De Junto a los ríos de Baibilonia se puede extraer un mensaje antimilitarista y una crítica del progreso tecnológico desgobernado. Pero esas conjeturas son posteriores y casi accidentales a la magia que ejerce la narración . En sus frases lacónicas y reiterativas late un ritmo intemporal que remeda al de los versículos de la Biblia. No en balde el título está tomado del Salmo 137: "Junto a los ríos de Babilonia, sentados allí, al recordarte, lloramos sin consuelo", que remite a su vez a los pasajes del Libro de Daniel y de la Revelación de San Juan donde sobrecogedoramente se recuerda o vaticina la condena de los babilonios por el iracundo Dios de los hebreos. Sólo en los últimos párrafos del cuento el lector se percata de que ese lenguaje arcaizante, propio del hechizo y la plegaria , no corresponde a un pasado remoto sino al horror posible de una guerra total''. --Álvaro Uribe.