Leer La gitanilla, como cualquiera de las Novelas Ejemplares, con la seguridad de que se entrará a una ficción amena, vívida y de movimiento siempre seguro y entretenido, que por añadidura va revelando, como los sabores que deja el vino en la boca una vez bebido, más y más recursos, como imágenes, ideas y citas, que van enriqueciendo la lectura superficial y dotan de esa vida densa, sugerente y excepcional a casi todo el material cervantino, fuente inagotable de enseñanzas sencillas y sabias sobre la vida, sobre el arte de narrar y sobre la audacia de experimentar con la vida y con las narraciones. Algo fácil de explicar, pero muy difícil de hacer y casi imposible de emular, sobre todo con alguien como Miguel de Cervantes Saavedra (España, 15547-1616).