A Xavier Villaurrutia le entusiasmaba la idea de dar a conocer la intimidad de los escritores mediante sus cartas o diarios, eliminando nombres propios y fechas. Dama de corazones, escrita bajo la inmediatez vital, bien podría ser la epístola sin nombres ni fechas que lo presentara ante la curiosidad de unos pocos, Julio, el narrador, comparte con el autor el habla bilingüe, la afinidad con el náufrago Robinson y con Proust y Picasso, el gusto y el temor hacia los espejos, algunos amigos (presumiblemente Jaime Torres Bodet, Carlos Pellicer y Enrique González Rojo), la pasión por lo actual.
Dama de corazones no es, entonces, una respuesta a la moda por las novelas líricas de aquellos años, sino el inventario de las más decisivas apuestas estéticas de Villaurrutia, la constitución de sí mismo como escritor en un espacio y un tiempo bien definidos.
Pedro Ángel Palou
* Esta contraportada corresponde a la edición de 2004. La Enciclopedia de la literatura en México no se hace responsable de los contenidos y puntos de vista vertidos en ella.
/
Update Required To play the media you will need to either update your browser to a recent version or update
your
Flash plugin.