Nació en la Ciudad de México el 17 de abril de 1947. Poeta, narradora, traductora, socióloga e investigadora de campo. Estudió Sociología en la FCPyS de la UNAM. Su línea de investigación ha sido la narrativa oral, etnología y educación comunitaria. Asesora de programas de atención a la población indígena. Entre 1972 y 1979, fundadora y presidente del Patronato de la Casa de la Cultura del Istmo en Juchitán, Oaxaca. Entre 1980 y 1984, coordinadora del proyecto editorial Tradición Oral Indígena de la Dirección de Educación Indígena y la Dirección de Publicaciones de la SEP. Entre 1989 y 1994, coordinadora de las colecciones de poesía y bilingüe de Ediciones Toledo. Ha colaborado en la formación de colecciones, exposiciones, cursos, talleres, investigación y actividades de difusión. Entre 1984 y 2000 trabajó en Tiempo de Niños, Cultura Infantil y Alas y Raíces del CNCA como asesora del programa de actividades infantiles y autora en el periódico Tiempo de Niños. Ha sido profesora de la ENAH; editora y traductora de la serie de literatura y tradiciones orales indígenas publicada por la Dirección General de Publicaciones de la SEP, donde ha recopilado tradiciones indígenas para niños. Ha recogido y antologado cuentos otomíes, tzeltales, mixes, mixtecos, zapotecos, nahuas y mayas, así como mitos y leyendas de los huicholes. Traductora de Anne Sexton, Mark Strand y Jack London. Jefa de redacción de El Comején, Boletín Interbibliotecario del estado de Oaxaca. Becaria de la Fundación Rockefeller, de la Fundación Cultural Bancomer, y del FONCA en 1993. En 1984 obtuvo mención honorífica y premio especial del Concurso Alfonso X de Traducción Literaria por su versión al castellano del libro de poesía Emblemas de Mark Strand. Ha colaborado en un sinnúmero de libros infantiles y juveniles en los que rescata la tradición oral indígena, o en revistas como Ciencias, de la UNAM.
10 dic 1997 / 05 jun 2018 10:26
Es hija del distinguido psicoanalista mexicano Santiago Ramírez Ruiz. Realizó estudios de Sociología y Antropología en la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Impartió clases en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (enah). Ha realizado investigaciones para algunas exposiciones como la de la obra retrospectiva de Francisco Toledo en el Museo de Arte Moderno (mam) (1980) y para “La vida en un sorbo. El café en México”. Ha colaborado como poeta y traductora en el suplemento “La Jornada Semanal”. Ha trabajado como editora y traductora.
Elisa Ramírez Castañeda, cuentista, poeta e investigadora y estudiosa de las tradiciones orales indígenas de México, la cosmovisión indígena y el chamanismo. En 1995 inició la investigación y catalogación de la obra de Toledo para la elaboración del Catálogo razonado. Es autora del libro para niños, Rufino Tamayo vuela con sus raíces. Es autora del cuento infantil, Un jardín secreto, en el que explora los sueños, la imaginación y las enseñanzas de una abuela. Destacan sus poemarios ¿Quieres que te lo cuente otra vez?, Una pasión me domina y También en San Juan hace aire. A través de su trabajo literario busca la “recuperación mítica a través de las palabras”; poesía en la que también se aprecian vínculos místicos con el paisaje y elementos como el erotismo, lo cotidiano, la soledad y la obsesión por el tiempo. Ha traducido la obra de escritores ingleses y norteamericanos, entre los que se cuentan D. H. Lawrence, Anne Sexton, Mark Strand y Jack London.
