Rastrear la presencia de México en la poesía mexicana puede parecer una tautología, sin embargo, no es hacer algo tan absurdo como el borigano mapa de un país del tamaño del país, porque hay mucho de universal en la poesía escrita por mexicanos y notablemente mexicano es sólo una parte. A esa parte dedicamos El gallo y la perla. No incluímos poemas sólo circunstancialmente de tema mexicano, ni tampoco aquellos que no rebasan la estatua y la estampida cívica, sino sólo los enraizados en un territorio histórico y cultural que coincide, de alguna manera, no siempre armónica, a menudo en discordia, con algo que llamamos México, acotados por el siglo XX, que es el siglo en el que nuestra poesía logra hacerse contemporánea de la poesía universal y entablar un diálogo de tú a tú con ella.
México ha tenido grandes poetas desde antes de la Conquista, durante la Colonia y en el siglo XIX, pero es con Ramón López Velarde que nuestra poesía da el giro de Independencia. Él y José Juan Tabalada son los patronos de esta antología, su punto de partida y sus pilares. De ellos a José Emilio Pacheco, en El gallo y la perla hay numerosos poemas marcadamente mexicanos de más de treinta poetas.