El 23 de junio de 1950 en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM se aprobó por unanimidad la tesis de Rosario Castellanos para obtener el grado de maestra en filosofía. ¿Existe una cultura femenina?, se preguntaba la autora de 25 años en el arranque de una transparente meditación de largo aliento que conserva intacto su carácter de registro del pensamiento de una época y de archivo intelectual para la comprensión de una de las obras literarias más influyentes del siglo XX mexicano.
Con el rescate de Sobre cultura femenina, el Fondo de Cultura Económica pone en circulación un documento que sigue siendo desconocido aun para los especialistas en la obra de Castellanos, sobre quien José Emilio Pacheco ha dicho: “Nadie en este país tuvo, en su momento, una conciencia tan clara de lo que significa la doble condición de ser mujer y ser mexicana, ni hizo de esta conciencia la materia prima de su obra, la línea central de su trabajo”.