15 oct 2019 21:33
Es poeta, socióloga, editora y traductora. Nació en la Ciudad de México en 1947. Fue profesora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, e investigadora en la teoría y práctica de la educación indígena. Ha publicado los libros de poemas: Palabras (1971), ¿Quieres que te cuente otra vez? (1985), Una pasión me domina (1990), También en San Juan hace aire (1999). Es autora de una gran cantidad de cuentos infantiles y colaboradora en la adaptación de narraciones orales recopiladas en el seno de las lenguas originarias. Su labor como compiladora de tradición oral la ha extendido a antologías que reúnen cantos y poemas de autores nativos norteamericanos, tomando las versiones al inglés como referencia. Como académica ha trabajado temas de educación, historia y políticas en el respeto a las culturas y derechos de los pueblos indígenas, prueba de ello es su libro La educación indígena en México (2006). Ha colaborado en proyectos editoriales de gran envergadura entre los que destacan: la revista Guchachi´Reza;[1] las colecciones Tradición Oral Indígena, Tradición Oral Indígena Mexicana y Hacedores de las Palabras.[2] En 1984 su traducción del libro Emblemas de Mark Strand le valió una mención honorífica y un premio especial del Concurso Alfonso x de Traducción Literaria. Si bien el interés por un mundo ajeno a Occidente ocupa un lugar primordial en sus estudios, a través de sus traducciones la poeta y socióloga también se ha preocupado por comprender y difundir las propuestas literarias de escritores contemporáneos como Mark Strand, Anne Sexton y Chales Simic. Asimismo, indaga en la expresión de la poesía sufi y reflexiona sobre la política intervencionista de Estados Unidos durante la estancia de Jack London en México.
Las primeras producciones académicas y literarias de Ramírez Castañeda se desarrollan en el último tercio del siglo xx y van acompañadas, principalmente, de una serie de reflexiones antropológicas y políticas sobre la condición de los pueblos nativos dentro de la sociedad moderna. No es extraño que, en el periodo de los años setenta, la socióloga fuese promotora de las propuestas intelectuales y literarias del Istmo en Juchitán, lugar donde también impartió cursos y talleres dedicados a las lenguas indígenas. Al lado de escritores como Víctor de la Cruz, Macario Matus y el artista plástico Francisco Toledo, Ramírez Castañeda fue testigo de los movimientos intelectuales de corte indigenista que comenzaban a prosperar fuera de los centros culturales del país. De esta manera, inmersa en los pueblos del Istmo, comenzó un arduo trabajo de recopilación de textos huaves que posteriormente se publicarían con el sello del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Su experiencia profesional en la recuperación de la tradición oral a través de mitos y cuentos autóctonos sentó las bases para que, entre 1980 y 1984, coordinara el proyecto “Tradición Oral Indígena” auspiciado por la Dirección de Educación Indígena de la sep.
Al tiempo que coordinó proyectos de recopilación, la investigadora se sumó a la Dirección de Educación Indígena con el fin de diseñar y publicar los primeros libros de texto gratuito en las distintas lenguas indígenas. Su familiaridad con estas lenguas se ha dado gracias al contacto con profesores, informantes indígenas y lingüistas.[3]
La presencia de Ramírez Castañeda en los escenarios políticos e intelectuales de finales del siglo xx representó el contexto adecuado para que se desarrollara en el campo de la traducción. Su trayectoria como traductora se articula alrededor de dos ejes principales. El primero tiene que ver con la relación entre los paradigmas y las estrategias de traducción en la literatura oral indígena, reflexión que se derivó de la adaptación y redacción de los textos presentados en las colecciones: Tradición Oral Indígena, Traducción Oral Indígena mexicana, Hacedores de las palabras; y en los libros, El fin de los montiocs y He llegado al Centro de la tierra. Poesía de los indios de los Estados Unidos y Canadá.[4] El segundo eje versa sobre la singularidad poética de Mark Strand en obras como El monumento, Emblemas y La vida continua, las primeras dos traducidas en la década de 1980 y la última en los albores del siglo xxi. El interés por la poesía de Strand, la llevó a traducir la poesía de Anne Sexton y Charles Simic. Fuera de estos dos escenarios se añaden otros dos textos que proponen temas muy diferentes: la poesía mística de Jaludim en La sed de los peces y los reportajes tendenciosos de Jack London que se exponen en México intervenido: reportajes desde Veracruz y Tampico, 1914.
