Un detective siente curiosidad por un loco que se ha atrincherado en su departamento, repleto de basura y suciedad, mientras un penetrante olor molesta a los vecinos. Un hombre sin memoria pasa los días contemplando la fachada insustancial de un edificio en el que, presiente, se encuentran las claves de su vida y su historia. Un zoológico sin huéspedes es el ominoso escenario del paseo de un padre y su hija. Un día, un empresario despierta sintiendo una irrefrenable repulsión hacia los objetos que usurpan el espacio que los rodea.
Cada una de estas historias abandona el plano común de la existencia para arribar a una dimensión de símbolos y presagios. Once relatos de extraños mundos crepusculares, de una realidad en cuyos ángulos coinciden la humana tiniebla y la convulsiva luz de la belleza.
Los personajes deben abrir su percepción, descifrar ambiguas señales o rastrear secretos que afectan sus vidas. En un movimiento semejante, Ciudad tomada invita al lector a expandir los límites de su imaginación, a compartir momentos donde la locura y razón dejan de ser estados antagónicos de la mente. Y, una vez cerradas sus páginas, a seguir escuchando el eco de la oscura poesía que destila su escritura.