Al acercarse al medio siglo de su edad, Luis
Alberto de Cuenca (Madrid, 1950) es uno de los puntos de referencia
obligatorios de las letras españolas. Como poeta es el prolífico autor de más
de veinticinco títulos, entre los que se antoja destacar Los Gigantes de Hielo
(publicado en México por El Tucán de Virginia en 1995) y la reciente
compilación de su Poesía, 1972-1997 editada por Visor. Como estudioso lo mismo
de la literatura clásica que de la contemporánea, tiene en su haber una docena
de libros de ensayos y antologías. Es también traductor del griego, del latín,
de las lenguas medievales de oc y de oïl, del francés moderno y del inglés. Sus
tres vocaciones o pasiones se conjugan con felicidad en esta obra de madurez
donde el poeta traduce su experiencia íntima a un lenguaje lírico que no
excluye la concisión epigramática del ensayo .Así presenta el propio autor los
poemas que nos ofrece: " Los he agrupado bajo el epígrafe Fiebre alta en
la idea de que la poesía tiene mucho de enfermedad con accesos de fiebre,
malestar general, dolor de huesos, náuseas... Como la vida. Pero la muerte
acaba curándola".