Desde la percepción de la infancia, Óscar
Wong habla del mar que nos sigue y a veces sentimos al interior de la mirada,
del dolor y del gozo, que puede ser la promesa de una sensualidad abrasadora; o
bien, habla acerca del otro mar que somos todos cuando la luz y la oscuridad
nos tocan. Razones de la voz representa
un vaticinio amoroso, un preludio a la hoguera en la que estamos destinados a
arder: un testimonio. Wong nos acerca a la ausencia, a la sensualidad. Seguir los rumbos que traza es seguir una
manera personal de dar nombre a la pasión, a la muerte, al océano y al
amor. Con este libro el poeta de la
costa de Chiapas fue premiado en los XXXIX Juegos Florales Nacionales de Ciudad
del Carmen, Campeche, en el año 2000.Óscar Wong (Tonalá, Chiapas, agosto 26 de
1948) ha obtenido diversos reconocimientos), entre los que destacan el Premio
Nacional de Poesía Ramón López Velarde 1988 por su libro Enardecida luz (1992)
y el primer lugar en el Certamen Literario Rosario Castellanos en Cuento 1989
con el volumen La edad de las mariposas (1990).
Es autor de Hacia lo eterno mínimo.
Otra lectura de Muerte sin fin (1995), del libro de poemas Espejo a la
deriva (1996), del estudio La pugna sagrada.
Comunicación y poesía (1997), del estudio crítico-antológico
Chiapas. Nueva fiesta de pájaros (1998)
y Chiapas. Dimensión social de la narrativa (1999). Recientemente publicó el poemario Rubor de la
ceniza (2002).