Es éste uno de los grandes libros de relatos de la lengua española. “Dios en la tierra, Dios vivo y enojado, iracundo, ciego como Él mismo, como no puede ser más que Dios, que cuando baja tiene un solo ojo en la mitad de la frente no para ver sino para arrojar rayos e incendiar, castigar, vencer". En sus narraciones breves, Revueltas desata menos la fogosidad de su pasión que la intensidad: una escritura al borde de la muerte, del conocimiento, del caos, del exceso.
Es éste uno de los grandes libros de relatos de la lengua española. “Dios en la tierra, Dios vivo y enojado, iracundo, ciego como Él mismo, como no puede ser más que Dios, que cuando baja tiene un soloojo en la mitad de la frente no para ver sino para arrojar rayos e incendiar, castigar, vencer. En sus narraciones breves, Revueltas desata menos la fogosidad de su pasión que la intensidad: una escritura al borde de la muerte, del conocimiento, del caos, del exceso.
Es éste uno de los grandes libros de relatos de la lengua española. “Dios en la tierra, Dios vivo y enojado, iracundo, ciego como Él mismo, como no puede ser más que Dios, que cuando baja tiene un soloojo en la mitad de la frente no para ver sino para arrojar rayos e incendiar, castigar, vencer. En sus narraciones breves, Revueltas desata menos la fogosidad de su pasión que la intensidad: una escritura al borde de la muerte, del conocimiento, del caos, del exceso.