Entre sus novelas, Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893) sentía una particular predilección por Clemencia y La navidad en las montañas. La primera edición de Clemencia se publicó en el segundo tomo de El Renacimiento, en 1869; y la última, en vida de Altamirano, por Filomeno Mata, en 1880, dentro de la colección "Cuentos de Invierno". La navidad en las montañas vio la luz por primera vez en el Álbum de Navidad, en 1871; y la última en 1891, en la "Biblioteca de España y América".
Clemencia es, sin duda, alguna, uno de los textos clásicos de la literatura mexicana, ya que es portador de los grandes ideales de la juventud y del espíritu de bonhomía que anima a los jóvenes. Clemencia, si al principio, se nos presenta como una mujer casquivana, al final no dudará en asumir sus deberes para con la patria y sacrificarse al recuerdo del único hombre que verdaderamente la había amado. Fernando Valle simbolizará, por su parte, la juventud noble, viril, desinteresada, buena, dispuesta al sacrificio por salvaguardar sentimientos como la amistad, la patria y el amor. La navidad en las montañas —como ha apuntado Grazyna Grudzinska— es un auténtico cuento de navidad que, por una parte, conlleva un mensaje, humano y universal y, por otra, sirve al autor para transmitir sus opiniones sociales, sin perder por esto en ningún momento su encanto.
La presente edición crítica toma como texto base para Clemencia, la de Filomeno Mata, cuyo texto consideraba Altamirano como "definitivo"; y para La navidad en las montañas, el de la "Biblioteca de España y América", que el mismo Altamirano corrigió y cuidó en París, dos años antes de su muerte.