Cada uno de estos ejes responde, por una parte, a los propósitos editoriales que exigían ciertas necesidades académicas, educativas y sociales y, por otra, a los intereses y gustos personales de la traductora. Un ejemplo de ello se puede constatar en cómo las ediciones de las tradiciones orales pueden ser útiles para los antropólogos[5] y, al mismo tiempo, cómo dichas ediciones están orientadas por los objetivos definidos en el marco de la educación indígena, sin dejar de lado la difusión y comprensión de su literatura. De aquí que las traducciones hechas a partir de diversas lenguas respondan a criterios pedagógicos y etnográficos. Ramírez Castañeda es enfática en este último criterio, pues como ciencia descriptiva de una cultura, la etnografía aporta datos relevantes para el traductor que intenta comprender y transmitir en mayor medida la habilidad del narrador oral que se aprecia en el uso de un lenguaje con entonaciones, pausas, repeticiones y ritmo específicos.[6]
Algo similar sucede con la poesía de los indígenas de Estados Unidos y Canadá, pues fue traducida teniendo en mente su naturaleza netamente oral. Ahora bien, más allá de los criterios editoriales que moldearon las traducciones de Ramírez Castañeda de los textos indígenas, la traductora apunta:
Yo me pronuncio en contra: las traducciones de literatura por excelentes que sean entre lenguas que no son pares, debido a que llevan unas más siglos de escribirse que otras […] Deberíamos de traducir primero todo lo que se escribe en lenguas indígenas a diversos idiomas y después traducir la ficción a lenguas indígenas.[7]
Para la traducción al español de la compilación He llegado el centro de la tierra, Ramírez Castañeda puntualiza el riesgo de traspasar la frontera infranqueable entre la poesía indígena y las formas de poesía escrita que fijan los modelos de la lengua inglesa.[8] Es importante mencionar que la traducción se hizo a partir de versiones etnográficas en inglés como las de George W. Cronyn, Frances Desmore, Frank Rusell, entre otros. Partir de las versiones poéticas suponía una descontextualización para Ramírez Castañeda en la medida que la traductora considera que la poesía indígena es despojada de su función elemental: un medio para comunicarse con la naturaleza o para alcanzar a las deidades.[9]
Esta manera de traducir y trabajar con textos escritos en lenguas nativas, recuperando el contexto etnográfico en que son producidos, fue una práctica muy común que la investigadora llevó a cabo desde sus primeras tareas de recopilación y traducción, baste citar sus antologías publicadas en 1980. En El fin de los montiocs hace un gran esfuerzo por conservar el lenguaje oral que escucha directamente de sus informantes. En el volumen 3 Cuentos de animales, tramposos, flojos, compadres y otros pícaros, correspondiente a la colección Tradición Oral Indígena Mexicana, la autora subraya un apego al mismo procedimiento pues, aunque no trabajó directamente con informantes para la redacción de todos los cuentos, siempre hay una preferencia por comenzar a traducir teniendo en cuenta versiones etnográficas, es decir, textos o transcripciones que mantengan un paralelismo con la oralidad de las narraciones indígenas. Bajo estos preceptos, Ramírez Castañeda ha adaptado un sinnúmero de libros infantiles y juveniles,[10] extrayéndolos del ámbito estrictamente académico para ponerlos al alcance de un público más amplio, un propósito que ha sido central tanto en las ediciones como en las traducciones que emprende la autora.
Junto con José Emilio Pacheco y Ernesto Cardenal, Ramírez Castañeda ha contribuido a la traducción y difusión en México de la poesía indígena documentada en Estados Unidos y Canadá.
