Virginia Woolf, escritora de ficción, pacifista, ensayista, feminista y editora, ha quedado para la historia como una mujer excepcional. Anfitriona del grupo de Bloomsbury, autora de Sra. Dalloway, una de las cumbres de la narrativa contemporánea. En Un cuarto propio Woolf acepta la invitación de la Universidad de Cambridge para dar unas conferencias sobre "la mujer y la novela" para formularse una serie de preguntas en torno a la condición femenina. La idea central que recorre este ensayo novelado es que para que florezca el genio creador es necesario que su dueña, liberada de la carga de tareas secundarias, disponga de la privacidad que solo un "cuarto propio" puede otorgar al pensamiento libre.
Una mujer para escribir necesita dinero y un cuarto propio. Sólo a partir de estas dos posesiones puede empezar a crear. Esta afirmación que tiene cimiento literario, en realidad podría ser un pretexto en el que Virginia Woolf descansa su argumento para evidenciar aquello que se extiende a la vida, condición y situación de la mujer, en una sociedad que se antoja atemporal. ¿Realmente la mujer contemporánea posee los medios necesarios para desarrollarse? Para alcanzar este fin, ¿disfruta de las mismas posibilidades que los hombres?