La columna "Cuevario", que José Luis Cuevas publica en el diario Excélsior desde hace más de una década, es materia principal de esta biografía. A pesar de su extensión, Gato macho no recoge todo lo escrito por Cuevas. Sin embargo, aquí están sus obsesiones recurrentes, sus venturas y desdichas amorosas, su retorno constante a la infancia en busca de experiencias de pronto recordadas y que intentan, por este o aquel camino, iluminar una obra pictórica inquietante y personalísima. José Luis Cuevas nació el 26 de febrero de 1934. Diez años después inició sus estudios de pintura y sus primeros autorretratos. A partir de 1953, su presencia se ha dejado sentir en el ámbito de la cultura mexicana tanto a través de su producción artística como de sus polémicas declaraciones. Sus primeros textos, publicados en México en la Cultura, fueron decisivos en el cambio y el desarrollo del arte en nuestro país y en América Latina.
Como grabador, dibujante e ilustrador ha recibido numerosos premios nacionales e internacionales, y son famosas las ilustraciones que hizo para libros de autores con los que tiene afinidad: Kafka, Quevedo, Jorge Luis Borges, el Marqués de Sade y otros. Como figura pública y personaje radical, Cuevas despierta en México reacciones encontradas que transitan, con igual intensidad por los polos de la admiración y el rechazo. Y ahí, en esa violencia de la adhesión o la crítica, acaso anide una prueba mayor de su genio y figura. Leer Gato macho es leer un testimonio apasionado de un testigo comprometido consigo mismo, con su obra y con su entorno.