El título de este libro de José Luis Rivas no solamente evoca a aquella transitoria frontera donde confluyen ríos y mares, sino también a una poética que -como las aguas que allí reúnen sus destinos paralelos- reinventa la palabra en cada una de sus desembocaduras. El ensayista y crítico Adolfo Castañón vislumbra así la vastedad de este lugar poético que no admite las precisiones de la cartografía: "Si en lo conceptual la poesía de José Luis Rivas se cumple como un diálogo incesante entre idioma y paisaje, lengua y tierra, en la trama argumental subyacente se consuma como un diálogo del cuerpo con el amor, coloquio del amor con sus sombras, del cuerpo y de su doble. Duelo amoroso con la sombra, justa de los cuerpos en la luz, los poemas de José Luis Rivas exaltan y miniaturizan una misteriosa historia, dan espacio o voz al ubicuo sacrificio. El poeta avanza enmascarado en la sigilosa compañía de una palabra que progresa desnuda: Estuario."