La poesía de Carlos Pellicer (1897-1997) es una celebración de la vida y de la belleza que emana de las flores, de los árboles, del mar y de los hombres, así como del aire de la mujer, de la noche, de la luna y de Dios. El poeta se reconoce en el Universo, abraza la vida e inunda su poesía de una vision vehemente y luminosa.
Hace ya más de dos décadas, el poeta y ensayista Gabriel Zaid escribió que la poesía es simultáneamente obra, acto, comunión y comunicación, y que, por lo mismo, es juicio. “Nadie sin juicio puede acercársele” dijo, pero el juicio de la inteligencia poética sólo puede animarse mediante el diálogo. Tratándose de una antología poética, el diálogo se enriquece con la inteligencia al mismo tiempo que el entendimiento se traduce en diálogo múltiple. Pellicer, dice Zaid en el prólogo de este libro “Le puso casa a la alegría en la poesía mexicana, y eso no lo había hecho ningún poeta de nuestra tierra… es nuestro primer poeta realmente moderno. Nuestro Huidobro”.
La obra poética de Carlos Pellicer la forman los libros Colores en el mar y otros poemas (1921), Piedra de sacrificios (1924), 6, 7 poemas (1924), Hora y 20 (1927), Camino (1929), Hora de junio (1937), Recinto y otras imágenes (1941), Subordinaciones (1949), Práctica de vuelo (1956), Esquema para una oda tropical (1976), Cosillas para el nacimiento (1978) y Reincidencias (1978), ahora reeditados en la colección Tezontle del FCE. También de Carlos Pellicer, la editorial ha publicado Obras (Letras Mexicanas, 2a. ed., 1994), Antología breve (Biblioteca Joven), Primera antología poética (Col. Popular) y Espiga de Junio (Tierra Firme) ésta en coedición con El Colegio de México.