Józef Teodor Konrad Korzeniowski es el nombre de un joven que no conocía el mar. Nació el 3 de diciembre de 1857 en Berdyczew, Podolia, lugar entonces ocupado por los rusos, hoy perteneciente a Ucrania. Su figura más cercana a la literatura fue la de su padre, quien además de estar al servicio del movimiento nacionalista polaco, fue escritor y traductor. Al quedar huérfano a los doce años, vivió con su tío Tadeusz Bobrowski. Poco tiempo después decidió aventurarse al mar, primero incorporándose a la marina mercante francesa en Marsella y, posteriormente, a la marina mercante británica, suceso que le concedería su primer contacto con el idioma inglés. Los viajes y las aventuras de este marinero lo convirtieron en el personaje que hoy conocemos como Joseph Conrad quien, ya adquirida la nacionalidad británica (1886), se apropió del inglés como lengua predilecta para dar vida a innumerables relatos. Fue un escritor hecho a la medida del mar, conocedor de sus tesoros ocultos, de su serenidad y sus tempestades. Su personalidad era una alusión a las mismas aguas, pues podía encontrarse narrando una historia con sumo entusiasmo y pasar, en unos cuantos minutos, al más frío silencio, dejando a sus oyentes desconcertados. Al morir, el 3 de agosto de 1924, a los sesenta y seis años de edad, dejó una obra que hoy es una de las más ricas y diversas de la literatura moderna. La madura experiencia con la que Conrad plasma “La linea de sombra” determina, sin duda alguna, que de forma inigualable se entretejan la osadía y la inocencia con la desesperación y la esperanza, configurando personajes psicológicamente complejos, sumamente reales, así como atmósferas crudas y descarnadas. La superación y la transformación son cuestiones que exploró durante coda su vida, en carne propia primero, para después llevarlas a la tinta. Bienaventurados aquellos que tengan la dicha de naufragar o de ir a la deriva por la vida, y de vivir para contar codas la vicisitudes que bien pudieran conformar, algún día, una historia incomparable, con sinceridad y transparencia en cada línea, capaz de transmitir sensaciones y dar vida, incluso, a las sombras, tal y como sucede en esta historia.