Al margen de las literaturas indígenas y situada en el marco occidental de la poesía que emergía en Estados Unidos en la segunda mitad del siglo xx, Ramírez Castañeda indaga en el mundo confesional de poetas como Anne Sexton. En 1985 se publica Quince poemas, que reúne textos tomados de los libros Love Poems y Live or Die,[11] ambos publicados en la década de 1960. De este modo, la autora de Una pasión me domina amplía el conocimiento en México de las estéticas y los procedimientos líricos que empleaban poetas como Sylvia Plath, Robert Lowel, Allen Ginsberg y, por supuesto, Anne Sexton. Asimismo, se interesó en la poesía confesional y reflexiva de Mark Strand, poeta que empezó a gozar de cierto reconocimiento en México a principios de la década de los setenta, cuando Octavio Paz comenzó a traducirlo.
Con un mayor compromiso en la difusión de los poemas de Strand, la editorial El Tucán de Virginia publicó en 1988 Emblemas, una selección bilingüe de 27 poemas escogidos y traducidos por Ramírez Castañeda. Aunque no especifica cuáles fueron los criterios de selección, la compiladora afirma la inclusión de poemas recientes enviados por el propio autor. Por otro lado, la edición bilingüe permite constatar el apego a los originales.
En 1989 tradujo El monumento teniendo muy en cuenta la opinión del autor.[12] En esta segunda propuesta, la traductora respeta la modalidad que caracteriza al texto fuente. En El monumento el autor utiliza una serie de citas pertenecientes a otros escritores e inventa notas de traductor logrando una fusión con sus textos. Las intervenciones de la traductora se muestran en el uso de frases entre corchetes, las cuales abonan a la reflexión poética de la obra. También añade notas de traducción distinguiéndolas de aquellas inventadas por Strand con las palabras “Nota de la traductora”. El grado de apropiación e intervención del texto por parte de la traductora es casi ilimitado,[13] puesto que tiene amplia libertad de plasmar en la traducción su propia voz respecto a la reflexión que desea transmitir el autor. Ante todo, el libro pretende ser un diálogo entre el escritor y un hipotético traductor.
Para 1993, como becaria de la Fundación Cultural Bancomer y la Fundación Rockefeller, Ramírez Castañeda tradujo La vida continua y se imprime en México en 2006 con la editorial Calamus, con un prólogo titulado “La vida secreta de la poesía”.[14] En 1995, la editorial Vuelta publicó Ensayos fortuitos, en donde Ramírez Castañeda tradujo algunos ensayos del escritor estadounidense James Laughlin. Un año después, el título Alquimia de tendajón, impreso en la editorial de la unam, reúne varios ensayos y poemas de Charles Simic, en traducción de Ramírez Castañeda. En 1997, Ramírez Castañeda tradujo los escritos que D. H. Lawrence realizó en los años de 1920 y 1925 durante una breve estancia en México y Estados Unidos. La obra se imprimó con el título Estrella del alba y del atardecer: algunos escritos americanos; y contiene los textos “Mañanas mexicanas”, “Nuevo México”, “El pez volador”, “Para nada”, “Reflexiones acerca de la muerte de un puercoespín”; así como cartas y algunos poemas.[15] Ramírez Castañeda complementa sus traducciones con otras elaboradas por Marta Amorín y James Valenzuela. Para los poemas, recurre a las versiones de Vivian de Sola Pinto y Warren Roberts. Las notas de la traductora procuran explicar la desilusión de Lawrence, así como el cristal con el que autor percibe un mundo significativamente distinto al que esperaba. De esta manera, Ramírez Castañeda agrega una nota para el léxico que no se fija adecuadamente en la lengua y cultura de llegada. Véase por ejemplo la palabra “cazahuate” que va a ser descrita por el inglés como “palo blanco”. Se suma a este patrón, la acotación que la traductora hace en el momento que Lawrence describe a un indígena procedente de la tribu de Tlaxcala: “evidentemente tal tribu era inexistente en tiempos del autor”.[16] Constantemente se esclarece esta visión de Lawrence un tanto exotizante y otro tanto influenciada por la cultura europea.[17] En St. Mawr, novela escrita por el mismo autor en 1924 y publicada en México en 2002, el papel de Ramírez Castañeda como traductora es muy visible, puesto que continuamente, a través de sus notas, describe e ilustra el léxico acuñado en el contexto histórico de la sociedad inglesa, además de hacer un esfuerzo por desentrañar y adaptar los juegos de palabras que usa el autor en lenguas como el inglés y el francés.[18]
