En El diamante de la inquietud la trama apela al fantasma, al muerto, para ganar el enigma. Una pareja feliz debe separarse en equis tiempo pues la mujer (viuda recasada) juró a su primer marido entrar a un convento antes de los treinta años y orar por él hasta que la muerte los reuniera. Para entonces ella tiene veinticinco. Esta situación no tendría problema si los fantasmas no existieran, pero como, según el texto, sí existen, entonces se vuelve conflictiva. El esquema de personajes: dos hombres amigos entre sí y una mujer que es la amada de uno de ellos. El amigo del amante funge como promotor amoroso o como confidente. Tras un intervalo de convivencia de la pareja, ésta se separa por designio fatal (sexos irreconciliables o maldición del fantasma), ella se torna ausente y él queda con su amigo... --José Ricardo Chavez