“Que todo morirá cuando yo muera… ¡Imposible pensar de otra manera!”
GUADALUPE AMOR
Alucinante libro construido en armonioso desorden, Yo soy mi casa no es propiamente una novela ni tampoco un libro de memorias. Como en un mágico calidoscopio, giran en estas páginas henchidas de verdad y de misterio personajes, casas y objetos que sirven de marco a una “niña terrible”; a una niña terriblemente sola.
El medio ambiente aristócrata en que se desarrollan sucesos, sensaciones y alaridos de esta criatura, raramente contradictoria, va sirviendo de tóxico para que en la protagonista se exacerbe su maltrecha sensibilidad.
Guadalupe Amor (1920-200) no había publicado ningún libro en prosa hasta ese de 1957, pero es en esta línea donde pudo desplegarse selváticamente afilando aún más su sensibilidad y depurando su personalísimo estilo. Con Yo soy mi casa –reeditado ahora por Joaquín Mortiz y cuyo título es también el de su primer libro de poesías-, alcanza el punto más alto de su ininterrumpida y luminosa vocación poética.
“Nada de comparaciones odiosas: aquí se trata de un caso mitológico”.
Alfonso Reyes
“Era un ciclón, un meteoro… un aguacero resplandeciente con rayos y centellas y todo. Parecía una aparición, un fenómeno, una fuerza de la naturaleza en figura de mujer”.
Juan José Arreola
“Es una diosa”.
E. González Martínez