Las notas al pie aclaran el uso de términos y frases y explican el contexto histórico. Los reportajes de Jack London, traducidos al español en 1991, son una pieza emblemática en cuanto a las notas de traducción se refiere, pues éstas responden a dos propósitos: exponer el espacio sociohistórico en el que se desarrollaron los reportajes y poner al alcance del lector la información necesaria para comprender la visión del periodista y no del “escritor” Jack London.[19]
Ya en el siglo xxi, además de su labor como compiladora y traductora de lenguas indígenas al español, Ramírez Castañeda se sumerge en una parte de la literatura persa del siglo xiii: la poesía sufi de Jalaludin Rumi. En 2005, la poeta antologa algunos textos de uno de los libros más representativos de esta poesía: el Mathnawi y el Diván de Shams. Dado el complejo tratamiento traductivo que han sufrido los poemas debido a su distancia en espacio y tiempo con lenguas occidentales, Ramírez Castañeda, consciente de la ausencia de una traducción directa, propone una versión a partir de versos provenientes del inglés y francés, escritos por Coleman Barks y Eva de Vitray. Con el lente contrastivo del traductor, la poeta Ramírez Castañeda confronta los textos de estos dos traductores teniendo en mente los riesgos de traducir a una tercera lengua, el español. Bajo este procedimiento traductivo, asevera:
Cada cual se aproxima a Rumi según sus intereses y esta antología no es la excepción, soy poeta […] Entiendo las limitaciones de traducir a una tercera lengua, pero me arriesgo a proponer estos textos con la convicción de que podemos abrevar de su riqueza antes de tener a mano versiones directas.[20]
En cada una de las traducciones de Ramírez Castañeda resulta evidente su injerencia en la obra de los autores, es decir, es palpable la intencionalidad de ofrecer al lector una lectura más allá de la que propone el propio escritor del texto fuente. Al traducir lenguas indígenas, la socióloga prefiere transmitir el estilo de la lengua oral, con el fin de que el lector aprecie en mayor medida la modalidad primera de estos textos; en la literatura de los escritores de habla inglesa, la poeta mezcla su pluma con el texto fuente para relatar al lector su experiencia con la obra que leerá; en la poesía sufi, Ramírez Castañeda escribe un nuevo poema, siendo este producto, tal como lo afirma la autora: “del recuerdo, del asombro y la impaciencia”.[21]
Del mismo modo que la obra literaria se renueva y reinterpreta con el paso del tiempo, las traducciones de esta académica y poeta se encuentran en constante cambio, confluyendo junto con otras propuestas de traducción,[22] sin embargo, no podemos dejar de lado los cimientos que fijó en el ámbito de la investigación y la traducción literaria, tales como los procesos de adaptación y recopilación de la literatura indígena. Así también, es preciso señalar el resultado de su trabajo en el ámbito de la educación y la literatura infantil y juvenil, pues no olvidemos sus colaboraciones en uno de los primeros periódicos infantiles que circularon a principios de 1980, Tiempo de Niños, así como su asesoría en el programa “Alas y Raíces” del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. No obstante, es en la colección Hacedores de Palabras[23] donde la escritora se sumerge en la cosmovisión de la niñez indígena y pone en práctica sus habilidades para la edición y adaptación de historias contadas e ilustradas por niños. Su labor, apunta la traductora es “traducir del lingüista al niño, del antropólogo al joven… Hacer puentes para que se escuchen de un lado a otro las cosas”.[24] Con este mismo propósito ha compartido su experiencia y conocimiento en proyectos de lectura infantil como el ya mencionado “Libros del Rincón”.
