Al ser y no, a la vez, una enciclopedia universal, El planisferio de Morgius Cancri es una obra original y desconcertante. En una aparente contradicción, este libro nos despliega a través de 136 entradas, organizadas alfabéticamente, heterogéneas historias de personajes reales o fantásticos, que tal vez existieron o tal vez son producto de la fructífera imaginación de su autor. Pero, ya sea bajo la forma de un planisferio o de una Máquina de Fabular —el lector juzgará— estas páginas contienen la geografía de todo lo posible y ellas mismas crean un singular y peculiar universo. Construido, entonces, a través de datos en apariencia inútiles, este conjunto de "relatos" resulta difícil de catalogar. Como afirma el poeta madrileño Juan Torres, "la obra de Díaz de la Serna es un círculo inacabable de palabras bellamente urdidas y de pensamiento intrincado en el que lo que importa no es adónde lleva sino el camino en que transcurre". Como un discreto homenaje a la literatura borgiana, el autor sabe que lo crucial es, ante todo, quebrarse la cabeza, y que el lector, por sí solo, sabrá dilucidar si debe o no fiarse de lo aquí escrito.