensar la realidad circundante.
La materia, la inteligencia y la sensibilidad se nos aparecen, así, en esta escritura ejemplarmente equilibrada, en todas sus dimensiones: junto a la tragedia y el desgarramiento, la irrisión y la ironía ácida del poder y el cinismo; al lado de la acezante violencia y de la impermanencia, el fulgor de la hermosura que en su fragilidad alimenta su fuerza y su presencia y nos acerca, acaso, a algo semejante a la salvación. Cada tema contiene su contratema y en el roce de ambos surge la chispa de la intuición poética para unirlos, separarlos, lanzarlos más allá de sus identidades cambiantes; las palabras que los recogen y los expresan en El silencio de la luna son una lección de transparencia.
Hay en cada poema de José Emilio Pacheco una clara voluntad de imaginar el lenguaje y el mundo por medio de una reflexión moral sobre nuestra condición: sus textos consiguen levantar mecanismos cristalinos a través de los cuales podemos ver, sentir y pensar la realidad circundante. En El silencio de la luna (1994) vemos a uno de nuestros mayores poetas en plena madurez creativa.
En este quinto volumen de la Poesía Completa de José Emilio Pacheco (México, 1939-2014) se reúnen los libros El silencio de la luna, La arena errante y El siglo pasado
"La poesía de José Emilio Pacheco se inscribe no en el mundo de la naturaleza sino en el de la cultura y, dentro de éste en su mitad en sombra. Cada poema de Pacheco es un homenaje al No; para José Emilio el tiempo es el agente de la destrucción universal y la historia es un paisaje de ruinas. Podría suponerse que este parti pris lo convierte en un Doctor Pangloss al revés, empeñado en demostrar que vivimos en el peor de los mundos posibles. Por fortuna no siempre es así. Puesto que todos somos dobles, una y otra vez irrumpe en sus poemas la voz del Sí." Octavio Paz
"La poesía ayuda a vivir, es vida en sí misma y Pacheco afirma una y otra vez que la poesía contiene lo mejor del hombre y es una garantía contra la muerte. Ella significa todo lo que abraza, incluso lo más íntimo y pequeño, hasta esos imperceptibles 'pasadizos de una hoja de sauce'". Vargas Llosa