Junto a su excelente trayectoria en el fomento y la creación de la literatura infantil y juvenil, Ramírez Castañeda sobresale también como una de las pocas investigadoras en México que se vuelcan al estudio y traducción de la poesía oral de los indígenas de Norteamérica. Además, fue una de las primeras poetas en preocuparse por consolidar en México la literatura norteamericana que comenzaba a ser reconocida por distinciones internacionales como los premios Pulitzer. Finalmente, como editora, Ramírez Castañeda fue y sigue siendo referente en los proyectos culturales y académicos que el país ha llevado a cabo en los campos de la educación, la literatura y, por supuesto, la traducción.
Referencias
Dressler, W. et al., Culturas en movimiento: contribuciones a la transformación de identidades étnicas y culturas en América, Ciudad de México, unam, 2007.
Ramírez Castañeda, Elisa, El fin de los montiocs. Tradición oral de los huaves de San Mateo del Mar, Ciudad de México, inah, 1987.
----. La educación indígena en México, Ciudad de México, unam, Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial, Coordinación de Humanidades, Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad, (La Pluralidad Cultural en México; 10), 2006.
Traducciones
AAVV., He llegado al centro de la tierra. Poesía de los indios de los Estados Unidos y Canadá, trad. Elisa Ramírez Castañeda, pról. Luis Cortés Bargalló, Ciudad de México, conaculta, Dirección General de Publicaciones, (Cien del Mundo), 2013.
Anónimo, Cuentos de animales tramposos, flojos, compadres y otros pícaros, trad. y comp. Elisa Ramírez Castañeda, Ciudad de México, Pluralia, 2014.
Laughlin, James, Ensayos fortuitos, trad. Elisa Ramírez Castañeda, Ciudad de México, Vuelta, 1995.
Lawrence, D. H., Estrella del alba y del atardecer: algunos escritos americanos, trad. Elisa Ramírez Castañeda, Ciudad de México, conaculta, Dirección General de Publicaciones, (Mirada Viajera),1997.
----. St. Mawr, trad. Elisa Ramírez Castañeda, Ciudad de México, conaculta, Dirección General de Publicaciones, (Torre Abolida), 2002.
London, Jack, México intervenido: reportajes desde Veracruz y Tampico, 1914, trad. Elisa Ramírez Castañeda, Ciudad de México, Ediciones Toledo, 1990.
Momaday, N. Scott, El niño ancestral, trad. Elisa Ramírez Castañeda, Ciudad de México, unam, Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial, Aldus, 2002.
Rumi, Jalaludin, La sed de los peces, trad. Elisa Ramírez Castañeda, Ciudad de México, conaculta, Dirección General de Publicaciones, (Cien del Mundo), 2005.
Sexton, Anne, Quince poemas, trad. Elisa Ramírez Castañeda, Ciudad de México, unam, Dirección General de Difusión Cultural, Dirección Editorial, (Material de Lectura. Serie Poesía Moderna; 109), 1985.
Simic, Charles, Alquimia de tendajón, trad. Elisa Ramírez Castañeda, Ciudad de México, unam, Coordinación de Humanidades, Programa Editorial, (Poemas y Ensayos), 1996.
Strand, Mark , Emblems/Emblemas, trad. Elisa Ramírez Castañeda, Ciudad de México, El Tucán de Virginia,1988.
----, El monumento, trad. Elisa Ramírez Castañeda, Ciudad de México, Universidad Autónoma de Zacatecas,1990.
----. La vida continua; Puerto obscuro: la vida secreta de la poesía, trad. Elisa Ramírez Castañeda, Oaxaca, Calamus Editorial, 2006.
Traducciones no literarias
AAVV., Zinacantán: canto y sueño, comp. y trad. del tzoltzil al inglés de Robert Laughlin y Carol Karasik, trad. del español de la versión en inglés de Iliana Beatriz Gómez Rivas y Elisa Ramírez Castañeda, Instituto Nacional Indigenista, conaculta, Dirección General de Publicaciones, 1992.
Instituciones, distinciones o publicaciones
Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas
La Jornada Semanal
Premio Alfonso X de Traducción Literaria
Secretaría de Educación Pública (SEP)
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA)