“No se empeñe nunca en desengañar a los bobos, que al fin no se desengañan, e interpretan mal los esfuerzos que se hacen para combatir sus preocupaciones”, escribió en 1890 Emilia Pardo Bazán en voz de uno de los personajes de Un destripador de antaño.
Editado por la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, el breve relato del siglo XIX ofrece una prueba de la extraordinaria vigencia de la mirada crítica de la prolífica escritora española.
Un destripador de antaño narra la historia de Minia, una huérfana que es vejada por los tíos que la adoptaron. Sin embargo, las circunstancias que aquejan a la joven sirven apenas como hilo conductor para dibujar un escenario donde la ignorancia y las creencias paganas justifican la barbarie. El texto, publicado originalmente en 1890 en la revista La España moderna, se convierte en una revisión minuciosa de la fragilidad de la vida, así como la tiranía y la injusticia alimentadas por la tradición oral.